ROMA.- Después de tres semanas de internación, cuatro crisis respiratorias que hicieron temer lo peor y sin fotos que ilustren cómo está, el papa Francisco -que sigue en condiciones estables pero con pronóstico reservado-, por primera vez dio señales de vida. Lo hizo a través de un breve audio que grabó este jueves en su suite del décimo piso del hospital Gemelli, que quiso que fuera difundido en la Plaza de San Pedro poco antes del comienzo de la oración del rosario por su salud, a las 21 locales, para agradecer toda esa cercanía.
“Agradezco de todo corazón las oraciones que hacen por mi salud desde la Plaza, los acompaño desde acá. Que Dios los bendiga y que la Virgen los cuide. Gracias”, dijo Francisco en español, con una voz muy débil, sufrida, sin aliento, evidentemente marcada a fuego por las tres semanas de internación.
Entonces estalló un fuerte aplauso en la Plaza, como también estalló un minuto antes, cuando el cardenal Ángel Fernández Artime, pro-prefecto del Dicasterio para los Institutos para la Vida Consagrada y que presidió el rezo, anunció “la líndisima noticia” de un audio del Santo Padre, destinado no sólo a quienes estaban ahí, sino también a todos los que en el mundo están rezando por él en este momento.
“Sentí mucha paz al escuchar la voz del Papa”, dijo a LA NACION Jazmín, una joven mexicana que comenzó a llorar de la emoción y que aseguró no estar preocupada por la salud del máximo jefe de la Iglesia Católica “porque los tiempos de Dios son perfectos. “Me rompió el corazón ese audio, se nota que le cuesta mucho”, comentó, en cambio, Carolina, una argentina que estudia en Roma, que se quedó impresionada por lo débil y entrecortada que se oyó la voz.
Poco antes, habían llegado noticias alentadoras desde el hospital Gemelli, donde el Papa se encuentra internado desde el 14 febrero pasado, intentando superar una difícil neumonía bilateral.
“Las condiciones clínicas del Santo Padre han permanecido estables respecto de los días pasados”, indicó el parte difundido por sus médicos pasadas las 19.30 locales, que pareció aludir a la doble crisis respiratoria del lunes pasado, que había vuelto a disparar las alarmas en todo el mundo. “Tampoco hoy ha presentado episodios de insuficiencia respiratoria”, continuó el boletín, que añadió que “el Santo Padre ha seguido con beneficio la fisioterapia respiratoria y la motriz”.
“Los parámetros hemodinámicos y los exámenes de la sangre han permanecido estables y no tuvo fiebre”, precisó, al resaltar luego que “los médicos mantienen aún el pronóstico reservado”.
Aunque la gran sorpresa fue que los médicos avisaron que “en consideración de la estabilidad del cuadro clínico, el próximo boletín médico será difundido en la jornada del sábado”, y no mañana viernes, alterando la frecuencia de los boletines, hasta ahora diarios.
Aunque la noticia causó pánico entre los periodistas que siguen a diario, minuto a minuto, el estado del Papa, fuentes del Vaticano aclararon que, informalmente, seguirán dando información, conscientes de que el vacío informativo puede llegar a tener consecuencias nefastas en el vertiginoso mundo mediático de hoy.
Finalmente el parte médico como siempre describió la jornada del Papa: “se dedicó a algunas actividades de trabajo durante la mañana y la tarde, alternando el reposo a la oración”. “Antes del almuerzo recibió la eucaristía”, concluyó.
Por la mañana, fuentes del Vaticano habían hecho saber que, tras una noche “tranquila” y despertarse, el exarzobispo de Buenos Aires había continuado sus terapias, precisando que “después de la ventilación no mecánica invasiva de la noche” (es decir, la máscara que cubre nariz y boca y significa un nivel superior de asistencia), por la mañana había vuelto a “la oxigenación de altos flujos con el uso de cánulas nasales”. Una situación que, explicaron, será la praxis de estos días.
Consultada por LA NACION, Annalisa Bilotta, médica del Hospital Internacional Salvator Mundi, comentó que el boletín era bastante parecido al de la víspera, aunque con más detalles. “Ahora también los tests de laboratorio y los exámenes clínicos hablan de un cuadro clínico estable”, dijo, al subrayar, por otro lado, que es “una buena señal” el hecho de que por segundo día informaran que el Papa, además de la fisioterapia respiratoria, que viene haciendo desde hace más de una semana, estuviera haciendo ejercicios motrices.
“De todos modos hay que tener paciencia y hay que esperar los resultados de la terapia. Hacen falta semanas para curar una neumonía: son al menos veinte días en un paciente ‘normal’, joven. Pero para una neumonía seria hace falta un mes de hospitalización o incluso más de un mes para una persona mayor y con un cuadro comprometido. Además, no sabemos si los antibióticos están funcionando completamente”, opinó. Consideró, además, una buena noticia el envío del audio: “menos mal, habla de un cuadro estable y discreto”. Por otro lado consideró más que comprensible que los médicos hubieran decidido no dar mañana ningún nuevo parte médico “porque cuando hay una situación estable no pueden repetir siempre lo mismo”.
Sergio Alfieri, el cirujano que lo operó dos veces del abdomen (en 2021 y en 2023) y que ahora está al frente del equipo médico que lo sigue en esta hospitalización -la más larga y difícil del pontificado-, en una conferencia de prensa que protagonizó el 21 de febrero, hace dos semanas, había destacado que el Papa tiene un corazón fuerte pese a sus 88 años y achaques. Además, buen humor y facultades mentales no como las de un nonagenario sino como las de alguien de sesenta. Y que iba a dejar salir al paciente ilustre -que aclaró que suele ser obediente cuando está en el Gemelli-, solo cuando estuviera totalmente recuperado de la neumonía. Advirtió, además, que al regresar a Santa Marta después del alta el Papa iba a tener que seguir cuidándose de la bronquitis crónica que padece.
Al respecto, una alta fuente del Vaticano dijo a LA NACION que Francisco no ve la hora de regresar a su hogar de Santa Marta, más aún después de tres semanas encerrado en el aséptico e inaccesible departamento papal del décimo piso Gemelli.
Pero para eso habrá que esperar. “Cada neumonía tiene sus tiempos, los tiempos varían de acuerdo con cada cuerpo y hace falta tiempo y también hace falta paciencia, paciencia que también tienen tener los medios”, comentó otra fuente del Vaticano.
Como pasaron tres semanas desde sus últimas fotos, de cuando tuvo varias audiencias en Santa Marta en la mañana del 14 de febrero, día de San Valentín, antes de ir a internarse, algunos medios insisten y presionan para que el Vaticano difunda una imagen desde el Gemelli para ver cómo está. Aunque han hecho saber en varias ocasiones que el Papa se está alimentando normalmente, con comida sólida, después de tres semanas -y cuatro crisis respiratorias que hicieron temer un desenlace fatal-, surgen preguntas: ¿habrá perdido peso? ¿Se habrá deshinchado el rostro, en los últimos tiempos marcado por los corticoides que tomaba para tratarse domésticamente la bronquitis?
Como ya explicó en su momento Alfieri, por una cuestión de respeto a la privacidad e intimidad de una persona que se encuentra en el hospital porque está enferma, será el Papa quien decidirá cuándo dejarse ver y “vestido de Papa”, no en pijama. Un diario italiano, sin embargo, escribió un artículo criticando el hecho de que “el Pontífice más mediático desde hace tres semanas se ha vuelto invisible”. En este marco, el audio difundido por la noche significó una señal de vida importante y reflejó la determinación de Francisco a seguir adelante con su misión de pastor cercano a sus fieles.
De continuar estable y sin presentar ulteriores crisis respiratorias, la expectativa ahora es la de una reaparición para la oración mariana del Angelus del próximo domingo, quizás a través de una conexión de video. Los últimos tres Angelus el Vaticano difundió textos escritos del Papa para la ocasión. Aunque en Roma comienza a haber jornadas lindas, soleadas, sigue haciendo frío. Y exponerse a eso, a la humedad, al viento, sería tirar por la borda los avances hechos hasta ahora. Todos recuerdan que el papa Francisco salió a un balcón del décimo piso para el Angelus dominical durante su primera internación, en julio de 2021, cuando fue operado por divertículos. Esa vez, salió acompañado por los niños del departamento pediátrico oncológico que son sus vecinos en el hospital y que siempre lo han conmovido por el afecto que le transmiten con dibujos y mensajes de pronta recuperación.
Como quedó claro a través del audio enviado, lo mismo sucede con los cientos de cadenas de oración por su salud que se están dando en todo el mundo y, todas las noche con los cardenales residentes en la Plaza San Pedro guiando el rosario.
El arzobispo Peña Perra, sustituto de la Secretaría de Estado -y, junto al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, una de las poquísimas personas que estuvo en dos ocasiones con el Papa durante esta larga hospitalización-, contó que cuando estuvo con él, “el Santo Padre expresó mucha gratitud por estas iniciativas de oración y pienso que para él es una gran señal de consolación”. En diálogo con el diario Avvenire, de la Conferencia Episcopal Italiana, Peña Parra resaltó que “la oración por el Papa es un bellísimo fresco de la unidad de la Iglesia: aún en las diversas sensibilidades y en la diversidad de roles nos encontramos todos juntos, como hermanos, a rezar por nuestro pastor y esto es lo más importante de todo”.
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