“Contra Alperovich, Espinoza y Alberto no marcharon”

Para el Gobierno, no hay dudas. En las entrañas de la mesa chica del Presidente acusan al kirchnerismo como el principal promotor de la marcha LGTBQ que se realizará este sábado en el centro porteño y con la Plaza de Mayo como punto clave de la concentración.

En los pasillos de la Casa Rosada, las espadas más importantes de Javier Milei sostienen que “los K están fogoneando la marcha” y que buscan asegurar que sea una movilización “probablemente importante” con el único objetivo de generarle un revés político en un momento en el que las principales variables económicas no les dan motivos.

Si bien el aparato peronista se sumó luego de que colectivos LGTBQ hicieran la convocatoria, rechazan que sea una movida genuina a partir de los dichos de Javier Milei en el Foro de Davos sobre la agenda Woke, la homosexualidad y el feminismo.

“Es una marcha del kirchnerismo, desde el primer momento buscaron tergiversar el discurso de Milei y sacarlo de contexto”, afirman a Clarín desde la cúspide libertaria.

En ese sentido apuntan contra “la doble moral” de los K por “ocultar y no movilizarse nunca contra sus golpeadores y abusadores”. Mencionan los casos de Alberto Fernández, acusado por violencia de género contra la ex primera dama Fabiola Yáñez; José Alperovich, condenado por violar a su sobrina cuando era senador por el kirchnerismo, y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, denunciado por abusar de una ex empleada.

Lo explicitaron en off y en on distintos referentes de La Libertad Avanza. “¿La marcha es por Cecilia Strzyzowski de Chaco que tiraron a los chanchos? Es por la sobrina menor de Alperovich? Es por la golpeada Fabiola? Ah no, es por un video editado a propósito mal de Milei”, planteó el cineasta Santiago Oría, el responsable de todo el contenido audiovisual de Presidencia.

Lejos de aflojar, y a pesar de que no pierden de vista que los “dichos tergiversados” tuvieron un impacto negativo, en Balcarce 50 sostienen que “la Marcha Federal Antifascista va a reunir a lo peor de la política rancia, a la casta sindical y a los fascistas pro-Hamas”, con el único objetivo de “desestabilizar al Gobierno”. “Es una opereta más de todas las que nos hicieron. El día después de la marcha la vida sigue y no nos cambia nada, porque la gente ya no se deja engañar”, reforzaron en la cúpula oficial.

Lejos de minimizar el volumen de la marcha, en el Gobierno reconocen que por la maquinaria peronista y radical “puede ser una movilización importante”, por lo que afronta una encrucijada en materia de seguridad.

Es que altas fuentes oficiales reconocen que el “Protocolo Antipiquetes” será “difícil de aplicar si hay una multitud”.

La idea es monitorear de forma aérea “la dimensión de la marcha” y se instará a los manifestantes a que no permanezcan en las principales arterias de la Ciudad y se dirijan rápidamente a la Plaza de Mayo. “El objetivo es que respeten los cortes parciales que diseñamos y se suban rápido a la plaza para evitar intervenir”, indicaron.

La prioridad será la custodia del Congreso y de la Casa de Gobierno con presencia de fuerzas federales y vallados. Impedirán que la gente se acerque a los edificios y recalcaron que “no se tolerará ningún intento de vandalismo”.

La escena servirá también para medir cómo será el trabajo en conjunto con la Policía de la Ciudad en el momento de mayor tensión entre el Gobierno nacional y la administración PRO de Jorge Macri.

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