La industria de biodiésel aguarda el resultado de una negociación para recuperar “pronto” Estados Unidos y Perú
La producción argentina de biodiésel creció un 40% en 2024 respecto a 2023: alcanzó 1,12 millones de toneladas. Sin embargo, el sector aún se encuentra lejos de sus niveles históricos: desde su máximo alcanzado en 2017, cuando se acercó a 2,87 millones de toneladas, la producción nacional cayó un 60% en volumen. Por el contrario, la producción mundial de biodiésel creció un 75% en el mismo período, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Empresarios del rubro hablan, entre otros puntos importantes, sobre una pérdida de participación del producto argentino luego de las restricciones en países compradores como Estados Unidos [cerrado por la aplicación de altos aranceles desde 2016] y Perú. Por ello, aguardan el resultado de gestiones que se están realizando con Cancillería para destrabar el acceso.
Mientras que los principales países productores experimentaron tasas de crecimiento de entre dos y tres dígitos, la Argentina quedó rezagada en el mercado global. “Indonesia cuadruplicó su producción en los últimos siete años, Brasil la duplicó con creces y, si sumamos al HVO [un combustible renovable obtenido a partir de aceites de cocina usados], Estados Unidos creció un 160% en su abastecimiento de biocombustibles derivados de aceites vegetales”, señalaron los especialistas de la BCR. Asimismo China incrementó su producción un 150% y la Unión Europea, principal productora global, elevó un 10% su producción en el mismo período, de acuerdo con datos de Oil World.
La caída argentina se profundiza al analizar los promedios de producción. Excluyendo la pandemia y comparando los períodos 2022-2024 con 2017-2019, la producción local cayó un 48%, mientras que los principales fabricantes de biodiésel continuaron en alza. Como consecuencia, la participación argentina en la producción mundial del biocombustible pasó del 7,8% en 2017 al 1,8% en 2024. “El retroceso argentino en el mercado mundial de biodiésel ha sido muy pronunciado”, informaron en el documento.
El presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), Luis Zubizarreta, detalló sobre la caída de la producción de biodiésel: “Un mundo proteccionista ha creado injustificadas barreras a nuestras muy competitivas exportaciones. Si bien hemos logrado un razonable acuerdo con un gran mercado como es la UE, aún no hemos podido reabrir el mercado de Estados Unidos, que fue muy importante para nuestra industria [llegó a representar ingresos por más de US$1200 millones], ni tampoco el del Perú. Seguimos trabajando con Cancillería para revertir las barreras en ambos países y confiamos en obtener resultados pronto”.
Uno de los principales motivos que explican este declive es, indicaron, el marco regulatorio de biocombustibles sancionado en 2021, que representó un fuerte golpe para la industria. Entre otros cambios, esta ley implicó la baja de la tasa de corte con biodiésel del 10% al 5%. Si bien la medida se revirtió parcialmente en 2022, con aumentos transitorios hasta el 12,5%, el corte nominal quedó en 7,5%, y “nada impide a la autoridad de aplicación bajarlo hasta el 3%”.
A esto se sumó el incumplimiento del corte obligatorio en el mercado interno y la caída en las exportaciones. En 2022, el biodiésel argentino fue el noveno complejo exportador del país, generando más divisas que sectores como la cebada, la pesca, los lácteos y la siderurgia. Sin embargo, la situación cambió drásticamente en los últimos años.
“Tenemos una pésima ley para abastecer el mercado doméstico, con un esquema que no existe en ningún país del mundo, donde se excluye y discrimina a la industria más eficiente y competitiva de la provisión del mercado local. Existe un esquema de cuotas para un limitado grupo de empresas y precios definidos por la burocracia que no surgen del mercado, algo que hay que desterrar de forma urgente”, explicó el presidente de Carbio.
Agregó: “Debemos tener un mercado abierto a la competencia, donde puedan participar todas las empresas y replicar lo que sucede en todos los países con corte. Por otro lado, debemos replicar lo que sucede en Brasil, donde el corte tiene un sendero creciente partiendo de un nivel que duplica el existente en la Argentina”.
“Lamentablemente, la capacidad ociosa de la industria de biodiésel en la Argentina supera el 70%”, afirmó Zubizarreta. “La solución viene, como mencioné anteriormente, por reabrir mercados externos y sacar una nueva ley de biocombustibles de acuerdo a lo allí mencionado”.
En este sentido, el presidente de Carbio aseguró que tienen conversaciones permanentes con el equipo de Cancillería en Estados Unidos para reabrir el mercado al biocombustible argentino, “que viene trabajando el tema hace años, y creemos que la buena relación entre ambos países puede ayudar a lograr el objetivo pronto”.
“Dado el contexto global de expansión del biodiésel, las oportunidades que ve Carbio para mejorar la inserción internacional de la Argentina en este mercado sería tener un esquema interno serio y ello ayudará a atraer nuevas inversiones. Creemos que una clara oportunidad está en la provisión de combustible sustentable para aviación y para el transporte maritimo”, finalizó.
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