Vinícius Junior, de víctima a provocador: el crack brasileño que hace enojar a sus rivales cuando gambetea y cuando se olvida de jugar
El mundo del fútbol hace tiempo habla de Vinícius Junior. Con apenas 17 años fue la gran aparición de la Copa Sudamericana 2017 en la que Flamengo no pudo con Independiente y se quedó a las puertas del título. Previamente, en cuartos de final, se había lucido en el clásico frente a Fluminense y confirmó que, poco después de que Neymar sea vendido de Barcelona a París Saint Germain en una cifra récord de 222 millones de euros, Brasil estaba ante el surgimiento de una nueva estrella. Ya había deslumbrado en las categorías formativas del Mengão y también con el Sub 17 de la Verdeamarela al ser campeón, goleador y figura del Sudamericano disputado en Chile.
“No es normal que un chico de 17 años entre en un partido grande como este y marque la diferencia. Mostró que no es un jugador común. Entró en un derby Fla-Flu y, después de recibir un pase de Diego, gestó la jugada del segundo gol. Agarra la pelota y va para adelante. No se esconde. Después, gambeteó a dos jugadores y sufrió la falta que originó el tercer gol, que le dio la clasificación a Flamengo para la final. Fue un bautismo de fuego. Si el día de mañana llega a ser un crack del fútbol mundial, el partido de ayer dio argumentos para que nadie dude”, sintetizó el periodista Andre Rizek, comentarista de aquel encuentro para la cadena SporTV. Era una sensación generalizada.
Se iba a seguir hablando de Vini. Apenas seis meses después de la final que consagró al Rojo de Ariel Holan en el Maracaná, el nuevo crack brasileño saltó al gigante Real Madrid por 45 millones de euros, una fortuna para el fútbol brasileño (y más aún para el sudamericano) que sólo superaron Endrick (47,50 millones de Palmeiras también al Merengue) y Neymar (88 millones de Santos a Barcelona). Apenas cinco partidos disputados en el Castilla, filial B del club blanco, y ya saltó al primer equipo, donde tuvo otras obligaciones. Ya no era un adolescente con un talento abrumador que podía conformarse con una actuación descollante en un clásico y una final de la Copa Sudamericana, sino un jugador que debía cargar con las ambiciosas expectativas del club de fútbol más grande del mundo.
Y asumió el reto, otro motivo más para hablar de él como una verdadera estrella. Ganó todos los títulos posibles con el Madrid, incluidas dos UEFA Champions League, y fue la máxima figura del equipo que obtuvo su 15° Orejona el año pasado tras vencer 2-0 -con un gol suyo- a Borussia Dortmund en Wembley. Y por apenas 41 votos (1.170 contra 1129) se le escapó el Balón de Oro, que quedó en manos de Rodri, ganador de la Eurocopa con la selección española y figura del Manchester City que alcanzó los cuartos de final de la Champions. Nadie habla más que maravillas de las cualidades de Vinícius dentro de la cancha, pero sin embargo fuera de ellas es el malo de la película.
El crack brasileño, víctima de insultos racistas, no se quedó callado cada vez que se sintió discriminado. Todo lo contrario. El episodio más recordado fue el 21 de mayo de 2023 en Mestalla, cancha del Valencia. Real Madrid perdía 1-0 y Vinícius confrontó a los hinchas locales que detrás de uno de los arcos le gritaban “mono” y hacían gestos imitando al animal. El partido se detuvo y, tal como lo indica el protocolo antirracismo de La Liga, se anunció por los parlantes del estadio que se suspendería el partido si los cantos continuaban. Se reanudó cinco minutos más tarde y, sobre el final, el ex Flamengo fue expulsado tras discutir con el arquero rival, Giorgi Mamardashvili, y pegarle a Hugo Duro en el rostro.
“No es la primera vez, ni la segunda, ni la tercera. El racismo es algo normal en La Liga. La competencia considera que es algo normal, la Federación (Española de Fútbol) también y los rivales lo incitan. Lo siento mucho. El campeonato que alguna vez perteneció a Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi hoy pertenece a los racistas”, posteó en Instagram.
Una situación similar se había dado el 5 de marzo de aquel mismo año en un clásico disputado el Camp Nou, tras el cual La Liga emitió un comunicado en el que afirmaba que había detectado “conductas racistas intolerables” dirigidas a Vinícius -con gritos de “mono” y “Vinícius, muérete”- y que había presentado una queja formal ante un juzgado de Barcelona. Y se repitió posteriormente en estadio Metropolitano del Atlético de Madrid, el en Sanchez Pizjuán de Sevilla y en El Sadar, campo del Osasuna. Y llegó un punto en que explotó. “Hace tiempo que estoy aquí viendo esto y cada vez me pone más triste. Cada vez tengo menos ganas de jugar. Con cada queja me siento peor, pero tengo que venir aquí y poner la cara”, dijo en la conferencia de prensa previa al amistoso entre España y Brasil, ideado para generar conciencia sobre el racismo, y rompió en llanto.
Vinícius recibió el apoyo de sus colegas futbolistas, pero luego pasó de víctima a convertirse en un provocador y generar rechazo en muchos de los aficionados de los diferentes clubes. Cada gol, cada título, cada victoria, especialmente después de la gran cantidad de lamentables situaciones de discriminación que atravesó, lo utilizó para descargarse con burlas para la hinchada o hasta para los jugadores rivales. Eso fue lo que sucedió el miércoles pasado tras eliminar como visitante a Atlético de Madrid de la Champions: extendió una campera sobre el césped del Metropolitano, la casa del clásico rival, y festejó de cara a los hinchas del Colchonero que se retiraban dolidos tras la derrota por penales. “Yo tengo 15 Champions, ustedes cero”, había dicho antes de cara a la hinchada y por ello tuvo un cruce con Jose María Giménez y con Rodrigo De Paul.
Vinícius tuvo un mal partido. No logró ser lo desequilibrante que suele ser, falló un penal durante el tiempo regular y luego Carlo Ancelotti lo sacó antes de la tanda decisiva. Si Real Madrid fue campeón el año pasado por sus goles y sus actuaciones descollantes, este año los responsables de que el equipo esté en cuartos de final y se ilusione con un nuevo título son otros: Federico Valverde, Rodrygo, Kylian Mbappé, por mencionar a los más destacados.
“Era mucho mejor. Se ha ido degenerando su fútbol. Está más pendiente de cómo provocar y agitar el partido. Se olvida de jugar”, sentenció Diego Latorre, una voz autorizada al hablar de fútbol. “Lo que hace no es un comportamiento folclórico aislado. Es parte de un paquete que genera irritación en los demás, en los rivales, en el público por sus declaraciones, por su victimización. Este chico lo hace todos los domingos. Se enoja el lateral de Mallorca, el lateral derecho de Valencia, el público de Betis. Está todo el fútbol español enojado con Vinícius. Yo creo que si es una constante, también hay que revisar tu comportamiento”, añadió el ex futbolista.
Mientras tanto, Ancelotti, experto en manejar el ego y los humores de la gran cantidad de cracks que pasaron por sus manos, lo defendió. “Un jugador como Vinícius para mí es indiscutible. Puede hacer un partido mejor o peor, tener momentos mejores o peores, pero es indiscutible. No lo discuto si a veces no juega bien y falla. Es tan importante para este club que no lo puedo discutir”, planteó el DT. Se entiende, además, que puertas adentro Carletto lo escucha a Vini, habla con él y lo aconseja para que vuelva a ser el de la temporada pasada. Real Madrid lo va a necesitar.
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