El mes demoledor que trajo lo peor de lo que es La Niña

La Niña era el fantasma con el que coqueteaban todos los pronósticos de mediano y largo plazo ya desde inicios del invierno de 2024. Y, a pesar de que tuvimos en casi toda la región núcleo un final de primavera muy alentador con uno de los mejores diciembre de los últimos años, que nos hacía dudar acerca de la certeza de los pronósticos, apareció un enero demoledor, recordándonos rápidamente las consecuencias de una campaña Niña.

Y un enero demoledor significa nada de precipitaciones, altas temperaturas y humedades relativas muy bajas, coincidentes con la determinación de rendimientos de numerosos maíces sembrados en octubre e inicio de períodos críticos en las sojas de primera. También coincide con el periodo de activo crecimiento de las sojas de segunda que, en escasos lotes, llegaron a cerrar el surco y las evaporaciones producidas en esos entresurcos aceleraron el secado de la mayoría de los lotes. Un verano traidor.

Estas condiciones favorecieron también la aparición y persistencias de malezas difíciles, especialmente yuyo colorado (Amaranthus quitensis), muy adaptado a condiciones de altas temperaturas y escasas lluvias, el cual en la mayoría de los tratamientos de rescate incrementaron el estrés del cultivo y se obtuvieron escasos resultados de control.

Entre las características que también acompañaron la campaña hasta ahora es la confirmación del quiebre de resistencias de algunas orugas defoliadoras a la tecnología “Intacta”, especialmente por el lado de medidora (Rachiplusia nu). Esta condición de quiebre de resistencia hizo en numerosos casos que productores y técnicos hayan decidido realizar aplicaciones para su control debido a la condición de estrés del cultivo y la baja recuperación potencial en base al déficit hídrico existente en los lotes.

Entre las características que también acompañaron la campaña hasta ahora es la confirmación del quiebre de resistencias de algunas orugas defoliadoras a la tecnología “Intacta”, especialmente por el lado de medidora (Rachiplusia nu)

Los pronósticos para lo que resta del mes no son muy alentadores y la capacidad de seguir soportando el estrés hídrico dependerá principalmente de la calidad de los lotes, de la zona (hay zonas dentro de la región núcleo mucho más castigadas que otras por la faltante) y de las decisiones que se tomaron en los mismos. Por ejemplo, los maíces que se sembraron en septiembre en el sudeste de Córdoba pudieron transitar bastante mejor su periodo crítico que los de fines de octubre aprovechando las condiciones benévolas de diciembre. Una decisión que fue arriesgada en su momento por las escasas lluvias con las cuales decidieron arrancar la siembra temprana, pero que tuvieron su rédito comparado con las siembras de mediados/fines de octubre que les tocó transitar su periodo crítico con todo el déficit de enero.

Los maíces que se sembraron en septiembre en el sudeste de Córdoba pudieron transitar bastante mejor su periodo crítico que los de fines de octubre aprovechando las condiciones benévolas de diciembreJuan Pablo Ioele

La película también es bastante mejor para los que asustados por la chicharrita (Dalbulus maidis) descartaron el planteo de maíz tardío y decidieron apostar al girasol. Expansión del área del cultivo que no se veía desde hace muchos años en la región núcleo, especialmente en ambientes más marginales. Hoy la mayoría de los girasoles están hechos y con muy buen potencial.

La suerte en las lluvias recibidas, las calidades de los lotes en los cuales se trabaja y las estrategias de elección de cultivo y su manejo definirán la suerte de un año por demás de complejo desde lo climáticoJuan Pablo Ioele

También este arranque duro de 2025 en cuanto a precipitaciones nos proporciona escenarios inciertos todavía, como es el caso de los maíces tardíos y la mayoría de las sojas de segunda que, si bien para la definición de su película falta mucho todavía, atravesaron una implantación y crecimiento vegetativo con mucho estrés, que de continuar bajo esta situación empezarán a deteriorar su potencial de rendimiento independientemente que no estén trascurriendo su periodo crítico en estos momentos.

En síntesis, el pronóstico de Niña no estaba muy errado como muchos pensaban mientras empezaba a transcurrir diciembre, ya que a partir de ahí las lluvias empezaron a ser escasas y heterogéneas, con grandes diferencias de milímetros entre cortas distancias, donde la suerte en las lluvias recibidas, las calidades de los lotes en los cuales se trabaja y las estrategias de elección de cultivo y su manejo definirán la suerte de un año por demás de complejo desde lo climático.

El autor es asesor de productores en la zona núcleo

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