En los últimos seis años, la Argentina exportó 536 millones de toneladas entre granos y subproductos, alcanzando un valor FOB de US$189.000 millones, según la Bolsa de Comercio de Rosario [BCR]. En promedio, entre 2019 y 2024, exceptuando 2023 por la sequía histórica, se enviaron 95,9 millones de toneladas anuales. Más de la mitad de estas exportaciones tuvieron como destino Asia y casi un cuarto fueron dirigidas específicamente al sudeste asiático.
La región, compuesta por once países, ha registrado un rápido desarrollo económico. Además, las diversas configuraciones políticas, religiosas y culturales condicionaron los patrones de consumo alimenticio de estas naciones: mientras que en Vietnam la carne de cerdo es clave en la dieta, en países de mayoría musulmana, como Indonesia y Malasia, la demanda es baja. Sin embargo, el sudeste asiático se ha convertido en un mercado estratégico para la agroindustria, absorbiendo el 28% del comercio global de harina de soja y representando el 10% del consumo mundial de carne de cerdo y el 9% del de carne aviar.
“Vietnam es el principal importador de maíz y harina de soja argentina, durante el 2024 más de 6 millones de toneladas del cereal y 3,4 millones de harina se embarcaron hacia la nación asiática y explicó la mitad de las toneladas exportadas a la región”, dijeron en el informe.
Agregaron: “Luego, Indonesia y Malasia son los destinos más importantes del agro argentino en el sudeste asiático. En ambos los envíos de harina de soja y maíz son muy significativos, aunque Malasia prácticamente duplique el nivel de importaciones del cereal que Indonesia. Sin embargo, a este último, también llegan varias toneladas de trigo, siendo inclusive el segundo mercado comprador para argentina luego de Brasil”.
El crecimiento del sudeste asiático como destino de las exportaciones agroindustriales argentinas se ha consolidado en la última década. Antes de 2010, la Argentina exportaba menos de 50 millones de toneladas al mundo, con Asia y Europa como principales destinos. En los últimos 14 años, las exportaciones a Asia se multiplicaron por 2,7, mientras que las destinadas al sudeste asiático crecieron cuatro veces. Actualmente, el promedio de exportaciones anuales es de 95 millones de toneladas, con 15 millones destinadas a esta región.
El crecimiento económico de la región ha sido determinante en este proceso. Entre 2009 y 2023, el PIB per cápita de Indonesia y Filipinas creció más del 60%, mientras que en Vietnam se duplicó. El crecimiento promedio del sudeste asiático fue del 3,2% anual, superando el 2,1% mundial y el 0,4% de Argentina. Además, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) mejoró significativamente: en 2010, siete de los once países tenían un desarrollo medio o bajo; en 2022, siete alcanzaron un desarrollo alto y cuatro ingresaron a la categoría de muy alto desarrollo.
Las proyecciones indican que la región continuará en una senda de crecimiento. La FAO estima que el consumo de proteína aumentará en 9 gramos por persona por día en los próximos diez años, y que para 2033 la participación del sudeste asiático en el consumo forrajero global subirá del 16% al 25%. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) proyecta un crecimiento del ingreso real del 4,4% anual hasta 2034, con Vietnam liderando con más del 6% anual.
Como consecuencia, se espera un aumento en la demanda de insumos forrajeros. Se estima que la región representará el 20% del incremento de las importaciones globales de maíz y el 70% de las de harina de soja.
Vietnam seguirá siendo el principal socio comercial del agro argentino. Se proyecta que los vietnamitas importen 6 millones de toneladas más de maíz y 1,7 millones de toneladas más de harina de soja en 2034, para pasar a representar el 7% de las importaciones globales del cereal y el 9% de las importaciones mundiales de harina de soja.
LA NACION
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