En el peronismo estamos más necesitados que nunca de canciones nuevas
Desde Mar Azul, donde planifica el año electoral, el ex senador y jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, Juan Manuel Abal Medina, pide una renovación de propuestas en el peronismo y analiza competir en la Ciudad. Considera que el gobierno de Javier Milei es el “castigo merecido” del PJ y que el mileismo “es casi un kirchnerismo a la inversa”.
– ¿Están en un período de autocrítica como en 2015 después de perder contra Mauricio Macri?
– Hace falta algo mucho más profundo. Después de 2015 creímos que bastaba con que nos juntáramos todos de vuelta y fue un fracaso. Llegar al Gobierno sin saber bien para qué, sin tener claro qué vamos a hacer, planteando las mismas recetas no tuvo sentido. Es un peronismo que tiene que salir de su zona de confort, salir de esa postura de solo denunciar lo malo que es mi Milei. En la elección de 2023 les decíamos ‘Milei viene por tus vacaciones y por tu aguinaldo’ a millones de jóvenes que nunca en su vida habían tenido vacaciones o cobrado un aguinaldo.
– ¿Qué fue lo peor del gobierno de los Fernández?
– Básicamente no haber cumplido su promesa central: mejorar el poder adquisitivo de los argentinos.
– Porque hubo una interna ridícula. Alguna vez la definí como una especie de pimpinelismo de Estado. El presidente y la vice se mandaban cartas en vez de juntarse en una habitación y ponerse de acuerdo a ver hacia dónde sacar el país. Eso junto con una clara impotencia para transformar la realidad. Si había que estatizar Vicentin, hacerlo; si había que bajar subsidios, bajarlos e impidiendo que yo pagara por el gas mucho menos que los compatriotas que tienen que comprar sus garrafas. Nombrar al procurador, corregir el déficit fiscal o impedir cortes en la 9 de Julio y su metrobus. Pero era un gobierno que se auto-bloqueaba de una incapacidad permanente de acción. Alberto no quería pelearse con nadie y en cualquier momento cuando te peleás con nadie terminás peleado con todos.
– Milei se pelea con casi todos…
– Bueno, sí, pero hace política. No me gusta nada. Para mí los sueños de Milei son nuestras pesadillas y nuestros sueños son las pesadillas de Milei. Estamos en opuestos absolutos pero no hay duda que gobierna y ejerce un liderazgo claro.
– Muchos dicen que es un kirchnerismo de derecha, ¿coincide?
– Es casi un kirchnerismo a la inversa. En la audacia y la acción de la política sí. Néstor cuando asumió hizo un montón de políticas que le sacaban a la oposición banderas por lo bueno. Cambiamos la Corte Suprema, con la impunidad del terrorismo de Estados, con el Fondo, construía de ahí, sacaba banderas de la oposición. Milei construye lo contrario, desde barbaridades.
– Pero acomodó en un año variables económicas que otros no pudieron acomodar en una gestión entera. ¿Cómo responden a eso?
– Sí, controló dos o tres variables muy descontroladas y lo hizo de la peor manera posible. Yo siempre digo es como que a un enfermo le cures la fiebre metiéndolo en una bañera con hielo. Seguro va a bajar la temperatura, pero la cosa es que no se te muera en el medio. Porque lamentablemente este tipo de proyectos siempre han terminado mal porque una Argentina.
– ¿Cree que Milei no va a poder sostener este modelo en el tiempo?
– Puede persistir pero a costa de que se va perdiendo cada vez más la producción y el trabajo. Todos conocemos pibes y pibas que buscan laburo y no lo encuentran o que lo están perdiendo. Puede andar bien en lo financiero pero lo financiero le sirve a unos pocos. El campo pide cambios. Imagínate, si no somos competitivos para vender soja al mundo, ¿qué queda para el resto?
– Pero a la elección de este año el oficialismo llega con una clara ventaja
– Venimos de por lo menos ocho años de profunda decadencia económica y él entró hace un año. Tiene esa ventaja. Y a la vez tiene autenticidad, más allá de que va cambiando sus recetas es claro que él es realmente lo que dice. Muchas veces en la política seguimos hablando de una forma muy artificial. La mayoría de mis compañeros y compañeras hablan como si entre Macri y Milei no hubiera pasado nada.
– Cuando Axel Kicillof habló de canciones nuevas lo criticaron mucho…
– Sí, salieron a matarlo y a mí me parece un disparate. Estamos más necesitados que nunca de canciones nuevas, de prácticas nuevas, de ideas nuevas. Si algo tiene el peronismo que explica su supervivencia en estas décadas tiene que ver con un conjunto de valores que actualizamos permanentemente frente al desafío del momento. Hoy no estamos siendo capaces de hacer eso, respondemos con verdades que ya tienen más de 15 años.
– ¿Y cómo ve a Cristina Kirchner como presidenta del PJ?
– No me parecía la mejor opción. Obviamente es el dirigente más importante que tenemos, pero me parece que este sector siempre cree que son los únicos, y hoy ya no es lo único. Es la misma discusión que estamos dando en la ciudad. El sector que viene manejando el PJ de la Ciudad, el sector de Víctor Santa María, de Juan Manuel Olmos, la misma Cámpora se referencian y son parte del armado nacional de Cristina. Dejan afuera otras miradas, otras visiones, y eso me parece que nos condena al fracaso en la Ciudad. Si no somos capaces de sumar otras miradas, no somos capaces de actualizar los debates ni de sumar a otros.
– ¿Va a ser candidato en la Ciudad?
– Puede ser, no lo descarto ni lo afirmo, lo que es seguro es que nuestro espacio va a estar discutiendo a la Ciudad.
– ¿Y Leandro Santoro y Matías Lammens?
– Tanto Leandro como Matías son dos dirigentes muy importantes, muy buena relación con ambos, me parece que tienen que contribuir a este proceso, pero si se suman a otra expresión de lo mismo que ha pasado en la ciudad de Buenos Aires es poco lo que pueden sumar. La idea central es desde el el peronismo renovarlo y que sea un peronismo obviamente está en el sector de Cristina pero también hay otras miradas y visiones de futuro. Con o sin PASO vamos a estar dando la discusión.
– ¿Le preocupa lo que pueda pasar este año en la Provincia?
Sí, me preocupa. Los gobernadores y los intendentes vienen sosteniendo una situación muy difícil. Axel conteniendo a millones de bonaerenses para que la situación que estamos viendo no sea una catástrofe, con recortes de recursos. Y frente a eso, uno ve compañeros con dudas, con reticencias. Me parece que es absolutamente nefasto.
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