Este martes había zozobra en la frontera entre México y Estados Unidos. El decreto que Donald Trump firmó tras asumir el lunes y que declara la emergencia en el límite sur, borró de un plumazo la aplicación CBP One, que en sus dos años de vigencia permitió a casi un millón de inmigrantes pedir una cita para ingresar legalmente a Estados Unidos en busca de asilo.
“A partir del 20 de enero de 2025, las funcionalidades de CBP One que anteriormente permitían a los extranjeros indocumentados presentar información anticipada y programar citas en ocho puertos de entrada de la frontera suroeste ya no están disponibles, y las citas existentes han sido canceladas”, se informó.
La acción canceló de forma automática las citas pendientes, unas 30.000 de acuerdo con medios estadounidenses, y bloqueó, por defecto, la posibilidad de solicitar asilo en el país del norte, denunció en un documento legal la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
La decisión causó conmoción a los pies del muro fronterizo entre decenas de migrantes.
“No sabemos qué va a pasar”, lamentó Antony Herrera, un venezolano que tenía cita este lunes en Tijuana, ciudad mexicana vecina de California, luego de ocho meses de espera.
“Como estamos aquí, por favor déjennos entrar, ¡por favor!”, clamó la cubana de 27 años Yaime Pérez. “Después de todo el esfuerzo que pusimos para llegar aquí, déjennos entrar a su país para que podamos tener una mejor vida y ser alguien”.
Fin a la ciudanía por nacimiento y ampliación del muro
Más temprano, Anna Kelly, una subsecretaria de prensa de la nueva gestión presidencial, había anticipado a los medios que Trump pondría fin al derecho al asilo ya la ciudadanía por nacimiento.
Kelly también puntualizó que ampliarán el muro que se extiende por buena parte de los 3.145 kilómetros de frontera terrestre entre México y Estados Unidos.
La funcionaria dijo que la gestión de Trump planea además imponer la pena de muerte contra extranjeros en situación ilegal que cometan crímenes capitales tales como homicidio.
Trump, quien utilizó políticas sanitarias para bloquear el acceso a inmigrantes a través de la frontera sur, prometió además restablecer el programa conocido como ‘Quédate en México’, de su primera administración, que obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en el país vecino hasta tener una cita con una corte de migración en Estados Unidos.
El ahora presidente ha prometido la mayor operación de deportaciones de la historia de Estados Unidos, entre otras acciones que de acuerdo con especialistas no son sencillas de ejecutar y pueden causar graves perjuicios a Estados Unidos.
Aaron Reichlin-Melnick, del American Immigration Council, comentó que el sistema migratorio de Estados Unidos “está muy desfasado”, y que “instaurar nuevas prohibiciones de entrada hará que el sistema de inmigración legal de Estados Unidos sea aún más complejo, caro y difícil de navegar“.
“Estamos listos para resistir”
Organizaciones civiles y humanitarias en la frontera con México dicen que están listas para retar legalmente el impacto de las órdenes ejecutivas decretadas por Trump.
“Estamos listos para resistir”, declaró la organización Al Otro Lado.
“Reafirmamos nuestro compromiso de defender los derechos humanos y civiles y enfrentar desafiantes”, detalló por su parte el Centro Legal para la Defensa de los Inmigrantes (InnDef).
“Defenderemos el asilo y desafiaremos las medidas ejecutivas“, aseguró el Centro de Estudios de Género y Refugiados (CGRS).
Por ahora los grupos se mantienen a la expectativa del impacto inmediato que pudieran tener las órdenes ejecutivas del presidente, que facilitarán las redadas y deportaciones masivas, pero sus directivos coinciden que será devastador el impacto entre la comunidad inmigrante.
Melissa Crow, directora de litigios de CGRS, comentó que las decisiones del ejecutivo son “una serie de políticas antiinmigrantes extremas que destruirán el acceso al asilo, exacerbarán el sufrimiento y el caos en la frontera sur y desgarrarán a las familias y comunidades inmigrantes en todo Estados Unidos”.
Al Otro Lado, que tiene representaciones legales en Los Ángeles, San Diego y Tijuana, informó que se ha asociado con otras organizaciones en todo Estados Unidos sobre todo para enfrentar las deportaciones masivas.
“Como una de las pocas organizaciones trasnacionales nos enfocamos con años de experiencia específicamente en las comunidades deportadas, muchos en nuestro personal experimentaron el devastador impacto de la deportación”, explicó la organización.
La organización InnDef defendió en tribunales en Estados Unidos a muchos migrantes que durante el primer periodo de Gobierno del presidente Trump fueron obligados a permanecer al lado mexicano de la frontera, en espera de avances en sus peticiones de asilo.
Lindsay Toczylowski, la directora del grupo, dijo que su organización está lista para reanudar ese trabajo, y pedirá a aliados en el Congreso y líderes de gobiernos locales que refuercen su rechazo a las políticas que obstaculizan el asilo.
“No nos quedaremos de brazos cruzados mientras esta Administración intenta legalizar el terror contra las personas que buscan seguridad frente a la persecución”, dijo.
Toczylowski amplió que Trump impulsa de nuevo medidas impopulares de su primer periodo de Gobierno, por lo que confía en que puedan detenerse.
“La separación de familias, el programa ‘Quédate en México’ y ‘Título 42’ fueron políticas rechazadas una y otra vez por el pueblo estadounidense”, aseguró.
Pedro Ríos, director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos en la frontera, el grupo que ha ofrecido permanente asistencia a los migrantes que alcanzan una zona entre dos muros fronterizos paralelos en la frontera de San Ysidro, dijo a EFE que todavía la noche del domingo llegaron algunos migrantes, pero ya no había nadie para la mañana del lunes.
Subrayó que las personas que buscan asilo están ahora a la expectativa de qué es lo que va a pasar respecto a las órdenes del presidente, pues es muy temprano para saber si esas decisiones los habrían disuadido.
Hay desconsuelo e incertidumbre entre los migrantes que buscaban cruzar la frontera y pagaron miles de dólares a coyotes, hasta 20.000, o realizaron largos viajes para entregarse a oficiales de migración y rendirse para informar que buscaban asilo, el cual fue suspendido ya. EFE
Los comentarios están cerrados.