El último día de Lacalle Pou como presidente: asado, regalos y los preparativos para sus vacaciones


MONTEVIDEO.- El presidente saliente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, se levantó a las 8.45 en su casa ubicada en el barrio de Carrasco este sábado 1° de marzo, día en el que entregará la banda presidencial a Yamandú Orsi, del Frente Amplio, en una ceremonia de cambio de mando que tendrá lugar en la Plaza Independencia.

Más allá de ese acto, no tiene muchos puntos en la agenda. A la mañana, sobre las 10.30, recibió al mandatario de República Dominicana, Luis Abinader. Más tarde, a las 11.15, se acercó a su casa Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

A la vivienda del presidente saliente se acercaron varios vecinos de la zona para ver tanto a Lacalle Pou como la llegada de los mandatarios extranjeros: algunos se acercaron a simplemente a mirar y otros le gritaron palabras de aliento a Lacalle cuando salió al balcón.

Luis Lacalle Pou en su casa de Carrascodiario El Pais.

Al mediodía Lacalle Pou -que deja el poder con un 53% de aprobación, según una encuesta conocida este sábado- tenía previsto preparar un asado para comer con sus hijos.

Sin embargo, ya tiene planes para lo que hará días después de dejar la presidencia: este domingo saldrá rumbo a Río de Janeiro para hacer un viaje, y después hará otro viaje, cuyo destino todavía no se conoce.

Además, según señalaron fuentes de presidencia a El País, Lacalle recibió dos regalos del rey de España, Felipe IV, con quien tiene un vínculo de larga data: un traje de surf y tres botellas de vino de uva Verdejo.

Luis Lacalle Pou en su casa de Carrascodiario El Pais.

El presidente no asistirá este sábado al Palacio Legislativo, en donde Yamandú Orsi y Carolina Cosse frente a la presencia de ambas cámaras prestarán el Compromiso de Honor que integra la declaración constitucional. Pero sí le entregará la banda presidencial a su sucesor.

El viernes, Lacalle Pou junto a la vicepresidenta Beatriz Argimón y su gabinete saludaron en Plaza Independencia al culminar su último día de gobierno, después de una reunión de despedida en la Torre Ejecutiva.

Tras cantar el himno y recibir arriado el pabellón nacional, el presidente uruguayo dio un breve discurso en el que repasó parte de su vida, empezando por la asociación más inmediata que viene haciendo sobre este día desde hace tiempo: cuando asistió a este mismo evento, pero como hijo del presidente Luis Alberto Lacalle, en el ocaso de la Presidencia del anterior presidente blanco, en 1995. El sentimiento que tuvo entonces y volvió a tener ahora es el de “melancolía”.

De su gobierno, destacó, como lo ha hecho también tantas otras veces, que comenzó y terminó con la coalición unida, una alianza política que nació como expresión de “un clamor popular” que, desde la política, no se pudo sino “entender, interpretar y poner a andar”.

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle, saludando a sus partidarios en su último día en el cargo, en la Plaza de la Independencia en Montevideo el 28 de febrero de 2025JAVIER CALVELO – adhoc

Y que su gobierno, en contraste con otros, buscó ser “de acción”. “Triste sería habernos quedado en el diálogo, en la conversación, en la teorización. Es pecado mortal para un gobernante no accionar y no transformar”, aseguró.

Sobre la definición ideológica de su gobierno, dijo que intentó que fuera “humanista”, en el sentido de que se atendieron necesidades sociales sin importar el número de quienes la reclamaban, pero a su vez imbricado con la “libertad individual” y la “justicia”, formando una “trenza necesaria para que una sociedad se sostenga y crezca”.

Luego hizo la declaración que sería motivo de exaltación y comentarios entre dirigentes de su partido. Se refirió a la conversación que tuvo con un amigo, quien le dijo que estaba loco por querer vivir nuevamente todo lo que le tocó lidiar en este período, que culminaría con una elección que fue ganada por el Frente Amplio.

“Por supuesto que lo volvería a vivir”, dijo Lacalle Pou, que tuvo que detenerse por la celebración que hizo la multitud por esas ocho palabras. “Lo volvería a vivir corrigiendo errores, por supuesto -agregó-. Y creo que hablo en nombre de todos los que integraron el gobierno. Cómo no volver a vivirlo si no hay cosa más linda en la vida que servir al país de uno”.

Eso fue un terremoto entre los blancos, muchos de los cuales vieron en este pasaje una directa aceptación de lo inevitable: que volverá a ser el candidato de la oposición en 2029 para recuperar el gobierno. Otros, sin embargo, eligieron ser más cautos en la interpretación, observando que el condicional puede referirse a una hipótesis y no una ambición.

“Es el activo político más importante del país. Es un activo confirmado, sólido y recontra vigente”, escribió el senador Sebastián Da Silva en su cuenta de X.

En la misma red social, e incluso antes de que el presidente saliente dijera esas palabras que lo perseguirán por mucho tiempo, el extitular del Ministerio del Interior y exasesor presidencial, Luis Calabria, posteó: “Empieza a volver”.

El País (Uruguay)

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