El Gobierno creó un sistema de monitoreo de las exportaciones de jugo de limón a Estados Unidos
El Gobierno creó un sistema de monitoreo de exportaciones de jugo concentrado de limón a Estados Unidos en sus distintas modalidades de procesamiento. La medida, formalizada a través de la Resolución 18/2025 publicada en el Boletín Oficial y firmada por el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta, tiene el objetivo de “garantizar el cumplimiento del Acuerdo de Suspensión” de la Investigación de Derechos Antidumping al jugo concentrado de limón firmado en 2016, y renovado el mes pasado. Este acuerdo, tras intensas negociaciones, busca evitar prácticas de dumping y preservar el acceso al mercado norteamericano, clave para el sector citrícola argentino.
El nuevo sistema de monitoreo abarca el 100% de las exportaciones anuales de jugo de limón concentrado destinadas a Estados Unidos y solo podrán exportar las empresas signatarias del Acuerdo de Suspensión, es decir, aquellas que hayan adherido a su última revisión y cumplan con los precios de referencia acordados: ya no se hará por porcentaje. Hay 14 fábricas en el país que producen este jugo. Dentro del listado del Gobierno fueron autorizados 15 signatarios, que alcanza también a dos o tres fasoneros. Hubo dos fábricas que no aceptaron el Acuerdo, pero en la industria aclararon que por sus volúmenes de producción no afectaban el espíritu del Acuerdo. El gran volumen de producción de limón es de Tucumán y hay producción también en Salta, Jujuy y Corrientes. La mayoría de las empresas procesadoras son de Corrientes y de Entre Ríos.
José Carbonell, presidente de la Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), sostuvo que Estados Unidos es el principal cliente de jugo de limón de la Argentina. Ese país tenía aranceles que iban a más del 100% según la firma y la del jugo, porque hay un jugo de referencia que es el de 400 GPL. Aclaró que hay varios tipos de jugo que se hacen a medida de las necesidades del cliente, con base en la acidez, turbiedad, concentración, etcétera. Así, se reconoció que la provisión de jugo de limón de parte de la Argentina es insustituible, por su volumen e importancia. El acuerdo tendrá revisión a los cinco años.
Desde hace más de 15 años, la Argentina y Estados Unidos han mantenido negociaciones en torno a la exportación de jugo de limón. En el pasado, Estados Unidos aplicaba aranceles superiores al 100% sobre el producto, lo que impulsó ahora la firma del acuerdo de suspensión. Este establecía un precio mínimo de exportación, inicialmente fijado en US$2760 por tonelada, y regulaba que el 85% del jugo exportado cumpliera con estos valores para evitar la aplicación de aranceles antidumping.
Sin embargo, en los últimos años, los precios en el mercado spot [internacionales] comenzaron a caer debido a la sobreoferta, y algunas empresas exportaron por debajo del precio pactado. Esto derivó en la necesidad de renegociar el acuerdo, cuya vigencia fue extendida hasta el 30 de agosto de 2024. La discusión involucró intensas negociaciones con el Departamento de Comercio y de Agricultura de Estados Unidos, así como con la empresa Ventura Coastal, una especie de cooperativa que agrupa a todos los productores de jugo californianos, y tiene una actitud muy protectora de sus precios.
La Argentina produce en promedio alrededor de 90.000 toneladas de jugo y Estados Unidos significa una tercera parte de la exportación de todo ese jugo. En la Argentina se industrializa el 75% de la fruta que se produce. El core business es la industria. El precio de Estados Unidos es sin dudas referencia para las restantes exportaciones de jugo que son a todo el mundo.
Carbonell destacó que el país norteamericano es el principal destino del jugo de limón argentino y que su provisión es insustituible por volumen e importancia. Sin embargo, reconoció que los precios de referencia fijados en el acuerdo anterior eran inviables en el contexto actual. Como parte de la renovación, “el precio de referencia se redujo en aproximadamente US$500, situándose en torno a US$2200 por tonelada”.
El presidente de Federcitrus destacó el rol que jugó tanto la Secretaría de Comercio como la Cancillería argentina en el manejo de este proceso. “Fueron muy proactivas, se capacitaron mucho en esto, conocían perfectamente qué es lo que estaba en juego y fueron muy útiles para conducir este proceso”, afirmó. Este acuerdo fue firmado el 20 de octubre de 2016, y su modificatoria se hizo el 17 de enero de 2025, durante la administración del expresidente, Joe Biden. Carbonell aclaró que el cambio de administración en Estados Unidos, con la asunción de Donald Trump, no ha alterado el acuerdo, ya que este responde en rigor a una negociación entre el sector privado de ambos países. “El acuerdo dependía de lograr un consenso con la contraparte californiana, y eso se consiguió”, afirmó.
Con la implementación del sistema de monitoreo, el gobierno nacional busca garantizar la estabilidad del sector citrícola y preservar el acceso preferencial al mercado estadounidense, clave para la industria del jugo de limón en el país, que en esta campaña tendrá una menor oferta de fruta y consecuentemente menor molienda, menores stocks de derivados en el mercado y la posibilidad de defender mucho mejor los precios. La Dirección General de Aduanas, a cargo de José Andrés Velis, será la encargada de autorizar las exportaciones, mientras que la Subsecretaría de Mercados Agroalimentarios e Inserción Internacional, de Agustín Tejeda, llevará un registro mensual de todas las operaciones. Esta información podrá ser remitida al Departamento de Comercio de Estados Unidos para garantizar el cumplimiento del acuerdo.
La helada de julio del año pasado afectó el limón de verano, según mencionó el empresario. El limón es una de las pocas frutas que son reflorescientes y si bien tiene una campaña de cosecha que va de abril a septiembre, siempre hay otras flores que provee para el verano, que es cuando más consume el país. Este año, las heladas afectaron esa flor, por lo que ha habido muy poca fruta de verano. Esto llevó a que se importe de Chile, España, de Egipto y de Brasil, para abastecer el consumo interno.
El empresario resaltó que hay épocas de sobreoferta del limón, donde los precios bajan considerablemente y el primer eslabón, es decir, el productor, es el más afectado. Así, comienzan a trabajar por debajo de los costos de producción. Resaltó Carbonell, que “cuando hay mucha oferta, esto se traduce en menores precios para el productor”. Además, desde hace seis años están trabajando y viviendo una crisis dura que impacta en el productor no integrado, es decir, aquellos que solo producen y que no tienen empaque ni fábrica. “El productor viene perdiendo plata desde hace seis años. El último año de rentabilidad fue en 2018, y la fruta durante la larga temporada de exportación, es decir, el invierno nuestro está regalada en la verdulería”. El acuerdo significa una buena noticia para el sector.
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