Arranca o no arranca: qué le pasa al River de los millones de Marcelo Gallardo que le cuesta ganar en el torneo Apertura

Y por tercer partido consecutivo, River no arranca. El equipo de Marcelo Gallardo hizo un mercado de pases superlativo de cara a la temporada 2025, pero desde el inicio del campeonato no se ve reflejado en la cancha. Pese a contar con grandes figuras y cuatro campeones del mundo, el Millonario no supera a sus rivales, le cuesta mucho convertir y solo genera interrogantes para el futuro cercano. El Muñeco, a quien se lo vio notablemente molesto durante el partido de este domingo ante San Lorenzo, suspendió la conferencia de prensa y acusó que arrastraba líneas de fiebre.

Es que tuvo un flojo debut en el que a pocos minutos del final logró empatar el partido ante Platense en Vicente López. Luego, y nuevamente sin brillar, le ganó 1-0 a Instituto en el Monumental con un cabezazo de Gonzalo Montiel en la última jugada del encuentro. Por último, este domingo tampoco mostró la marcada esencia de los equipos del Muñeco en el Nuevo Gasómetro y no salió del 0-0 ante un austero San Lorenzo. Es decir, solo ganó uno de sus tres cotejos.

Marcelo Gallardo durante San Lorenzo – River.
(MARCELO CARROLL / FTP CLARIN)

Tanto Gallardo como los propios protagonistas hicieron referencia al nivel que demuestran dentro del campo de juego. En esa línea, al término del apático empate con el Ciclón, Paulo Díaz manifestó: “Como dice Marcelo: ‘Hay que ir soltando la máquina’. No hemos podido en estos tres partidos agarrar el ritmo de juego que siempre solemos tener”.

El defensor chileno de 30 años volvió a la titularidad tras ser suplente en las dos primeras jornadas y esta vez compartió el fondo con Germán Pezzella y Lucas Martínez Quarta, en una inédita línea de tres centrales que diagramó el entrenador. Luego, agregó: “Ojalá que sea pronto porque se nos vienen cosas importantes y no podemos perder más puntos”.

Pero los problemas de River van más allá de un nombre propio. Es que la generación de juego y las incontables chances de gol que gestaban los equipos de Gallardo en los tiempos de gloria, parecen ser cosa del pasado. Además, los delanteros tampoco tienen la misma efectividad y en defensa sufre bastante más de lo que estaba acostumbrado.

Hasta el momento, el mediocampo conformado por la experiencia de Enzo Pérez y la frescura de Giuliano Galoppo está lejos de tener el nivel que esperaba el mundo River. Sin tanta presencia en la marca y con poca influencia en la gestación de los ataques, la mitad de cancha es una de las mayores incógnitas del Muñeco. Además, hay que sumarle la baja de Maximiliano Meza y que el mendocino y el ex Banfield terminaron con molestias físicas.

La generación de juego está en su punto más bajo en muchos años. Es que el Millonario, que suele tener mucha más posesión que todos sus rivales, no logra romper los rígidos bloques defensivos. Manuel Lanzini, que oficia de nexo entre los volantes y los delanteros, alterna buenas y malas y no termina de hacerse dueño del equipo. Así se explica el bajón futbolístico de River.

Enzo Pérez en el clásico entre San Lorenzo y River. Foto: FotobairesEnzo Pérez en el clásico entre San Lorenzo y River. Foto: Fotobaires

La zona defensiva, una de las garantías de los famosos ‘River de Gallardo’, no termina de aceitarse. Aunque no le convierten tantos goles, le generan muchas situaciones y sufre más de lo habitual. A pesar de contar con cuatro campeones del mundo con la Selección Argentina en Qatar 2022 y otro de América, los rivales le llegan y con bastante claridad.

A Gonzalo Montiel, que hasta el momento es el más sólido, Pezzella, Martínez Quarta y Marcos Acuña, hay que sumarle a Franco Armani, que tuvo atajadas importantes pero ha quedado apuntado por el error garrafal en el estreno del torneo, donde se hizo el gol en propia puerta ante el ‘Calamar’. Luego, el arquero de 38 años tuvo otros pequeños errores pero que no se reflejaron en el marcador.

Como para coronar, también están las dudas en la delantera. Miguel Borja que había cerrado el 2024 como suplente y con pocos minutos, regresó a la titularidad pero a contramano de sus compañeros. Es que el Colibrí, que además de su tremenda cuota goleadora se lucía en su juego de espaldas para la llegada de los mediocampistas, está inconexo, a destiempo y errático en la toma de decisiones.

Los acompañantes del colombiano, otra incertidumbre más. En los dos primeros partidos (Platense e Instituto), Gallardo probó con Facundo Colidio. Sin embargo, el ex Inter y Boca deambuló más de lo que generó. Contra San Lorenzo se la jugó por Sebastián Driussi, que si bien dejó algunas pinceladas de crack, pesó poco en el área contraria y tampoco se asentó en el puesto.

Miguel Borja, fastidioso durante San Lorenzo - River. (MARCELO CARROLL - FTP CLARIN)Miguel Borja, fastidioso durante San Lorenzo – River. (MARCELO CARROLL – FTP CLARIN)

Quizás la solución aparezca de la mano de los otros dos refuerzos que llegaron este verano: Matías Rojas y Gonzalo Tapia. Por sus características, llama la atención que el ex Racing apenas entró algunos minutos desde el banco de suplentes en los tres partidos del año, con gol incluido en el estreno frente a Platense. Mientras tanto, el chileno sumó tiempo de juego en dos de los tres encuentros.

Y a River no se le viene un rival sencillo: el próximo sábado recibirá en el estadio Monumental -que siempre marca temperatura- al Independiente de Julio Vaccari, que llega con puntaje ideal en la zona B del torneo Apertura de la Liga Profesional.

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