La increíble carrera de Ander Herrera, el vasco que jugó en Manchester United, PSG y dejó el Bilbao para un final soñado en Boca
El verano es temporada de frutillas, de espárragos, de pepinos y de ilusiones futboleras. En estas horas, los simpatizantes de Boca acaban de recibir la noticia que sumarán un refuerzo internacional de elite: el vasco Ander Herrera. Los pilares sobre los que intentaban asentar esa esperanza de contar con el mediocampista del Athletic Club de Bilbao (que, por ahora, no es más que eso) parecían más emocionales que materiales. A diferencia de las frutillas, los espárragos y los pepinos, las ilusiones son intangibles. Pero a veces mutan en realidades.
La palabra “hincha” tiene un peso mayúsculo en Argentina. Decir que Herrera es hincha de Boca parecía demasiado. Sin embargo, el futbolista de 35 años ha manifestado su simpatía por el conjunto xeneize, ha posado con camisetas azul y oro, e incluso asistió a un partido en la Bombonera: fue el 6 de junio de 2023, cuando el equipo que dirigía Jorge Almirón derrotó 1 a 0 a Colo-Colo por la quinta fecha del grupo F de la Copa Libertadores. Ese día compartió un rato con la barra en una de las cabeceras del estadio y también estuvo en uno de los palcos junto a Marcos Rojo.
Y este miércoles 15 de enero de 2025, suma un capítulo con el club argentino: “Mantengo la pasión por Boca desde chico”, contó. “Boca es un gigante”, siguió, mientras se bancaba el acoso de la prensa que, ahora sí, se convencía de que el vasco jugaría finalmente en Boca
“Boca es el equipo argentino que más me llama por la afición, por la pasión que genera. Tengo 10 o 12 camisetas. A mi padre, cuando venía a Argentina y estaba en la cancha, le pedía por favor que me llamara al teléfono de casa para que me hiciera escuchar la salida de Boca”, contó en su momento.
Herrera estuvo una noche de otoño en un palco de la Bombonera con Marcos Rojo fue porque el defensor había sido su compañero durante cinco años en Manchester United. En Inglaterra también convivió cuatro temporadas con Sergio Romero. Y en Francia compartió un año con Edinson Cavani en París Saint-Germain. Esas conexiones fueron claves para el viaje intercontinental del mediocampista.
Cuando empezó a tomar más fuerza la chance de que Herrera llegara a Boca, el futbolista le consultó sobre la vida en el país a su excompañero Iker Muniain y el capitán de San Lorenzo le dio buenas referencias. Ambos son muy amigos, al punto que a mediados de 2024 compartieron con sus familias vacaciones en Grecia. De todos modos, parece poco probable que la esposa de Ander, Isabel Collado, y sus dos hijas se radiquen en Argentina.
Ayer, Nelson Vivas contó en Radio La Red que hace unos años, ya había existido una intención de Herrera de llegar a Boca: “No tenía minutos en Manchester y me llamó para que le hiciera un contacto para venir al club”, relató Vivas.
Si bien nació en la capital de la provincia de Vizcaya y su nombre, para los futboleros, está muy asociado con el Athletic, Herrera se formó en las divisiones inferiores y jugó sus primeras dos temporadas y media como profesional en Zaragoza, con el que debutó el 1 de febrero de 2009 en una victoria 2 a 1 sobre Levante en la Romareda por la 22ª fecha del certamen de la segunda división.
En el conjunto maño (con el que consiguió el ascenso en junio de 2009) disputó 86 partidos y marcó seis goles. Al finalizar la temporada 2010/11, fue vendido al Athletic. “Me marcho orgullosísimo de haber vestido esta camiseta. He sido tremendamente feliz jugando en el equipo de mi vida, el Real Zaragoza. He disfrutado muchísimo y creo que no se puede pedir más. Soy un privilegiado”, aseguró en su despedida.
Por entonces, ya era una fija en el seleccionado sub-21 de España que dirigía Luis Milla. “Para un técnico, Ander es un tesoro. Un tesoro auténtico: carácter, personalidad, inteligencia, afán de ayudar, ambición y capacidad para transmitir las ideas del entrenador a sus compañeros: las que sean, dos o tres. Eso es un tesoro”, lo elogió Milla en esos días. Con ese seleccionado ganó el Campeonato Europeo que se disputó en Dinamarca en 2011. Un año después, integró el combinado que hizo sapo en los Juegos Olímpicos de Londres: no pudo superar la fase de grupos.
En el Athletic debutó oficialmente el mismo día en que lo hizo Marcelo Bielsa: el 18 de agosto de 2011, en un empate 0 a 0 en San Mamés con el Trabzonspor turco por los playoffs de la Europa League. Fue el propio ‘Loco’ quien, al verlo en videos antes de asumir, lo asemejó en juego con Juan Román Riquelme, al que había dejado al margen de la Selección Argentina algunos años antes.
Herrera fue una pieza clave en el mediocampo de los Leones durante las dos temporadas que duró el ciclo del rosarino, en el cual el conjunto vasco fue subcampeón de la Europa League y de la Copa del Rey. Ya con Ernesto Valverde en el banco, también se destacó en la temporada 2013/14, en la que el Athletic logró su única clasificación en el siglo XXI a la Champions League.
A mediados de 2014, Manchester United pagó los 36 millones de euros que contemplaba la cláusula de rescisión de su contrato. “Nunca dejaría el Athletic si no fuera para unirme a un proyecto irrechazable como lo es este, ya que muy pocos clubes en el mundo me pueden ofrecer todo lo que he tenido la suerte de vivir en este grandísimo club. Sinceramente creo que este es un momento clave en mi carrera y no podía rechazarlo”, explicó al despedirse de los hinchas del equipo al que había representado 128 veces.
En Manchester United permaneció cinco años, en los cuales disputó 189 partidos, marcó 20 goles y logró cuatro títulos: la FA Cup y la Community Shield en 2016, y la Europa League y la Copa de la Liga inglesa en 2017. En esos años también jugó sus únicos dos encuentros con el seleccionado mayor de España: fueron dos amistosos ante Inglaterra y Francia durante la gestión de Julen Lopetegui.
En julio de 2019, luego de que expirara su vínculo con el United, se sumó a las filas de París Saint-Germain. En el club francés compartió plantel con figuras de la talla de Lionel Messi, Neymar y Kylian Mbappé, y ganó siete títulos, aunque también sufrió la dolorosa derrota en la final de la Champions League ante Bayern Múnich en agosto de 2020 en Lisboa. En agosto de 2022 y pese a que le quedaban dos años de contrato, optó por regresar a Bilbao.
En este segundo ciclo no ha tenido tanto protagonismo sobre el terreno e incluso en junio se especuló con la posibilidad de que retornara a Zaragoza, que lleva 12 temporadas consecutivas en la Segunda División. En ese momento, Herrera y su padre se reunieron con el entrenador del equipo, Víctor Fernández, pero nunca hubo una propuesta concreta de la dirigencia del club maño, pese a que el mediocampista había manifestado varias veces su deseo de terminar su carrera en el club aragonés y también de ser accionista.
Finalmente, Herrera decidió extender su contrato con el Athletic hasta junio de 2025. “Es un reto mayúsculo jugar en Europa y disputar cuatro competiciones con un grupo muy ambicioso. Poder representar al Athletic en Europa es precioso. Todavía me veo con ganas, energía y ambición”, sostuvo entonces. “Me quedo donde me han querido, donde han insistido y donde me han mostrado cariño”, añadió.
El Athletic está protagonizando una temporada brillante: marcha cuarto en la Liga de España, segundo en la fase de liga de la Europa League (solo superado, por diferencia de goles, por Lazio) y se clasificó a los octavos de final de la Copa del Rey. En estos meses de actividad recargada, Herrera solo ha jugado 419 minutos en 14 partidos (tres como titular) en la campaña. De todos modos, ni Ernesto Valverde ni la dirigencia quieren que se vaya.
“Ander es un grandísimo jugador, encima está contando para nosotros. Es muy importante tanto en el campo como el vestuario por su veteranía, su experiencia. Él ha vivido en diferentes países días como el que viviremos mañana (frente a Barcelona). Para nosotros es fundamental”, resaltó Mikel González, director deportivo del Athletic, que no quería dejarlo ir.
Pero el jugador presionó para salir. Después de su increíble carrera quería un final épico. Y siente que puede tenerlo en Boca. Pero no en la tribuna, como lo hizo aquella tarde de otoño en La Bombonera. Sino adentro de la cancha. Y hasta jugando Copa Libertadores y Mundial de Clubes.
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