Solo la mitad de más de 100.000 hectáreas que posee el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se encuentran en uso, según pudo saber este medio en función de un relevamiento que, contaron fuentes al tanto, comenzaron a llevar adelante ese organismo y la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). No está definido aún qué se hará con las tierras, más de 50.000 hectáreas, que no tienen un destino concreto; éstas enfrentan diversas situaciones, desde dificultades de acceso a usurpaciones. El INTA tiene tierras para investigación e incluso para producción ganadera o agrícola. Cualquier definición sobre el patrimonio debe pasar por el filtro del Consejo Directivo donde, además, del Gobierno, tienen sillas las entidades del agro y universidades nacionales de las carreras de Agronomía y Veterinaria. Las 50.000 hectáreas sin uso están distribuidas por todo el país, fuera de la zona agrícola núcleo.
En noviembre pasado, en una de sus habituales conferencias de prensa, el vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo sobre las tierras del organismo: “De las 116.000 hectáreas que tiene el INTA entre todos sus predios y propiedades, solo 45.000 se usan para experimentación con fines comerciales y productivos”. En ese momento habló de un “plan de modernización” con “la venta de edificios y tierras subutilizadas como el inmueble en Cerviño”.
Vale recordar que este último edificio, ubicado en Cerviño 3101/67, a metros de Avenida del Libertador, fue subastado por la AABE en una compulsa donde hubo 17 oferentes. Lo adquirió la firma Julián Álvarez 1986 SRL a cambio de US$18,5 millones. En ese lugar funcionaban varias dependencias y la Fundación ArgenINTA.
La medida generó el rechazo del gremio de INTA en su momento. Un punto que se puso como exigencia al comprador, y que generó polémica, era que el ganador debía destinarlo al desarrollo inmobiliario. Sergio Leonardo Rodríguez, fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas del Ministerio Público Fiscal, había advertido en un dictamen previo a la subasta una “llamativa premura” para realizar el proceso. La venta fue habilitada por el Consejo Directivo del INTA.
“Hay relevamiento junto con la AABE, pero sin definiciones por ahora que plantee alguna decisión”, dijeron a este medio fuentes que siguen de cerca la situación sobre las tierras del organismo técnico. Agregaron: “Las tierras que están en uso de las estaciones experimentales y cooperadoras [continúan] sin cambios; siguen igual”.
Según trascendió, el proceso llevado adelante fue un chequeo interno en INTA y después con la misma AABE sobre las tierras que tiene cedidas el ente. En esto se incluyó las que se usan para experimentación y cooperadoras, que representan en torno de la mitad de la superficie total mencionada. Esto abarcó también las que no se usan y, detallaron, los motivos por las que no pueden utilizarse. Fue una tarea de, además justamente de chequeo de información, de carga en el sistema “para que esté todo en orden”.
“Para las que están en uso no hay cambios. Las que no se usan se intercambiará qué hacer, pero hasta ahora no es un tema que esté en discusión”, indicaron. Precisaron que las que no se usan atraviesan diversas situaciones que “argumentan” el no empleo de las mismas.
En este marco, hablaron de “prudencia” para evaluar cada caso antes de tomar definiciones sobre estas tierras. Las tierras que se encuentran en esta categoría de no uso son las que tienen estas características: usurpadas, inaccesibles o que enfrentan reiterados robos que dificultan tener ganado o instalaciones en esos lugares, entre otros motivos. Remarcaron que algunas tierras en esa condición podrían incorporarse para el uso “resolviendo situaciones específicas”.
“Esto forma parte de la revisión que se está haciendo para que INTA optimice todos sus recursos con foco en investigación, transferencia tecnológica y extensión en estrecha relación y vinculación con la real demanda privada y pública también”, explicaron.
Hace unos meses circuló que, en el marco del objetivo del Gobierno de fusionar o eliminar organismos, al INTA le iba a tocar una fusión por áreas con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Eso porque habría investigaciones, por ejemplo, o temáticas que se superponen.
Respecto de este tema, trascendió que las autoridades se encuentran con una revisión “a fondo” porque la normativa legal que creó ambas instituciones tiene muchas definiciones que hay que respetar. “No hay avance y mucho menos definiciones”, afirmaron. Esto incluye un trabajo conjunto del Ministerio de Economía, las autoridades de la Secretaría de Agricultura, el INTA y el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado.
Por otra parte, en marzo pasado se conoció el cierre de la Estación Experimental Agropecuaria Área Metropolitana de Buenos Aires (EEA AMBA). Esta tiene influencia, como informó este medio en su momento, sobre 39 municipios y la ciudad de Buenos Aires; atendía cuestiones de la agricultura urbana y periurbana. También se resolvió eliminar 41 agencias de extensión para que queden 258.
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