¿Otro saludo nazi en el círculo de Trump? Polémica de un influyente exasesor en la convención conservadora
NATIONAL HARBOUR, Maryland.- “La única forma en que ellos ganan es si nosotros retrocedemos. Y no vamos a retroceder, no vamos a rendirnos, no vamos a renunciar. ¡Luchen, luchen, luchen!”, exclamó con vehemencia Steve Bannon, exasesor de Donald Trump, durante su discurso el jueves en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), a la que también asistió el presidente Javier Milei.
Sin embargo, no fueron sus palabras las que captaron la atención del público, sino el gesto que las acompañó: un movimiento que muchos han interpretado como un saludo nazi.
Al concluir sus declaraciones, Bannon extendió su brazo derecho hacia adelante con la palma hacia abajo, un gesto que evoca el infame saludo utilizado en la Alemania nazi.
La acción ha desatado una oleada de críticas y reacciones enérgicas, avivando el debate sobre la presencia de símbolos extremistas en la esfera política. Mientras algunos sostienen que fue un gesto inocuo, otros advierten sobre el peligro de la normalización de expresiones asociadas con ideologías radicales.
Este incidente se suma a una polémica reciente que involucró a Elon Musk, quien fue acusado de realizar un gesto similar durante un evento relacionado con la investidura de Donald Trump. En su defensa, el fundador de Tesla y SpaceX rechazó las acusaciones y afirmó que su acción no tenía connotaciones extremistas, sino que era una expresión simbólica de solidaridad.

En aquel entonces, el presidente argentino salió a respaldarlo. Milei aseguró que Musk es “una de las personas más importantes de la historia” y que “empuja el progreso humano”. “Nazi, las pelotas”, recriminó.
La reiteración de estos gestos por parte de figuras influyentes ha encendido las alarmas sobre la posible normalización de símbolos asociados con ideologías extremistas dentro del discurso político dominante. Diversas organizaciones de derechos civiles han manifestado su preocupación, advirtiendo que este tipo de acciones, intencionales o no, pueden contribuir a la radicalización de ciertos sectores y socavar los principios democráticos.
Steve Bannon es un estratega político, exasesor de Donald Trump y una de las figuras más influyentes de la derecha populista en Estados Unidos. Se desempeñó como jefe de estrategia de la Casa Blanca durante los primeros meses de la presidencia de Trump en 2017, antes de ser destituido.
Antes de eso, fue director ejecutivo de la campaña presidencial de Trump en 2016 y dirigió Breitbart News, un sitio de noticias de extrema derecha que promovía el nacionalismo y el populismo
Bannon ha sido señalado como un impulsor de la llamada “alt-right” (derecha alternativa), un movimiento que incluye nacionalistas blancos, conspiracionistas y otros grupos radicales. Aunque él niega ser racista o supremacista blanco, sus posturas han sido acusadas de alimentar el extremismo.
El 11 de febrero de este año, el exasesor de Donald Trump se declaró culpable ante un tribunal del estado de Nueva York de un cargo de fraude relacionado con su campaña de recaudación de fondos para levantar un muro en la frontera entre Estados Unidos y México.
En una audiencia, Bannon, de 71 años, se declaró culpable de un cargo de plan para defraudar, por el que fue condenado a tres años de libertad condicional, con lo que evitó la cárcel.
Bannon fue acusado de lavado de dinero y conspiración, y acusado de engañar a donantes en 2019 que contribuyeron con más de 15 millones de dólares a una campaña privada de recaudación de fondos, conocida como “Construyamos el muro”, durante el primer mandato de Trump en la Casa Blanca.
Bannon también ha promovido teorías de fraude electoral en Estados Unidos y ha instado a sus seguidores a desafiar los resultados de las elecciones de 2020. Se lo considera un actor clave en la radicalización de la base trumpista y en la desinformación política.
En 2022, fue declarado culpable de desacato al Congreso por negarse a testificar ante el comité que investigaba el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Agencias AP y Reuters
Los comentarios están cerrados.