“A Javier no le gustan los médicos”, describe un dirigente que supo acompañarlo desde los inicios del locuaz economistas en la política activa. Si bien la salud del Presidente es una cuestión de Estado, en el entorno de Javier Milei cuidan con estricta reserva todo lo referido a su intimidad y a su bienestar.
Desde hace años el Presidente no tiene un médico de cabecera pero convive con recurrentes dolores en la espalda y alergias. Detrás de su cuidado está su hermana Karina y su amiga Sandra Pettovello que en 2024, en el fragor de la gestión, también se preocupó por conseguir un médico de confianza para el mandatario.
Finalmente los hermanos Milei depositaron su fe en Manuel Emilio Estigarribia, un integrante de la Unidad Médica Presidencial (UMP) que había ingresado al cuerpo en 2017 bajo la gestión de Simón Salzberg al frente de la institución, en la presidencia de Mauricio Macri.
Era un cardiólogo más de un cuerpo de un especialistas que a, comienzos de 2024, la poderosa secretaria general de la Presidencia buscaba ajustar. Pero Estigarribia logró captar la atención del Presidente luego que asistiera en vuelo a un integrante de la comitiva presidencial que se descompensó durante una de las primeras giras al exterior.
Durante los primeros meses de gestión, y en momentos en en que la motosierra se posaba sobre la UMP -se despidió a personal y se desprendió de una ambulancia de la quinta de Olivos, por caso-, otro cardiólogo, Diego Hoffman, se hizo cargo de la entidad como coordinador de la misma.
Pero el 4 de abril pasado los hermanos Milei decidieron recompensar a Estigarribia y lo nombraron director de la UMP de la Secretaria General aunque, ajuste mediante, le dieron rango de subsecretario (hasta la gestión pasada tenía estatus de secretario de Estado). Finalmente el recorte sobre la institución se moderó, y por ejemplo, en febrero de 2025 se oficializaron dos nuevos integrantes en reemplazo de dos profesionales que se jubilaron.
Como sea, en la intimidad presidencial esa decisión aportó cierta tranquilidad: Milei podría ser ser monitoreado por un profesional de trayectoria. “Por suerte le agarró confianza porque es desconfiado con los médicos”, indicó, por su parte, un ex funcionario consultado.
Tras un fin de semana de furia por el escándalo por la criptomoneda $LIBRA que promocionó el presidente Javier Milei en X, y terminó por desplomarse en cuestión de minutos arrastrando con pérdidas a miles de inversores, en el entorno presidencial intentaron apaciguar los abruptos cambios en el estado de ánimo del jefe Estado.
El Presidente sufre problemas en la columna, como confesó en 2021, que le ocasionan dolores en la espalda y prefiere los ambientes muy fríos porque en el pasado ha sufrido lipotimias por las altas temperaturas. Es por eso que es usual verlo con campera de cuero o buzo aún en verano cuando trabaja en su despacho de Casa Rosada o en la quinta presidencial.
También en 2021, en una entrevista con el diario Perfil, Milei dio cuenta que buscó apoyo emocional durante “cuatro o cinco años” al asistir a una terapia con un psicólogo al que identificó como Marcos y que falleció a comienzos de ese año, en plena pandemia de Covid.
Definió a su terapeuta como “una superestrella” y recordó esa etapa como “muy gratificante. Llegó en un momento muy complicado para mí y me permitió abrir la cabeza. Era muy desafiante la situación. Me hacía preguntas que me hacían dar cuenta de qué cosas no iban y cuáles sí, y qué tenía que mejorar. Si no mejorabas, Marcos decía que no había que perder el tiempo”.
Hoy Milei, según explican fuentes que conocen la intimidad presidencial, busca apoyo emocional en su amiga Pettovello y en el rabino Axel Wahnish, designado por su poderoso amigo como embajador argentino en Israel.
El jefe de Estado decidió no tomar vacaciones y mayormente ha ocupado su agenda en la Residencia de Olivos, donde además goza de la compañía de sus perros mastines. Aunque él mismo se asume como “workaholic”, en su entorno no preocupa que no haya tomado un descanso: en años anteriores tampoco solía tomar tiempo para vacacionar en verano. “Es un solitario”, lo describe un dirigente bonaerense que supo acompañarlo en 2023 en el trajín de la campaña electoral.
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