El argentino que es vestuarista de grandes producciones de Broadway

El rosarino Alejo Vietti repasa que llegó a Nueva York “con una mano atrás y otra adelante”. Fue de vacaciones, en 1996, con su familia y antes de viajar les advirtió que él no volvería. Logró hacerse un lugar y crecer, es hoy un vestuarista reconocido de Broadway; trabaja con nombres muy importantes. Lidia con presupuestos que pueden ir desde los US$30.000 a US$1,5 millones. “Ese es uno de los desafíos; el otro es lograr la sintonía con el director, con los actores”, cuenta a LA NACION.

Asegura que siempre tuvo “una fijación” con Nueva York. “Pero cuando quería apretar el gatillo me pesaba lo negativo. Me decía ‘no conozco, no tengo papeles, no tengo los recursos’”. En Rosario estudió Derecho mientras trabajaba en una escribanía. Una pregunta de su papá le cambió la vida. Le preguntó si era feliz con lo que hacía. La respuesta fue que no, que le gustaría diseñar. “Renunciá y empezá”, le sugirió. Como no existía la carrera de Diseño de Vestuario hizo Diseño Gráfico. “Me sirvió mucho, aprendí dibujo, disciplina, historia del arte -describe-. Trabajaba a la vez como cronista de espectáculos. Lo hice con (Luis) Novaresio; con (Reynaldo) Sietecase; en la CNN Radio Fisherton; con (Evaristo) Monti”.

Whoopi Goldberg en Annie, obra para la que trabajó en Nueva York y que recién finaliza

“Empezar nunca es fácil”, confirma y precisa que le sirvió ser un “conocedor” de los diseñadores. Llegó con una “lista de nombres, a los que llamaba para pedir entrevistas”. No existía internet, todo era con la guía de teléfono”. Una de las llamadas lo condujo a Ann Roth, quien venía de ganar un Oscar por El Paciente Inglés. Ella le explicó que no tenía nada en ese momento, solo la posibilidad de tomarlo por dos semanas y media. “Acepté, me recomendó a otro y así fui pasando”, sintetiza.

El “salto” lo dio cuando fue director asociado de una puesta de La Gaviota de Chéjov en 2001 con dirección de Mike Nichols (El Graduado) y participación de Meryl Streep, Kevin Kline y Philip Seymour Hoffman. “Después de 21 años Streep volvía al teatro y había mucha expectativa; fue muy importante. El elenco eran todos Oscars. Entré por la puerta grande. Me permitió el contacto con (Jess) Goldstein, docente de Yale y de quien fui muchos años diseñador asociado; hice muchos espectáculos en Broadway y óperas en Washington”.

Por ejemplo, vistió a las Rockettes del Radio City Music Hall para Disney en Estados Unidos, Japón, Alemania y Austria; hizo la comedia musical Beautiful. Sumó varios premios. Hace poco terminó su producción para Titanic, que se estrenó en Londres y se hará en Nueva York, Australia, Canadá y en el Lido de París y está con Smash, comedia musical que tiene como uno de sus productores a Steven Spielberg y que se estrenará en el Imperial Theatre de Broadway.

Vietti admite que su carrera no siguió el “camino habitual” de la mayoría de los vestuaristas que hacen un master en Bellas Artes en las universidades de Nueva York o de Yale. “Son cuatro años y medio y la salida laboral es casi inmediata -precisa-. No lo hice porque no tenía la plata”. Terminó dando clases en Fordham.

Cabaret una de las puestas en las que participó Vietti

Una abogada que trabajaba con top models y a la que llegó por un diseñador belga fue la encargada de tramitarle su primera visa laboral (H-1B) en el ‘97; en el 2001 consiguió la que se entrega a trabajadores “con habilidades extraordinarias”, después llegó la Green Card y en el 2020 se convirtió en ciudadano.

El rosarino sostiene que para hacer carrera, es clave “aprender a no ser tan confrontativo; escuchar, asimilar y elaborar”. “Hay que saber elegir las batallas y que sean las menos posibles; hay que pulir al máximo las habilidades sociales; comunicar, recibir las opiniones de otros. Hay que lidiar diariamente con personalidades diferentes y es importante saber interactuar”.

Diseñar vestuarios no solo implica creatividad e interacción con actores y directores, también gestionar con presupuestos que, en general, suelen estar por debajo de las expectativas. Vietti detalla que se alquila, se compra ropa ya usada y se la reforma, a la vez que se confecciona otra parte. “Los talleres se eligen en función de los estilos, de lo que se quiere hacer, los hay por especialidades -apunta-. Tanto en Estados Unidos como en Londres hay grandes espacios que se especializan en alquilar”. Grafica con Cosprop, empresa del diseñador John Bright y que está detrás del vestuario de algunas de las películas y series de época más icónicas.

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