Commodities agrícolas, un equilibrio delicado entre alimentación, economía y cambio climático

Un commodity es una materia prima tangible utilizada en la producción de bienes más elaborados. Se caracteriza por su homogeneidad entre productores y la volatilidad de sus precios. Entre los commodities agrícolas más relevantes se encuentran el maíz, arroz, trigo, cacao y café.

La importancia de los commodities agrícolas radica en su papel fundamental en la alimentación de la población mundial y su impacto en la estabilidad económica de muchas regiones. Eventos como la pandemia o conflictos bélicos tienen un impacto directo en sus precios, como se vio con el trigo tras la guerra entre Rusia y Ucrania.

La alta volatilidad en el precio de estos productos supone riesgos significativos para toda la cadena de producción. Para 2025, las proyecciones indican que los precios de los productos agrícolas como la soja, el trigo, maíz y arroz continuarán disminuyendo debido a suministros abundantes. Se prevé una caída del 2% en los precios agrícolas en 2024 y 2025, impulsada por cosechas abundantes y una oferta global robusta.

Diferente es el caso del chocolate (cacao) y el café, dos de los placeres más arraigados en nuestra sociedad, en donde hemos visto un aumento constante en sus precios. Las fluctuaciones de precios plantean un desafío económico para los países productores, muchos de los cuales dependen de las exportaciones de estas materias primas para financiar inversiones públicas.

En los últimos años, además de causas geopolíticas, las cadenas globales de producción y suministro agrícola se han visto afectadas por el cambio climático. Esta alteración también compromete la estabilidad económica, afectando tanto a empresas como a comunidades dependientes del sector.

La variabilidad climática ha vuelto los rendimientos de los cultivos más impredecibles, reduciendo la disponibilidad de estos productos. Evaluaciones hacia 2050 indican que los riesgos climáticos seguirán amenazando estas materias primas fundamentales, incluso en escenarios optimistas de bajas emisiones, lo que resalta la urgencia de medidas de adaptación.

Evaluaciones hacia 2050 indican que los riesgos climáticos seguirán amenazando estas materias primas fundamentaleIvan Valencia – AP

Las commodities agrícolas como soja, maíz, trigo y arroz, así como café y cacao, son altamente sensibles a estos cambios. La alta concentración geográfica de su producción incrementa el riesgo de desabastecimiento. Por ejemplo, el 90% del arroz se cultiva en el sudeste asiático, una región particularmente expuesta a eventos climáticos extremos. Para 2050, se estima que más del 30% del maíz y el 50% del trigo estarán sometidos a condiciones de sequía significativa en un escenario de altas emisiones.

En el caso del cacao, el 70% de la producción mundial proviene de países tropicales del continente africano y un 24% de América Latina. Los precios del cacao, en el 2024 han alcanzado niveles récord debido a las interrupciones de la cadena de suministro, las condiciones climáticas adversas y el aumento de la demanda. El coste del cacao, ingrediente clave para la elaboración del chocolate, se disparó un 136% entre julio de 2022 y febrero de 2024. El precio por tonelada en el mercado a futuro, superó los 10.000 dólares por primera vez en la historia el 26 de marzo de 2024.

A lo largo de los años, la demanda creciente ha impulsado la tala masiva de selvas para expandir su cultivo. En muchos países, el cacao se cultiva como monocultivo, lo cual ha contribuido a la deforestación y a la degradación de los ecosistemas. Los retos medioambientales como el cambio en los patrones meteorológicos, envejecimiento de los árboles y la propagación de enfermedades han devastado las cosechas en regiones productoras claves, lo que se ha traducido en menores rendimientos y mayores costes de producción.

En el caso del café, América Latina es un buen ejemplo para exponer las consecuencias del cambio climático sobre este cultivo. La demanda creciente de café se ve afectada por las condiciones climáticas adversas que reducen su producción y provocan el aumento de su precio.

En el caso del café, América Latina es un buen ejemplo para exponer las consecuencias del cambio climático sobre este cultivo

Brasil produce alrededor de un tercio del café del mundo, lo que convierte al país en el mayor productor del mundo. La peor sequía en 70 años en Brasil, ha impulsado un aumento del 43% en el precio de la variedad arábica, estimándose que la cosecha para la temporada 2024/25 es la más baja en 13 años, debido a la falta de lluvias. Vietnam, segundo productor mundial de café, enfrenta un déficit en la oferta debido a sequías por cuarto año consecutivo, y se proyecta una disminución significativa en la superficie cultivable para 2050.

En resumen, la volatilidad de los precios, exacerbada por eventos geopolíticos y la creciente amenaza del cambio climático, pone en riesgo la producción y la estabilidad económica. Es crucial adoptar medidas urgentes de adaptación, promover prácticas agrícolas sostenibles y reconocer la innegable realidad del cambio climático para garantizar el futuro de la alimentación y la prosperidad de las comunidades agrícolas.

El autor es ingeniero agrónomo, con una maestría en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Fue parte del Servicio de Extensión Rural perteneciente al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Israel, actualmente ocupa el cargo de Director del Departamento de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional

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