El equipo de Trump impone “cuotas mínimas de detenciones” para acelerar arrestos y deportaciones
WASHINGTON.- El gobierno de Trump ha instruido a los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) para que aumenten drásticamente la cantidad de detenciones, de un par de cientos por día a entre 1200 y 1500, porque el presidente está decepcionado con los resultados que ha dado hasta el momento su campaña de deportación masiva, según cuatro personas que recibieron esas instrucciones y que hablaron bajo condición de anonimato.
La cuota de detenciones a cubrir fue esbozada el sábado durante un llamado con los altos oficiales del ICE, a quienes les dijeron que cada agente de campo debe realizar 75 arrestos diarios y que sus superiores serían considerados responsables si no alcanzan esa meta, según esas mismas fuentes.
La orden multiplica las chances de que los agentes incurran en tácticas indiscriminadas o de que enfrenten denuncias por violar los derechos civiles para cumplir con esas cuotas, según actuales y ex agentes del ICE.
El “zar de la frontera” de la Casa Blanca, Tom Homan, ha dicho durante semanas que el ICE no realizaría redadas masivas y que sus oficiales darían prioridad a los inmigrantes con antecedentes penales o que sean miembros de pandillas. Pero los números demandados este fin de semana ponen a los oficiales del ICE bajo mayor presión para que detengan a una gama más amplia de posibles deportados –incluidos los inmigrantes que no han cometido delitos— y así evitar ser castigados.
En una entrevista con ABC News transmitida hoy, Homan dijo que el gobierno está “en las etapas iniciales” de su plan de deportación masiva, y que si bien la prioridad son quienes representan una amenaza para la seguridad pública y la seguridad nacional, “a medida que esa ventana se agrande, habrá más arrestos en todo el país”.
A través de un comunicado, el ICE anunció que sus agentes “comenzaron a realizar mejores operaciones dirigidas en Chicago”, con la ayuda de otras agencias federales, incluido el FBI. Y la semana pasada, el secretario interino de Seguridad Nacional, Benjamine C. Huffman, revocó una directiva que básicamente prohibía que el ICE arrestara a inmigrantes en lugares sensibles, como escuelas, hospitales e iglesias y sus alrededores. Un funcionario del ICE que no estaba autorizado a hablar sobre el tema dijo que la lista de sospechosos de delitos de la agencia era lo suficientemente larga como para que los agentes cumplan con la nueva cuota priorizando las amenazas a la seguridad pública y la seguridad nacional. En julio pasado, el ICE informó al Congreso que tiene una lista de alrededor de 670.000 inmigrantes con condenas o cargos penales. De hecho, algunos están cumpliendo condena en la cárcel.
La agencia maneja un archivo de 7,8 millones de personas que enfrentan su potencial deportación, pero muchas tienen reclamos pendientes en el sistema de inmigración o gozan de alguna forma de estatus de residencia provisoria. Durante la presidencia de Joe Biden, la carga de trabajo del ICE se duplicó con creces, en medio de cifras récord de cruces fronterizos ilegales.
Durante la primera semana de Donald Trump en el cargo, los oficiales del ICE se desplegaron agresivamente en el territorio: entre el martes y el viernes, el número de inmigrantes detenidos aumento de menos de 400 a casi 600. Según los mismos datos de la agencia, el sábado la cifra disminuyó a 286 detenciones.
Los partidarios de Trump señalan que esas cifras no darán como resultado los “millones” de deportaciones prometidas por el presidente.
Durante su primer mandato, Trump hizo una promesa similar pero se quedó muy corto, alcanzando un pico de alrededor de 267.000 durante el año fiscal 2019. El año pasado, el gobierno de Biden deportó a 271.000, el total anual más alto en una década. Hace tiempo que Trump perdió la paciencia con las explicaciones de por qué sus objetivos son poco realistas.
A los agentes del ICE se les dijo durante años que las redadas indiscriminadas son inseguras y contraproducentes, porque propagan el pánico en las comunidades inmigrantes y generan una importante reacción pública. El ICE y la Casa Blanca no respondieron hasta el momento a las solicitudes de comentarios.
Los funcionarios de Trump le comunicaron al ICE que el presidente espera que los operativos de detención se realicen durante las 24 horas del día y que los agentes de licencia deberían cancelarla para volver a sus trabajos, según las cuatro personas informadas sobre las directivas.
El ICE tiene alrededor de 5500 agentes que trabajan aplicando de la ley de inmigración en todo Estados Unidos, un número de personal que durante la última década se ha mantenido prácticamente estable. Esta semana, el gobierno de Trump tomó medidas para complementar esas cifras, con la designación de oficiales y agentes del Departamento de Justicia para investigar violaciones a la ley de inmigración y realizar arrestos, con la participación de personal del FBI, los alguaciles de Estados Unidos, la Administración de Control de Drogas, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos y la Oficina Federal de Prisiones.
Trump también le ordenó a la División de Investigaciones de Seguridad Nacional del ICE que cambie su enfoque de aplicación de la ley de inmigración. Se trata de la división del Departamento de Seguridad Interior para la lucha contra el terrorismo, el tráfico de drogas, la trata de personas y otros delitos.
“Movilizar a estos funcionarios de la ley ayudará a cumplir la promesa que le hizo el presidente Trump al pueblo estadounidense de llevar a cabo deportaciones masivas”, dijo Huffman en un comunicado. “Durante décadas, los esfuerzos para encontrar y detener a los extranjeros ilegales no recibieron los recursos adecuados. Este es un paso importante para solucionar ese problema”.
Por Nick Miroff y Maria Sacchetti
Traducción de Jaime Arrambide
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