Grave escalada de violencia en una de las guerras más largas de África: fuerzas rebeldes avanzan en una ciudad clave
GOMA.- Ráfagas de disparos siguen resonando el martes en Goma, ciudad del este de la República Democrática del Congo, sumida en combates entre el ejército congoleño y rebeldes del M23, respaldados por Ruanda, que ingresaron a la ciudad el lunes.
Al menos 17 personas murieron y 367 resultaron heridas durante dos días de combates, según los informes de los desbordados hospitales de la ciudad.
Docenas de manifestantes atacaron el martes varias embajadas extranjeras en el Congo, incluidas la de Ruanda, Francia y Bélgica, en protesta por la inacción de la comunidad internacional ante el aumento de la violencia.
“Denunciamos la hipocresía de la comunidad internacional”, dijo Timothée Tshishimbi, uno de los manifestantes. “Deben decirle a Ruanda que detenga esta aventura”.
La situación fue discutida este lunes por los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE). Según informó la Alta Representante de la UE para Política Exterior, Kaja Kallas, la crisis preocupa a la UE, que quiere el fin del apoyo de Ruanda a los rebeldes del M23 y demanda la retirada de sus tropas de suelo congoleño. “Los ataques a las fuerzas de paz de las Naciones Unidas son inaceptables”, añadió.
El este de Congo, en la frontera con Ruanda, lleva décadas sumido en la violencia provocada por rivalidades regionales, disputas étnicas y conflictos con grupos armados, exacerbados desde el genocidio ruandés de 1994. La región contiene además billones de dólares en riqueza mineral que permanece en gran parte sin explotar.
Los analistas dijeron que los combatientes del M23 pretendían controlar la ciudad de unos 2 millones de habitantes y quizás otras zonas de la región situada a casi 1600 kilómetros de la capital congoleña.
Se trata de una marcada escalada en una de las guerras más largas de África y amenaza con empeorar drásticamente una terrible crisis humanitaria.
La ofensiva de los rebeldes obligó a miles de personas a huir de sus hogares, además de un millón de desplazados que ya se encuentran en Goma, y llevó a los hospitales al límite, con cientos de heridos que llegan cada día mientras los civiles quedan atrapados en el fuego cruzado.
Dos militares uruguayos que formaban parte del programa de cascos azules de la ONU fueron baleados en el conflicto, informó el diario uruguayo El País. Un sargento recibió un disparo en el tobillo izquierdo, mientras un cabo sufrió heridas en ambas manos. Ambos están “fuera de peligro”, según el Ejército. El fin de semana, otro soldado uruguayo, Rodolfo Álvarez, de 39 años, falleció en un operativo. “Nos conmovieron las palabras de la mujer. ‘Mi marido me dijo: Si tengo que morir por el uniforme y por servir a la patria, estoy preparado’”, contó a El País el ministro de Defensa Nacional uruguayo, Armando Castaingdebat sobre la conversación que tuvo con la esposa del soldado.
Esto es lo que hay que saber sobre el conflicto:
El grupo M23 es una de las cerca de 100 facciones armadas que compiten por hacerse un lugar en el este del Congo, donde se ha prolongado uno de los conflictos más largos de África. El grupo, integrado principalmente por tutsis que no lograron integrarse en el ejército congoleño, lideró una insurgencia fallida contra el gobierno congoleño en 2012. Luego permaneció inactivo durante una década, hasta su resurgimiento en 2022.
Entre 1996 y 2003, la región estuvo en el centro de un conflicto prolongado conocido como “la guerra mundial de África”, en el que grupos armados se disputaban el acceso a metales y tierras raras como el cobre, el cobalto, el litio y el oro. Murieron hasta seis millones de personas.
El conflicto se remonta a las secuelas del genocidio de 1994 en la vecina Ruanda, donde las milicias hutus mataron entre 500.000 y un millón de personas de etnia tutsi, así como a hutus moderados y twa, indígenas.
Cuando las fuerzas dirigidas por los tutsis contraatacaron, casi dos millones de hutus cruzaron hacia el Congo por temor a represalias. Desde entonces, las tensiones entre hutus y tutsis han estallado repetidamente en el Congo.
Las autoridades ruandesas acusaron a los hutus que huyeron de participar en el genocidio y han afirmado que elementos del ejército congoleño los protegieron. Afirman que las milicias formadas por una pequeña fracción de los hutus son una amenaza para la población tutsi de Ruanda.
El M23 afirma defender a los tutsis y a los congoleños de origen ruandés de la discriminación. Los críticos afirman que se trata de un pretexto para que Ruanda obtenga influencia económica y política en el este del Congo.
Ahora que el mundo depende más que nunca de los metales y tierras raras del Congo para producir productos electrónicos, los riesgos son cada vez mayores. Los países vecinos Ruanda y Uganda tienen intereses financieros en las minas congoleñas, al igual que China y los Estados Unidos.
La mayor parte de los recursos minerales del Congo, cuyo valor se estima en 24 billones de dólares, siguen sin explotar, según el Departamento de Comercio de Estados Unidos el año pasado, que calificó al país como el principal productor mundial de cobalto, clave para fabricar baterías.
Los ciudadanos congoleños han recibido muy poca de la riqueza de la región, ya que el 60% de sus 100 millones de habitantes vive por debajo del umbral de pobreza. En cambio, las luchas por los recursos naturales han desestabilizado al país.
Congo, Estados Unidos y expertos de la ONU acusan a Ruanda de respaldar al M23, que en 2021 contaba con cientos de miembros. Ahora, según Naciones Unidas, el grupo cuenta con unos 6500 combatientes.
Aunque Ruanda niega esa afirmación, el año pasado reconoció que tiene tropas y sistemas de misiles en el este del Congo, supuestamente para salvaguardar su seguridad. Los expertos de la ONU estiman que hay hasta 4000 soldados ruandeses en el Congo.
Los analistas afirman que las tropas ruandesas en el este del Congo han estado cada vez más activas en las últimas semanas.
La ciudad es un centro regional de comercio, seguridad y esfuerzos humanitarios, y su aeropuerto es clave para el transporte de suministros.
Desde 2021, el gobierno del Congo y las fuerzas aliadas, incluidas tropas burundianas y tropas de la ONU, han mantenido a los rebeldes alejados de Goma.
La captura de una ciudad tan grande será un enorme impulso para los rebeldes y una gran derrota para las fuerzas gubernamentales.
La caída de Goma también tendría un “impacto catastrófico en cientos de miles de civiles, poniéndolos en riesgo de una mayor exposición a violaciones y abusos de sus derechos humanos”, dijo Ravina Shamdasani, de la oficina de derechos humanos de la ONU.
En 2012, los rebeldes tomaron Goma y la controlaron durante aproximadamente una semana, pero entregaron la ciudad después de la creciente presión internacional sobre Ruanda, incluida la suspensión de la ayuda de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Pero los analistas dicen que esta vez será más difícil.
“Anteriormente, ellos [M23] tenían demandas claras de ser integrados al ejército de la República Democrática del Congo y tener una mayor participación en el proceso político”, dijo Darren Davids, analista de la Economist Intelligence Unit. Pero ahora, dijo, “parece que el M23, con la ayuda de Ruanda, tiene la intención de mantener el control de Goma y, más específicamente, las rutas de la cadena de suministro en Kivu del Norte”.
Los rebeldes podrían utilizar Goma como moneda de cambio, fortaleciendo su posición en posibles negociaciones con el Congo.
En el este del Congo hay cuatro millones de desplazados. La agencia de la ONU para los refugiados afirma que este año ya se han desplazado más de 400.000 personas, lo que ha agravado las “condiciones desesperadas” en los centros de desplazados, que están muy superpoblados, en Goma y sus alrededores, y ha provocado un aumento de los casos de cólera.
A medida que los rebeldes se acercaban a Goma, muchos más huyeron de las aldeas circundantes y de los campos de desplazados hacia la ciudad. Otros huyeron de Goma hacia Ruanda.
Algunos miembros del personal del hospital principal de Goma estaban refugiados en un búnker, tratando a los heridos mientras eran objeto de disparos y fuego de artillería.
Además, la Cruz Roja advirtió que el laboratorio en Goma está en riesgo de que los combates produzcan la fuga de muestras de ébola y otros patógenos almacenados allí.
Agencias AP, AFP y Reuters
Los comentarios están cerrados.