WASHINGTON.- De un lado, Winston Churchill; del otro, Martin Luther King, y en el centro, Andrew Jackson: el busto del primer ministro británico ha vuelto a decorar el Salón Oval junto al retrato del primer presidente populista estadounidense por petición expresa de Donald Trump.
Donado por Downing Street en 1965, inmediatamente después de la muerte del líder conservador, el busto de Churchill ha estado durante mucho tiempo en el centro de controversias y peregrinaciones.
El busto de Churchill entró en el Salón Oval junto a George W. Bush en homenaje a la alianza con Londres en la “coalición de los dispuestos” (la invasión de Irak en 2003), mientras que Barack Obama lo hizo retirar. De nuevo de moda en el primer mandato de Trump, volvió a salir con la llegada de Biden en 2021.
Jackson, amado por el republicano Ronald Reagan (1980-1988) pero menos por sus sucesores, también estuvo en el centro de la controversia. Un héroe militar cuyo objetivo era ayudar al “hombre común”, pero que expulsó a los nativos cherokees de sus tierras causando miles de víctimas, el séptimo jefe de la Casa Blanca es considerado un precursor del nuevo presidente.
En el rediseño desapareció un gran retrato de Franklin Delano Roosevelt, un héroe del New Deal a quien Biden había adoptado como modelo para un Comandante en Jefe que enfrenta múltiples crisis.
Un busto del senador Robert Kennedy, el hermano de JFK, que estaba colgado cerca de la chimenea también fue devuelto al almacén, según The Wall Street Journal.
Trump, quien nombró al hijo de Robert, RFK Jr. como secretario de Salud a pesar de sus credenciales anti vacunas, levantó en cambio un retrato del inventor y estadista Benjamin Franklin que Biden había colgado apenas tomó las riendas de la Casa Blanca para simbolizar la importancia de la ciencia.
Otros detalles: las cortinas doradas en las ventanas, un toque introducido por Trump hace ocho años, se quedaron con Biden, quien sin embargo retiró la alfombra dorada, una marca registrada de la Organización Trump.
Ambos presidentes han conservado el escritorio Resolute, donado en 1880 por la reina Victoria, sobre el que Trump colocó el “botón de Coca-Cola Light” con el que ordenará a los camareros que le traigan su bebida favorita.
Agencia ANSA
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