ROMA.- El Papa sigue con pronóstico reservado, no está fuera de peligro y nadie sabe cuánto tiempo más va a tener que quedarse internado en el Gemelli. Como sucede con personas de avanzada edad con neumonía, ya frágiles, tiene altos y bajos. Crisis respiratorias que disparan todas las alarmas que luego logran resolverse, pero que pueden volver a pasar en cualquier momento.
En el Vaticano reina un clima de montaña rusa y como dicen por lo bajo, en italiano, “si naviga a vista”, expresión traducible como “se navega a ojo”. En minutos, del cauto optimismo se pasa al temor del peor de los desenlaces, sobre todo porque es inmanejable el flujo de noticias falsas. Los transparentes partes que dos veces por día difunde el Vaticano -a la mañana sólo una línea que dice cómo pasó a la noche y por la tarde, más sustantivos, con precisos detalles médicos, difíciles de interpretar para los periodistas- no logran detener la avalancha de desinformación.
La incertidumbre es total. Pero la máquina vaticana sigue funcionando. Más allá del momento dramático y de las recaídas, el Papa, encerrado en su inaccesible suite del décimo piso del hospital Gemelli, sigue al mando. Firma documentos, decretos (dos nuevos santos), mensajes (para la oración dominical del Angelus, para la Cuaresma y para los responsables de las celebraciones litúrgicas episcopales, fechado desde el Gemelli), designaciones (22 obispos y 4 obispos auxiliares en dos semanas, aunque es sabido que son nombramientos hechos tiempo atrás y sólo anunciados), y la nueva cúpula del Governatorato, desde hoy por primera vez encabezado por una mujer (sor Raffaella Petrini). Hace algunos llamados (pocos y breves, cuando puede) y, salvo excepciones -la primera ministra italiana Giorgia Meloni, el 19 de febrero y sus números dos y tres, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y el arzobispo Peña Parra, el lunes 24 de febrero-, no recibe visitas.
Alrededor de la Plaza San Pedro, donde todas las noches los cardenales residentes guían una oración del rosario por la salud de su jefe máximo desde el lunes pasado, en tanto, soplan aires de precónclave. Se ven periodistas llegados desde todo el mundo que intentan prepararse para el “papal event”, intentando estar preparados para los rituales que lo acompañan desde hace siglos.
“¿Dónde está la chimenea de la que va a salir la fumata blanca?”, preguntaba días atrás un colega canadiense. Aunque hay otras preguntas que retumban entre la columnata de Bernini y quienes permanecen de guardia afuera del hospital Gemelli. “¿Quiénes son los candidatos a suceder a Jorge Bergoglio?” “¿Podría llegar a renunciar Francisco, como hizo su predecesor, Benedicto XVI?” En medios de versiones de todo tipo, algunos diarios italianos ya están haciendo campaña por algunos candidatos papables italianos, otros comienzan a publicar listas de nombres y se especula con maniobras precónclave.
“Supongo que es normal. Siempre ocurren en momentos similares, La enfermedad de una persona con cargos de gobierno, con mayor razón, la de un Papa internado, inevitablemente implica siempre este tipo de ‘movimientos subterráneos’ y especulaciones”, comentó el cardenal checo-canadiense, Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano e Integral, en una entrevista con La Stampa. “Lo importante es no faltarle el respeto al Papa, que está vivo y es nuestro Santo Padre”, agregó, al destacar, por otro lado -y como había hecho días atrás el cardenal Víctor Manuel “Tucho Fernández”, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe-, que “es inútil hablar de una posible renuncia al pontificado”.
Este miércoles empieza la Cuaresma -el período de 40 días de ayuno y penitencia anterior a la Pascua- sin la presencia física del Papa. “Para nosotros, para toda la Iglesia, para el mundo entero, la Cuaresma ya empezó el día en que internaron a Francisco: estamos todos en camino de penitencia, oración y esperanza”, advirtió el cardenal Czerny, que no se inmutó ante la posibilidad de otros ritos de la Semana Santa, el período litúrgico más importante para la Iglesia católica, sin el jefe máximo de la Iglesia católica, internado hace más de dos semanas.
“La Iglesia sabrá enfrentar también la eventual ausencia física del Papa. Todos tienen que entender que, estando hospitalizado, podría no estar sobre el altar. Pero no creo que este punto sea crucial ahora. La fe se vive en cualquier lado y en cualquier situación. Y el Papa hace lo mismo: reza, ofrece su sufrimiento, acompaña al pueblo de Dios. Y nosotros rezamos por él, lo acompañamos y sobre todo, seguimos llevando adelante nuestra misión y la vocación de cada cristiano. La Iglesia aguantará, a la espera del regreso de Francisco”, sentenció el purpurado, jesuita como Jorge Bergoglio.
Recordó, además, que “el 27 de marzo de 2020 Francisco rezaba, solo, en la Plaza San Pedro, debajo de la lluvia, por todo el mundo amenazado por el Covid. Hoy, todo el mundo está rezando por Francisco”.
El secretario para las relaciones con los Estados y organizaciones internacionales de la Santa Sede, el arzobispo británico Paul Gallagher, coincidió en que es inútil hablar ahora de posible renuncia. “Creo que las especulaciones sobre la dimisión no sirven de nada. Él ha sido muy claro en que, como dijo sobre su movilidad, la Iglesia no se gobierna con las piernas sino con la cabeza y, diría, también con el corazón. Creo que seguirá haciéndolo mientras pueda. Las especulaciones sobre la dimisión no son, en este momento, apropiadas y ciertamente no están en juego”, afirmó el también llamado “canciller” del Vaticano, en una entrevista con America Magazine, en la que se mostró optimista en cuanto a una posible lenta recuperación de su jefe.
“Es bastante obvio que, por lo que ha sucedido en los últimos días, le queda un largo camino por delante. Será un largo camino y creo que no deberíamos esperar que nada mejore de la noche a la mañana”, comentó. “Pero es muy fuerte, tiene mucha determinación, como sabemos, y es alguien que lo dará todo para recuperarse. Al mismo tiempo, estoy seguro de que su principal preocupación es hacer la voluntad de Dios, y si la voluntad de Dios es que se recupere, maravilloso. Si es la voluntad de Dios que no lo haga, entonces lo aceptará. Ese es el espíritu de su vida, su espiritualidad como jesuita, que dice que realmente no importa si tu vida es larga o corta, lo importante es cómo vives esa vida. El Papa Francisco siempre ha vivido su vida con gran integridad y seguirá haciéndolo”, agregó.
Consultado sobre si piensa que seguirá haciendo viajes por el mundo, como hizo hasta ahora, Gallagher no ocultó sus dudas, sobre todo ante las giras largas, como podría ser uno a la Argentina, la gran asignatura pendiente de su pontificado. “Creo que si se recupera volverá a viajar, sí. Pero creo que tenemos que tomar todas estas decisiones paso a paso. Creo que se acabaron los días de los viajes realmente grandes y largos, pero no excluiría los viajes cortos”, dijo, al no descartar uno a Nicea, Turquía, en el 1700 aniversario del Concilio Ecuménico, a fines de mayo.
“Es lógico que estemos todos preocupados en el Vaticano, pero seguimos trabajando”, dijo a LA NACION Emilce Cuda, teóloga argentina que en febrero de 2022 fue nombrada por Francisco secretaria de la Pontificia Comisión para América latina, un cargo nunca antes en manos de una mujer.
“Nosotros continuamos adelante con nuestro trabajo, bajo la supervisión del cardenal Robert Prevost [prefecto del Dicasterio de los Obispos que es también presidente de la Pontificia Comisión para América Latina]. Reuniones, viajes y encuentros continentales se siguen realizando como estaban previstos, y gracias a eso pudimos contabilizar grandes logros para las tres Américas en las últimas dos semanas, ya que de ahí surgieron nuevos acuerdos que ponen en acto las directivas del San Padre”, agregó. “De hecho, estoy trabajando personalmente con un equipo internacional para concretar un encuentro significativo para América Latina del cual Francisco participará ya que está impulsado justamente por él”, precisó. “Nada ha cambiado y esperamos que pronto vuelva a su lugar, porque queda mucho por hacer”, concluyó.
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