Giorgio Costantini, el nuevo pichón de crack del River de Gallardo: nació en Brasil, su abuelo es una eminencia médica y tiene claro en qué Selección quiere jugar

No nació en la zona metropolitana de Buenos Aires. Tampoco en el conurbano profundo ni en el Interior. Giorgio Costantini, el pibe de 18 años que jugó su primer partido en la Primera de River, es de una cuna diferente y de otro país, pero igualmente lleva en la sangre el ADN del potrero. Y encima trae consigo la escuela brasileña. Y aunque quedará en la historia como el noveno jugador nacido en Brasil que jugó con la banda roja, su caso no es extraño porque posee raíces argentinas.

Costantini hizo su debut este domingo en el tiempo de descuento del triunfo de River sobre Atlético Tucumán en el Monumental. Tras la expulsión de Santiago Simón, Marcelo Gallardo lo llamó y lo mandó a la cancha en lugar de Franco Mastantuono para darle contención al equipo en esos minutos finales. Y la consiguió, dado que el juvenil hizo un cruce providencial y salvador en el área al poner su botín izquierdo y alejar el peligro en una jugada que podía ser riesgosa para el equipo tucumano.

Con su ingreso, se convirtió en el futbolista 43 que el Muñeco hizo debutar en Primera y de esa manera le dio una gran alegría a su familia, en la que todos son fanáticos de River. Y varios integrantes de la parentela estuvieron en el estadio para disfrutar y, a la vez, emocionarse con la presencia del chico en el campo de juego.

El abuelo de Giorgio, Costantino Costantini, es sanjuanino, pero hace muchos años se radicó en el sur del país vecino. Médico cardiólogo, fundó un hospital cardiológico en Curitiba que hoy es uno de los más importantes de Brasil. Tuvo cuatro hijos. Uno de ellos es Alessandro, el padre de Giorgio, que se casó con Paula, una cordobesa a la que conoció cuando vino a la Argentina a cursar sus estudios universitarios. Pero también se instalaron en Curitiba.

Giorgio nació el 16 de abril de 2006 y hasta mediados de 2023 solo había venido de visita a la Argentina. Jugaba en Athletico Paranaense pero no estaba cómodo y quería buscar nuevos horizontes. Entonces, a través de un tío suyo con contactos en el mundo riverplatense, surgió la posibilidad de una prueba en River a mitad de ese año. De todos modos, antes se activó el proceso de captación habitual. Al frente del fútbol formativo en ese momento estaba Sebastián Pait. Vieron condiciones en el chico brasileño, lo convocaron a la evaluación, les gustó y lo hicieron quedar.

Costantini tenía el pase en su poder, por lo que inmediatamente lo ficharon para la Sexta División, en la que compartió plantel con Santino Gallardo, el tercer hijo del Muñeco. “¿Quién es este brasileño?”, se preguntaban algunos de sus compañeros. Pero con respeto, educación y carisma, enseguida se ganó la admiración de todos y los habituales prejuicios futboleros quedaron de lado.

Giorgio es zurdo, pero le pega bien también con la derecha, mide 185 centímetros y juega como volante interno. Su naturaleza igualmente es la de un volante central ya que jugó mucho tiempo como “5”, pero se anima a pararse más adelante y tiene vocación ofensiva. Y potencia. Esas características lo hicieron crecer rápidamente ya que en menos de dos años saltó de la Sexta a la Primera, con pequeñas escalas en Quinta y Cuarta y unos pocos partidos en Reserva.

A mitad del año pasado, Marcelo Escudero lo subió a la categoría previa al plantel mayor y en diciembre pateó y metió un penal para la consagración de la Reserva ‘millonaria’ en el Trofeo de Campeones en la final con Vélez. En River también lo ayudaron mucho Hernán Díaz, Hermes Campos y Jonathan La Rosa, el cuñado de Gallardo, a quien tuvo de entrenador.

Al llegar a Buenos Aires, el pibe se alojó en la casa de sus tíos, en Belgrano, donde vive actualmente. Su tía -hermana del padre- es Isela Costantini, ex CEO de Aerolíneas Argentinas durante la presidencia de Mauricio Macri. Y su tío, Fernando Cinalli D’Onofrio, socio del club, fue quien tendió lazos para ayudarlo a conseguir la prueba en River.

La única condición que le pusieron para hospedarlo fue que siguiera con sus estudios. Entonces, Giorgio se anotó en la UADE para hacer la Licenciatura en Administración. Pero tuvo que ponerla en pausa porque los tiempos del fútbol lo complicaban, incluso para hacerla virtual, pero a futuro piensa retomarla.

Giorgio mantiene tradiciones brasileñas ya que una vez por semana en la casa de sus tíos come feijoada, por lo que en la lista de compras se agregan los frijoles. Y cada tanto dialoga en portugués con su tía para no extrañar. Habla bien en castellano también y posee tres pasaportes: el brasileño, el argentino y el italiano.

De todos modos, ya tiene incorporadas costumbres argentinas. Cuentan sus allegados que muere por el asado y el matambrito de cerdo es uno de sus cortes preferidos. De hecho, va a comprar seguido a una parrilla que hay en Olleros y 3 de Febrero. Aunque también se cuida mucho y desde que llegó a River incorporó una disciplina en las comidas y en las rutinas.

Los primeros seis meses en River le costaron al nacido en Curitiba. Es que la hielera era un anexo de su cuerpo por las patadas que recibía. El juego, más friccionado y físico, lo tomó por sorpresa, pero se fue acomodando. Y está asombrado por el talento que hay en las juveniles de los equipos argentinos, a tal punto que piensa que en Argentina hay una fantasía de que a los brasileños se los tiene “sobrevalorados”.

Giorgio es hincha de River, al igual que toda su familia. Y muy futbolero. De hecho, se respira fútbol en su entorno. Su hermano mayor, Facundo, jugó en las Inferiores de San Pablo y ahora está en la Liga de Chipre. E idolatra a dos glorias ‘millonarias’, de las que le contaba cosas su abuelo. “Sívori es un ídolo. También el Beto Alonso: mi abuelo, que es fanático de River, me hablaba de ellos”, comentó hace un tiempo en una entrevista a un medio partidario del club de Núñez. Ahora el abuelo también podrá contar que vio a su nieto jugar en River y que después de 58 años un brasileño vuelve a jugar en River. El último había sido Delem, en 1967.

Costantini también es fanático de la Selección Argentina. En su habitación, tiene colgada una camiseta celeste y blanca en un cuadro. Tiene como referente en su puesto a Enzo Fernández -además de al brasileño Bruno Guimarães, ex Paranaense, hoy en el Newcastle de Inglaterra- y su ídolo es Lionel Messi. Llegado el caso, si tuviera que elegir entre las selecciones de Brasil y Argentina, a sus íntimos les asegura que no dudará: se pondrá la Albiceleste.