La vuelta a las oficinas a tiempo completo

“Se celebra y se festeja fuerte el fin del home office en @BigboxAr . Vamos vamos vamos!!!”. Este tuit en la red social X (ex Twitter) tuvo una repercusión enorme en la red social con miles de comentarios a favor y en contra. En el mensaje, el fundador de la empresa BigBox muestra a todos los empleados en la oficina en un espacio abierto trabajando. En otro tuit comenta que como están en el mundo de las experiencias y vivencias, la hospitalidad no es virtual. Dos días después, el fundador aumentó la apuesta a los miles de mensajes de la red social: “Los escuchamos. Luego de leer un trillón de mensajes, decidimos duplicar los metros de oficina, y ya tenemos el proyecto de @BigboxAr. ¿Qué falta? ¿Simulador de F1? ¿Simulador de golf? ¿Cine? Barra libre, sin dudas. Nada más espectacular que la presencialidad para crear y conectar”.

¿Qué está sucediendo en el mercado laboral con el trabajo presencial e híbrido? Pareciera que la vuelta a la oficina de forma permanente o un 4 x 1 (cuatro días presenciales y uno de home office) es la tendencia. Amazon, por ejemplo, ha eliminado el teletrabajo para muchos de sus empleados de oficina, exigiendo trabajar los cinco días de la semana en el sitio. Empresas financieras y tecnológicas como JP Morgan y Goldman Sachs también han abandonado el modelo híbrido a favor de la presencia física completa o casi completa. De hecho, el director ejecutivo de Goldman Sachs, David Salomon, dijo en su momento que el trabajar desde la casa “es un aberración” y afirmó que la productividad durante la pandemia mermó.

En su libro El shock del futuro, Alvin Toffler se imaginaba las oficinas del futuro como cabañas electrónicas que harían que la gente no fueran más a la empresa y trabajaran fuera de la ciudad. Parecía una locura futurista. Lo que Toffler proponía en la década de 70 no tuvo muchos adeptos en la vida corporativa por mucho tiempo. Recordemos a Marisa Myers, la ex-CEO de Yahoo! que en 2013 prohibió la posibilidad de trabajar desde casa. Incluso se armó una guardería para sus hijos al lado de su oficina

Un estudio de dos profesores de Harvard Business School, Ethan Bernstein y Ben Waber, analizó la performance de las personas que pasaron de cubículos a espacios abiertos y el resultado es una bomba atómica para los defensores del sistema. El estudio concluye que las personas tienen 73% menos de interacción cara a cara con sus colegas y usan un 67% más el correo electrónico y 75% más de otros medios para enviar mensajes, como WhatsApp. La distancia entre escritorios también afecta la probabilidad de que dos personas se comuniquen o no, según refleja en estudio del profesor del MIT, Thomas Allen. Según el experto, tenemos cuatro veces más probabilidades de comunicarnos con alguien que se sienta a dos metros de distancia que con alguien que se encuentra a 18 metros de distancia. Y las personas sentadas a más de 23 metros de distancia casi no se hablan.

Si se trata de que la gente trabaje bien, motivada y de forma productiva, en vez de gastar tanto dinero en repensar la oficina ¿por qué no permitir el home office de forma más generalizada? Esto no significa de ninguna manera que la gente trabaje de forma aislada, sino más cómoda y feliz pudiendo manejar sus tiempos.

La flexibilidad laboral, en el sentido de poder manejar mejor los horarios y el lugar del trabajo, están entre las predilecciones de las nuevas generaciones

La flexibilidad laboral, en el sentido de poder manejar mejor los horarios y el lugar del trabajo, están entre las predilecciones de los empleados de varias encuestas de mercado. Si esto es así, ¿qué sentido tiene invertir millones en espacios cool cuando la gente ni siquiera los valora como tales?

La pandemia vino para cambiar varios conceptos que parecían atornillados en las organizaciones, uno de ellos es el valor de la oficina. Repensar la oficina del futuro es un desafío de todas las organizaciones.

Para empezar, las organizaciones no deben tener miedo al trabajo híbrido. De hecho, la fuga de talentos por no adaptarse a la nueva época va a ser terrible si las empresas no son proactivas en este sentido. El trabajo híbrido favorece, por un lado, la productividad al trabajar fuera de la oficina cuando se requiere mayor concentración; por otro lado, impulsa la colaboración, que se genera al ir a la oficina y compartir tiempo con colegas. Es importante que las empresas se den cuenta que exigir volver a la oficina es la peor de las estrategias y que en los procesos de selección, los candidatos ya quieren saber si es obligatorio ir a trabajar todos los días.

Esta definición de las empresas termina siendo un criterio fundamental a la hora de optar por un trabajo u otro. El problema para las compañías paquidérmicas es que van a quedar rezagadas respecto a otras que sí son capaces de adaptarse a lo que la gente está necesitando hoy en el trabajo.

Además hay que tener en cuenta las necesidades de los más jóvenes. La nueva generación que se está incorporando al trabajo, la generación Z, es la más reticente a trabajar 100% de su tiempo laboral en la oficina. Esta generación ingresó al mercado laboral durante la pandemia y no quieren claudicar el tiempo ganado ya que consideran que son igual o más productivos. ¿Cuántas veces se va a la oficina para terminar haciendo Zoom con otros colegas? ¿Cuánto interactuamos realmente? Las nuevas generaciones no rechazan de cuajo la idea de la oficina, ya que esa interacción social les resulta útil e interesante, pero sí rechazan ir de forma permanente.

En las entrevistas laborales los más jóvenes preguntan: cuánto ganarán, vacaciones, cuántos días tendrán que ir a la oficina y dónde queda la oficina. Una ecuación de cuatro elementos que es crítica a la hora de elegir el trabajo.

En mi caso particular, soy un férreo defensor del trabajo híbrido. Considero que con tres días de oficina es más que suficiente para poder interactuar con quién corresponde, juntarse en equipo y no perder tiempo.

El verdadero bienestar que hoy muchas empresas pregonan no está relacionado con tener una PlayStation, un simulador de F1, minigolf, una barra de bebidas saludables o barritas de cereal y manzana. El verdadero bienestar es pagar lo que corresponde, tener un jefe que pueda ser un buen líder en la presencialidad y en la distancia. Y las barritas o las bebidas, si tienen ganas, que se las pague el empleado.

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