Un proyecto de ley que ya cuenta con dictamen de dos comisiones y podría llegar al recinto de Diputados en breve tiene en vilo al sector TIC argentino, ya que implicaría el regreso recargado de un tributo que había sido eliminado. Se trata del “impuesto Enard” a las telecomunicaciones, un gravamen del 1% que se aplicó a la telefonía celular hasta 2017 y que se destinaba al Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo.
La versión actual también implicaría financiar al nuevo Consejo Federal para el Alto Rendimiento Deportivo (Cofard) con un 1% de la facturación de las compañías, pero no solo de telefonía móvil, sino también de internet y TV paga que tengan más de 10.000 clientes, lo que encarecería el servicio para los consumidores.
“Esto ya existió en su momento, pero solo para las compañías de telefonía móvil. Ahora lo extienden a todo el resto de los servicios TIC. Estamos dando un paso hacia atrás”, afirmó Federico Fornelli, presidente de la Asociación Argentina de Televisión por Cable (ATVC).
La autoría del proyecto, que modifica la ley 26.573, corresponde a Rogelio Iparraguirre y Victoria Tolosa Paz, del bloque Unión por la Patria, y ya cuenta con dictamen de las comisiones de Deportes y Comunicación de Diputados. Según ATVC, si algunos legisladores cercanos al oficialismo —algunos de los cuales votaron a favor en comisión— acompañan la iniciativa, esta podría avanzar. Según la redacción del texto, el 1% se agregaría al precio del servicio, pero el cliente no lo distinguiría en la factura.
“Estamos hablando de un nuevo impuesto que explícitamente mete mano en el bolsillo de toda la población y castiga a todos los usuarios por igual”, agregó. Según datos del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), el 82% de los hogares del país tiene acceso a internet, la penetración de líneas móviles asciende al 135% y el 57% de los hogares cuenta con TV por suscripción.
Más allá de esto, debido al deterioro histórico del poder de compra, especialmente entre los usuarios de menores ingresos, la Argentina presenta aún un déficit en el uso de estos servicios. “En 2025 se avanzó en mejorar las condiciones de acceso a dispositivos, gracias al plan de reducción gradual de impuestos. Gravar los servicios TIC va en contra de esta tendencia y sigue excluyendo a una parte de la población que tiene dificultades para acceder a ellos debido a las altas cargas tributarias que soportan en comparación con otros sectores e indicadores regionales”, continuó el ejecutivo.
Según un relevamiento de la Cámara Argentina de Internet (Cabase), el sector está sujeto a más de 20 tributos y tasas nacionales, provinciales y municipales, con una presión tributaria promedio del 41,5%.
La industria TIC, además, aporta el 1% de los ingresos totales devengados para constituir el Fondo de Servicio Universal, destinado a financiar proyectos de conectividad y acelerar la digitalización. Solo en 2024, el aporte total del sector por este concepto fue de $58.800 millones.
“¿Queremos una industria habilitadora, que fomente el empleo y la educación? En vez de ayudar, nos ponen otra barrera. Y además, no tiene mucho que ver con su función. ¿Qué tienen que ver las telecomunicaciones con el deporte? ¿Por qué no le ponen un impuesto al tabaco? A cualquier industria que se lo pusieran, igual estaría mal. El presupuesto del Enard debería establecerse con base en los ingresos, y luego, en función de eso, ver los gastos. No se puede castigar a una industria con el potencial de la nuestra para financiar el deporte”, cerró Fornelli.
Por su parte, la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet) solicitó al Congreso que reconsidere el mecanismo propuesto de financiamiento. “La sostenibilidad del ecosistema digital argentino requiere de un marco tributario previsible, equilibrado y orientado al crecimiento y al desarrollo de la digitalización productiva. Un aumento de cargas en este contexto no solo impactará sobre las empresas perjudicando la competitividad de la industria argentina, sino sobre el conjunto de la sociedad”, señalaron.
Los comentarios están cerrados.