Se presentaba como uno de los partidos más atractivos de la jornada de cuartos de final del Argentina Open. Por lo que podían ofrecer dentro de la cancha Mariano Navone, envalentonado tras conseguir ante Holger Rune la mejor victoria de su carrera, y João Fonseca, la sensación del torneo por la soltura con la que juega siendo todavía un adolescente. Pero también por la rivalidad Argentina-Brasil que inevitablemente se iba a trasladar a las tribunas. Y el encuentro estuvo sobradamente a la altura.
A pesar de la lluvia, hubo buen marco de público y clima de Copa Davis en el Buenos Aires Lawn Tennis. Lógicamente, los argentinos superaron en número a los brasileños, pero los fanáticos visitante dispersados en diferentes sectores del estadio también se hicieron sentir. El apoyo estuvo dividido y Fonseca, de 18 años, 99 del mundo y con un futuro prometedor, se nutrió de los gritos de aliento que en más de una oportunidad demoraron la ejecución de los saques y se llevó una victoria importante: fue 3-6, 6-4 y 7-5 en dos horas y 54 minutos para citarse con Laslo Djere (112°) en la primera semifinal ATP de su promisoria carrera.
Consciente de la enorme peligrosidad del drive de Fonseca, la última gran aparición en el circuito ATP, Navone volcó el juego por el lado del revés y buscó profundidad para evitar que su rival le tome la iniciativa. Así, atado a ese plan estratégico, se adelantó 5-1. ¿El principio del camino hacia una cómoda victoria? Nada de eso. Todavía le quedaba un largo rato por jugar, sumado a dos breves interrupciones por lluvia que demoraron la acción, y a partir del segundo set el partido se llenó de altibajos. Quedaban muchas emociones por vivir.
Ya en el final del primer parcial se vio lo mejor del repertorio del brasileño, aunque no le iba a alcanzar para remontar una desventaja tan abultada: un saque potente y una derecha fulminante, que dará de qué hablar en los próximos años; el revés, si bien en más de una oportunidad le permitió escapar de la presión del argentino al ejecutar ese golpe con precisión por la paralela, todavía parece ser su punto débil. Estaba en partido.
De todos modos, no logró sostener la levantada. Tampoco consiguió Navone esa regularidad para dar el zarpazo final. Había nerviosismo, de un lado y del otro de la red. Hubo cinco quiebres de saque en el segundo set y puro drama en el tercero. El brasileño levantó dos match points sacando 3-5, cuando parecía que la historia se terminaba, y luego se adueñó del momento en el final del partido. Para el argentino, en tanto, esas ocasiones que no aprovechó fueron un golpe del que ya no se iba a poder levantar.
“Fue un partido muy difícil física y mentalmente. Tengo que agradecer a todos por quedarse acá con la lluvia. Tengo que agradecer también a mi entrenador. No estaba jugando mi mejor tenis en el comienzo, pero seguí luchando hasta el final. Estas son las victorias que más valen en el circuito y en la vida; son las que te fortalecen como persona”, sintetizó en la entrevista post partido.
“En ese momento hay que tener coraje para hacer lo que trabajaste con tu entrenador. Tuve un poco de suerte también”, agregó con respecto a los puntos de partido que tuvo en contra.
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