Boca no arranca: se metió muy atrás en Santa Fe y Unión se lo empató en el final
El término se acuñó en el primer mundo, donde sobran los países con recursos. Sin embargo, se ajusta a los problemas que afronta Fernando Gago en el amanecer del Torneo Apertura. Boca sufre la paradoja de la abundancia. Cuenta con tres futbolistas por puesto, producto de una enorme inversión de su tesorería, pero no termina de encontrar un funcionamiento óptimo para su equipo. Cambia de táctica y de jugadores de un partido a otro y no encuentra la mejor versión. Tampoco, los resultados.
El gol de Unión en el epílogo, una pelota parada mal defendida que encontró a Franco Fragapane en soledad por el segundo palo, es un castigo para el entrenador, fundamentalmente. Es cierto que todo hubiera sido diferente si Kevin Zenón resolvía el mano a mano ante Thiago Cardozo y le bajaba la persiana al partdo. Sin embargo, la postura del equipo, que dejó crecer a los santafesinos y jugó de contragolpe, será carne del debate. Gago suele apostar a la tenencia y cedió la posesión (55% a favor de los tatengues). Los cinco futbolistas que saltaron a la cancha como variantes serían titulares en cualquier otro club.
El Kily, con mucho menos personal calificado, acertó con dos variantes que terminaron siendo clave: Ezequiel Ham y el propio Fragapane. También, fue un acierto desarmar la línea de cinco y buscar a fondo por los costados. De tanto horadar con centros, encontró un tiro de esquina en tiempo adicional y el grito del 15 de abril.
Boca tuvo un buen primer tramo en la etapa inicial. Y después de un frustrante debut ante Argentinos Juniors en la Bombonera, cambió de esquema y de intérpretes para la cita en Santa Fe. Guardó el 4-2-3-1 y lanzó a la cancha un 3-4-3 que se observó con mayor intensidad y profundidad. Especialmente, por la presencia de sus dos laterales.
Sin ir más lejos, de entrada nomás, Lucas Blondel y Marcelo Saracchi se encontraron para configurar un golazo. Llegó el centro del ex Tigre desde la derecha, rechazó a media Nicolás Paz y por el vértice izquierdo apareció el uruguayo para controlar y sacar un zurdazo inatajable para Thiago Cardozo. La pelota pegó en el travesaño y se introdujo con violencia en el arco de su compatriota.
Boca mostró una salida prolija con Rodrigo Battaglia, el despliegue de Williams Alarcón y Tomás Belmonte en el centro, y el atrevimiento de Alan Velasco, algo apurado para cerrar las jugadas, pero siempre encarador. Exequiel Zeballos también ayudó en la recuperación. Y Miguel Merentiel no se estacionó como el clásico “9”; por el contrario, retrocedió para conectar y desorientó a sus rivales.
Unión volvió a exhibir una gran falta de inspiración. La línea de tres cinco no tuvo tanta agresividad por los costados y cuando salió a discutir en el campo adversario, quedó mal parado. Su mejor valor fue Lionel Verde, pero no tuvo compañía creativa. La situación más clara fue a partir de un tiro de esquina del joven volante de 20 años y un cabezazo de Franco Pardo que se perdió apenas por encima del travesaño.
En el segundo tiempo, Gago movió el banco. Primero, refrescó con Juan Barinaga y Zenón. Pero se paró demasiado lejos del arco de Cardozo. Y cuando no había superado el cuarto de hora, el Kily sacó a un zaguero (Paz) y apostó todo al ataque.
El técnico de Boca nunca rotó las piezas del tablero. Modificó peón por peón. Zenón tuvo dos chances y falló. Unión se hizo cargo del protagonismo, pero apenas había podido inquietar a Leandro Brey con un tiro de media distancia de Colazo.
Hasta que llegó el córner del Turquito, el cabezazo de Colazo para ganarle en las alturas a Barinaga y la definición de Fragapane. Para el desahogo de Unión. Para el lamento de un Boca súper reforzado que no logra levantar cabeza.
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