Dos estudios contables se fusionaron para crear una de las consultoras de servicio más grande del país
Entre impuestos nacionales, provinciales y tasas municipales, la Argentina tiene 154 tributos vigentes. Y cada cierto tiempo aparecen nuevas cargas fiscales, en un intento del Estado por recaudar más. También se generan saldos a favor, por las retenciones, percepciones y pagos a cuenta. Y la devolución se ve perjudicada por los efectos de la alta inflación. Estos son algunos de los problemas que enfrenta el sistema tributario argentino y que “boicotean la competitividad”, según César Litvin, el CEO de uno de los estudios contables más grandes del país.
Con más de 40 años de historia, Lisicki, Litvin & Asociados anunció este martes su fusión con el estudio Abelovich, Polano & Asociados. Entre ambos, suman un total de 600 especialistas repartidos en diez oficinas ubicadas en Buenos Aires, Salta, Corrientes, Córdoba y San Luis, entre otras. Y aunque originalmente Lisicki, Litvin & Asociados nació como un pequeño estudio contable, actualmente ofrece 24 servicios profesionales, entre ellos impuestos, auditoria y consultoría, servicios legales, pymes y bancos y servicios financieros.
“Estamos en un momento de grandes desafíos, que nos obligan a tener un músculo preparado para poder atender las cosas que se vienen. El mundo nos muestra que va hacia una consolidación. Y, si no, veamos las fotos de los diarios de ayer, pasamos a tener una sola empresa telefónica, cuando teníamos dos. En esa misma línea, hay que reforzar los servicios profesionales para poder tener los recursos humanos, el talento que se requiere y las inversiones. Eso obliga a tener un tamaño y una escala, que es la que nos propusimos con César [Litvin] desarrollar a partir de ahora”, dijo Daniel Abelovich, durante un evento que tuvo lugar en el Palacio Duhau.
César Litvin, CEO de Lisicki, Litvin y Abelovich, no desperdició la ocasión para hablar sobre la alta carga tributaria que enfrenta el país y cómo eso le pone un freno a la competitividad. Comparó a los impuestos con un martillo. “Puede servir para construir o puede servir para destruir, lo mismo pasa con el sistema tributario”, arrancó. La Argentina se inclina más por la segunda vía.
Para el especialista, esto se debe a, por lo menos, diez problemas que tiene el sistema tributario local y que lleva a la Argentina a liderar varios rankings globales. Por ejemplo, mencionó que el país tiene la segunda mayor tasa tributaria en porcentaje de las utilidades comerciales, del 106,31%, según el Banco Mundial. Por delante, solo se encuentra las Islas Comoras. “Es decir, para que una empresa gane $100, tuvo que dejarle $106 al Estado”, completó.
También señaló que la Argentina tiene algunas cargas fiscales que pocos países comparten y que tendrían que eliminarse. Aunque recientemente el Gobierno redujo el impuesto a las exportaciones (también conocidos como retenciones), es un tributo que solo tienen Irán, Uganda, Rusia, Tanzania, Costa de Marfil, Guinea, Indonesia, Camerún, Camboya y Uzekistán. “Que la Argentina esté dentro de este equipo no habla bien de nosotros, ¿no?”, acotó. Lo mismo sucede con el impuesto a los créditos y débitos (conocido como impuesto al cheque), que nació como temporal en 2001 y que sigue vigente al día de hoy con una alícuota del 0,6% sobre cada transacción. Los otros dos países que tienen este tributo son Perú y Colombia, aunque allá la tasa es del 0,005% y 0,004%, respectivamente.
“En la Argentina se tiene que mejorar la competitividad, bajando la carga fiscal de los impuestos más distorsivos y simplificando el sistema tributario. Es absurdo tener 154 impuestos y tasas vigentes”, agregó. Para Litvin, se tienen que atacar dos cargas fiscales que hoy forman parte del debate público: Ingresos Brutos en las provincias (y gravar solo las ventas minoristas) y las tasas de seguridad e higiene de los municipios.
“Las tasas municipales tienen que tener un cambio rotundo. Los intendentes han hecho una manipulación para cobrar tasas en función de ingresos y no del costo prestacional. Hay que poner en caja a los intendentes que quieren cobrar más. Fíjense, el Banco Nación se está yendo de la Matanza hacia Tres de febrero, que también tiene tasas altas, pero de menor envergadura. Yo creo que lo que quiere este Gobierno es una competencia territorial con el mecanismo de los impuestos y que eso puede funcionar”, agregó.
Por el lado de Ingresos Brutos, aclaró que las provincias aplican diferentes alícuotas y regímenes de retenciones y percepciones, que genera una recaudación anticipada por pagos a cuenta de aproximadamente el 70% del tributo. Para modificarlo, se tendría que crear un Pacto Fiscal como el de 2017 para reducir las alícuotas. “Fue una muy buena idea, pero muy ingenua políticamente. Los gobernadores se comprometieron y cuando cambió el Gobierno se derogó y los gobernadores no cumplieron porque no tenían sanciones”, recordó.
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