En línea con lo que ocurrió en los últimos meses, la canasta básica alimentaria (CBA) y la canasta básica total (CBT) aumentaron por debajo de la inflación en diciembre último y terminaron 2024 con un incremento acumulado que también fue inferior al índice de precios al consumidor (IPC). En el primer caso, el alza mensual fue de 2,3% y el anual ascendió a 86,7%, mientras que en el segundo, esas cifras fueron de 2,3% y 106,6%, respectivamente.
El dato, informado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), tiene gran relevancia mes a mes, puesto que la CBA se utiliza para determinar la línea de la indigencia, mientras que la CBT se usa para delimitar el umbral de la pobreza. Dada su evolución por debajo de la inflación, es de esperar que ambos indicadores muestren un descenso también en su próxima medición.
Sin embargo, el monto necesario para que una familia tipo no sea considerada pobre sigue siendo elevado y difícil de alcanzar para los hogares de menores ingresos. Según el Indec, en diciembre una familia tipo, compuesta por cuatro integrantes (un hombre de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años), necesitó $1.024.435 para no caer bajo la línea de pobreza. En el caso de un adulto individual, esa cifra fue de $331.532.
Por otro lado, para no ser catalogada como indigente, una familia tipo, con la misma composición que la del anterior ejemplo, necesitó $449.314, mientras que en el caso de un adulto individual, la cifra requerida ascendió a los $145.409.
Asimismo, debe tenerse en cuenta que, si bien ambas canastas volvieron a crecer por debajo de la inflación en el último mes del año pasado, las dos mostraron una aceleración respecto de noviembre, cuando la CBA había aumentado 1,1% y la CBT se había incrementado 1,7%.
Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad & Progreso, comentó que las variaciones de la CBA y la CBT estuvieron más en línea con el crawling peg del 2% que el IPC. “Esto responde a la mayor participación que tienen los bienes, en particular los alimentos, que están anclados por la política monetaria del BCRA. Si bien presentaron una aceleración respecto del dato de noviembre, esto era esperable por lo excepcionalmente bajo de dicho registro y la estacionalidad positiva de finales de año”, explicó.
Además, Marí subrayó que un dato importante es que, en promedio, la canasta básica alimentaria y la total siguen creciendo por debajo de los salarios. “Esto anticipa que la pobreza, bajo la metodología de ingresos que sigue el Indec, volverá a bajar. En el primer trimestre de 2025 volvería a los niveles estructurales de entre 30% y 35%. Y mientras la economía siga creciendo podrá seguir bajando, aunque más gradualmente que en 2024″, opinó el economista.
En este contexto, tal como publicó LA NACION en diciembre, especialistas en el estudio de la pobreza dijeron que el segundo semestre del año puede orillar el 40% de pobreza. El cuarto gobierno kirchnerista dejó ese dato en 41,4%. Con datos de empleo y la evolución de la distribución del ingreso –número que el Indec dio a conocer hace un mes–, el Gobierno calculó que el tercer trimestre del año la pobreza fue de 38,9%. El Indec solo publica datos semestrales, y el número del cierre de 2024 se difundirá el 31 de marzo de 2025.
En cuanto a su metodología, el Indec explicó que la CBA se determinó tomando en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto de entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades (adulto equivalente). “A su vez, se seleccionaron los alimentos y sus cantidades en función de los hábitos de consumo de la población a partir de la información provista por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares”, se especificó.
Por su parte, el organismo estadístico oficial señaló que, para determinar la CBT se amplía la CBA considerando los bienes y servicios no alimentarios. “La estimación se obtiene mediante la aplicación del coeficiente de Engel (CdE), definido como la relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales observados en la población de referencia”, se remarcó.
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