El Gobierno dolarizó en los últimos días buena parte de los ahorros que, gracias al superávit fiscal neto, había acumulado en pesos durante los últimos meses, lo que llevó a sus tenencias en esa moneda a alcanzar el jueves pasado los US$5698 millones, un nivel récord en largos años.
Es una suma que no sólo le alcanza para cumplir en 15 días por los pagos del capital que comienzan a devolver algunos bonos emitidos en la última reestructuración de la deuda externa que había sido tomada del mercado (unos US$3100 millones), sino que le permite además dejar totalmente cubierto el próximo vencimiento de intereses, que se producirá el 9 de julio y “hasta el sobrarìan unos US$1000 millones”, hizo notar el economista Amílcar Collante, de Centro de Estudios del Sur (CeSur).
El pago de los intereses más inminente, el del 9 de enero, ya lo había transferido al exterior para dar certezas al mercado sobre el cumplimiento de esta obligación y propiciar una reducción mayor del riesgo país; la que -efectivamente- se produjo dado que esa tasa cayó de los 1266 a los 650 puntos básicos desde entonces y hasta hoy.
Al parecer la idea oficial podría ser tener a mano la opción de repetir esa jugada, de juzgarlo conveniente, para disipar cualquier posible duda del mercado sobre los vencimientos por atender en julio.
La conversión de pesos a dólares, según pudo establecer LA NACION tras varias consultas con fuentes oficiales, había sido debatida semanas atrás en el seno del equipo económico que encabeza el ministro Luis Caputo.
Y se llevó adelante cuando la inyección de pesos realizada en las semanas previas (para atender el pico anual en la demanda de liquidez de esa monda vinculado a los pagos que se agregan por aguinaldos y adelantos vacacionales) hizo que la Base Monetaria Amplia (el indicador definido por el Gobierno como rector de su programa) traspase los $47,7 billones establecidos hace algunos meses como “tope” en base al nivel que la oferta monetaria había alcanzado el 30 de abril pasado (9,1% del PIB).
“Si te fijás y sumás Base Monetaria + depòsitos del Gobierno + pasivos remunerados (hoy Letras Fiscales o Lefi’s) ya estaban arriba del tope fijado. Esa cuenta ya rondaba los $52 billones según los últimos datos oficiales que conocemos al miércoles 18″, explicó Collante.
“En este contexto al parecer fue que decidieron pasar pesos a dólares”, sostuvo.
Fue así que, para eliminar pesos en línea con lo antes definido, el Tesoro Nacional le compró el miércoles pasado US$1456 millones al BCRA y a eso sumó otros US$148 millones un día después.
La consultora 1816, con datos al miércoles anterior (es decir sólo considerando la compra de ese día) ya había estimado que con esta operación la BMA ya había vuelto a ubicarse por debajo de los $47,7 billones.
Claro que la contracara de ello fue que la liquidez ahorrada por el fisco en pesos y depositada por el Tesoro en el BCRA, se redujo ese día hasta los $6,1 billones, “su nivel más bajo desde mayo”, hicieron notar.
“La transacción tiene varias motivaciones: consolidar la idea de la competencia de monedas, ayudar a esterilizar los pesos que el BCRA se vio obligado a emitir para comprar reservas en los últimos meses, y mantener la cobertura en moneda extranjera de las tenencias públicas para atender servicios de deuda, ahora que se acerca un pago importante a comienzos de enero, para evitar volatilidad con las reservas”, explicó un miembro del equipo oficial.
“Se buscaron varias cosas: reforzar señales de cumpliento de lo anunciado y mantener rebalanceado el portafolio de tenencias del Tesoro Nacional”, señaló coincidentemente otra de las fuentes consultadas.
Hay que recordar que el Gobierno ya le había comprado a fin de noviembre US$2800 millones al BCRA para completar el pago de los bonos Globales y Bonares que vencen el próximo 9 de enero por un total de US$4600 millones.
El año que está por comenzar la Argentina enfrenta compromisos de pago en moneda extranjera por un total estimado de US$22.000 millones, según estimaciones de Quantum Finanzas. “Hay vencimientos con organismos multilaterales por US$7700 millones (la mitad con el Fondo Monetario), por otros US$9500 millones con bonistas, por otros US$2500 millones con importadores (Bopreal) y a eso se suman pagos por US$2700 millones que deben honrar las provincias”, detalló la consultora en un informe.
El Gobierno, según adelantó, prevé cubrir el grueso de dichos pagos con fondos propios, mientras refinancia el financiamiento obtenido de los organismos internacionales y procura obtener recursos frescos mediante un nuevo acuerdo con el FMI para capitalizar el BCRA y quedar en condiciones de terminar con el cepo cambiario.
La intención es “no tener que ir a los mercados en el próximo año y medio”, había planteado a fin de agosto el ministro Caputo. Si se mantiene esa idea, el regreso de la Argentina a los mercados financieros internacionales sólo se daría hacia fin del 2025 o principios del 2026, cuando ya se espera que el costo de refinanciar ese pasivo sea igual o menor al hoy pactado tras la última reestructuración.
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