En modo Karpov y Carlsen, Faustino Oro se abre paso con victorias en el torneo de ajedrez más importante de su vida
El Magistral de Wijk aan Zee se ganó merecidamente su prestigio en el mundo del ajedrez por torneos memorables disputados por los mejores en décadas pasadas. Hace ya unos años que tiene un torneo B llamado Challenger y en esta edición lo juega Faustino Oro, el maestro internacional más joven de la historia, que con 11 años está justificando con creces por qué lo invitaron para enfrentar a 13 rivales, la mayoría de mayor ranking que él.
Fausti logró este viernes su segunda victoria en el torneo, la primera con negras, por lo que suma 2,5 puntos en seis rondas y causa admiración. Solamente verlo pasearse entre los tableros vestido con un traje informal o mirarlo sentado sobre una de sus piernas, como si estuviera jugando en su casa, demuestra que se siente muy a gusto a pesar de la tensión que genera semejante desafío.
El pibe Oro, con un ELO de 2.447 puntos, juega siempre a ganar y queda visto que no le hace asco a las partidas largas. En la sexta rueda estiró el juego hasta las cinco horas y media para llegar a un final que conducía a las tablas, después de haber estado mal en el medio juego. Tan mal que la maestra internacional india Divya Deshmukh (2490) omitió una combinación que le hubiera acorralado la dama al argentino.
Zafó Fausti y entonces llegó a un final con torre, caballo y dos peones unidos en las columnas “h” y “g”, contra torre, alfil y un peón en la columna “g” de su rival. Entre la movida 48 y la 64 continuó la paridad… hasta que la india cometió su primer error: comenzar a alejar su rey del único peón que tenía.
Entonces comenzó el trabajo del argentino para exprimir la posición y “sacar agua de las piedras”. Al mejor estilo del legendario ruso Anatoli Karpov. Al mejor estilo del número uno, el noruego Magnus Carlsen.
Las imprecisiones de Deshmukh continuaron y en la movida 71 Faustino movió su caballo a la casilla “e8”, por lo que todo terminó porque el cambio de material que se venía desembocaría en la pérdida del único peón negro y, entonces, de la partida.
Cuidado con ningunear este triunfo porque la india Deshmukh es una prodigio en la tierra donde el ajedrez es religión. Quedó demostrado con el festejo que se vio en el país más poblado planeta ante la consagración de Dommaraju Gukesh como campeón mundial a los 18 años.
Divya tiene 19 años, fue campeona mundial juvenil, asiática y de su país, y en las Olimpíadas femeninas fue bronce en 2022 y oro el año pasado por equipos, además del oro individual como mejor tercer tablero en 2024 y bronce como reserva en 2022.
Con el mismo estilo posicional y tomándose todo el tiempo que requiere una partida dura, Oro le había ganado en la tercera rueda con blancas a la maestra internacional rumana Irina Bulmaga (2386). El medio punto restante lo obtuvo en la quinta ronda al entablar con el neerlandés Arthur Pijpers (2474).
Es todo un honor que Fausti haya sido invitado a un torneo de semejante prestigio, a sabiendas de que la dificultad es extrema, porque once de sus trece rivales tiene mayor ranking que él: los citados Deshmukh y Pijpers, y los grandes maestros Thai dai van Nguyen (2668, 56° del mundo), Frederik Svane (2664, 62°), Nodirbek Yakubboev (2659, 67°), Ediz Gurel (2624), Aydin Suleymanli (2623), Erwin L´Ami (2614), Benjamin Bok (2583), Kazybek Nogerbek (2514) y Vaishali Rameshbabu (2476).
Con sus lecciones de inglés a cuestas, clave para comunicarse en el mundo de los trebejos, a Faustino Oro ya se le hacen notas pos partidas en las redes sociales del torneo y hasta se prendió en un stream con periodistas indios para comentar algún juego. Quien lo escucha y quien lo ve jugar entiende enseguida lo que lo apasiona el ajedrez. Y enseguida se convierte en hincha para apoyarlo en esa búsqueda personal de ser gran maestro. Paso a paso, por ahora.
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