Ecuador elige presidente en un clima de terror por la violencia narco
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y la opositora Luisa González, heredera del ex mandatario de centroizquierda Rafael Correa, se medirán el domingo en un duelo por la presidencia con un desafío clave: detener la guerra de bandas criminales que se lucran del narcotráfico.
Ubicado en el Pacífico y con una economía dolarizada, Ecuador se convirtió en una apetecida ruta para el tráfico de droga y un centro de acopio del alijo disputado por organizaciones enfrentadas a muerte.
La creciente violencia renovó las preocupaciones en un país que hasta hace unos años era un oasis entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína.
“Cada día estamos peor, no alcanza la plata para nada, uno vive inseguro”, dijo a la AFP una mujer que cuida autos en el norte de Quito y pidió no revelar sus datos personales por miedo a represalias.
Los ecuatorianos resienten los estragos de un Estado endeudado (casi 50.000 millones de dólares, 40% del PBI), con una pobreza de 28% y concentrado en financiar la costosa guerra contra el narco que lanzó Noboa hace un año, poco después de asumir su mandato.
La intención de voto la lideran Noboa, del partido de centro ADN, y Luisa González, del movimiento Revolución Ciudadana y delfina del ex gobernante socialista Correa (2007-2017). Ambos se disputaron la segunda vuelta en las elecciones de octubre de 2023 y ahora el duelo se repite.
Noboa llega al final de un corto mandato, ya que asumió en noviembre de 2023 con la misión de terminar el período del conservador Guillermo Lasso, quien renunció en forma anticipada cuando el Congreso amenazaba con destituirlo por una acusación de corrupción jamás probada.
Entre los 16 candidatos a la elección de este domingo -de los cuales sólo tienen chances reales Noboa y González, según las encuestas- predominan las propuestas encaminadas a apaciguar la nación, que pasó de tener 6 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2018 a un récord de 47 por cada 100.000 en 2023. El gobierno de Noboa ha logrado bajarlos a 38, con una controvertida política de mano dura.
La mayoría de las encuestas no anticipa una definición en primera vuelta y señalan que habría que esperar hasta el balotaje del 13 de abril para conocer al futuro gobernante (2025-2029) de este país de 17 millones de habitantes.
Los ecuatorianos deberán elegir este domingo presidente, vicepresidente, 151 asambleístas y cinco parlamentarios andinos.
La grieta
Noboa y González son la expresión de un país profundamente dividido.
En el poder desde noviembre de 2023, el presidente apuesta por la reelección. Con 37 años, es uno de los gobernantes más jóvenes del mundo, una imagen que explota en redes sociales, donde es muy activo.
Con chaleco antibalas y al frente de espectaculares operaciones militares, amasó apoyos como un político de mano dura contra el narco.
“En mayor logro de Noboa es la seguridad, ha bajado bastante la delincuencia”, señala el vigilante Marcelo Torres, de 57 años.
Noboa ganó comicios extraordinarios para completar hasta mayo de este año el período de Lasso.
En las antípodas, González aspira a ser la primera presidenta electa de Ecuador, apadrinada por Correa y con una agenda que promete más seguridad y respeto a los derechos humanos.
Correa está refugiado en Bélgica desde que dejó el poder en 2017. Fue juzgado en ausencia por corrupción, condenado a ocho años de cárcel y es blanco de una orden de captura. El ex presidente niega todas las acusaciones.
Detrás de Noboa y González, se ubica la candidata Andrea González, aunque con amplia diferencia en la preferencia electoral. En los comicios pasados, fue compañera de fórmula del ex candidato presidencial Fernando Villavicencio, asesinado a balazos al salir de un acto de campaña en Quito en agosto de 2023.
Más de 30 políticos han sido asesinados desde 2023 en Ecuador, donde aspirantes denuncian amenazas y recorren calles rodeados de fuertes dispositivos de seguridad.
Aunque sin suficiente apoyo, el líder indígena Leonidas Iza aspira a dar la sorpresa. Gane o pierda, el poderoso movimiento de pueblos originarios que lidera es una fuerza capaz de derrocar presidentes y acorralar a gobiernos, apuntan analistas.
“Ninguno de ellos me representa, pero si hay que elegir voy por cualquiera que no sea este gobierno (…). No ha sido capaz de solucionar nada”, dice la comerciante Diana Vega, de 38 años.
Daniel Noboa, el presidente-candidato
Maniatado por la Constitución para hacer campaña, Noboa tiene a sus 18 meses de gobierno como carta de presentación.
Aunque muy popular, organismos de derechos humanos denuncian que detrás de su plan de seguridad hay abusos. Cuatro niños fueron asesinados y calcinados en Guayaquil tras un operativo militar, en un caso todavía en investigación.
La mayoría “observa con muy buenos ojos la militarización de las calles porque el militar ecuatoriano no es mal visto”, a diferencia de lo que sucede en otros países de la región que vivieron dictaduras, sostiene el politólogo Santiago Basabe, de la privada Universidad San Francisco de Quito.
Noboa también enfrentó una crisis diplomática con México por ordenar una incursión armada en su embajada para detener al asilado ex vicepresidente de Correa Jorge Glas, así como una inédita sequía que derivó en apagones de hasta 14 horas diarias.
Su gobierno además estuvo marcado por una mala relación con el Legislativo y una fuerte pelea con su vicepresidenta Verónica Abad, que debió marcharse a regañadientes tras ser enviada por Noboa como embajadora a Israel y luego a Turquía.
Abad acusa al presidente de violencia de género tras sus intentos de suspenderla del cargo y él dice que fue un “error” escogerla como dupla.
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