A un año de los Juegos Olímpicos de Invierno 2026, Lindsay Vonn palpita su regreso: “Jamás imaginé que podría volver a competir”
Siempre me han gustado los desafíos. Mi regreso a la competencia en el esquí ha estado marcado por el amor por el deporte, por la velocidad y por la adrenalina que sólo las pistas pueden darme. Cortina, en Italia, es un lugar especial para mí: fue allí donde me di cuenta de que tenía potencial para ganar. En cuanto llego a esas montañas, me siento en casa. A un año de los Juegos Olímpicos de Invierno que se disputarán entre Cortina y Milán, espero con emoción la oportunidad de volver a competir en la máxima cita deportiva, más aún cuando se celebran en un lugar al que le tengo tanto cariño.
Mi motivación es hoy la misma que cuando era niña: adoro esquiar, la velocidad y la competición. Por eso me enamoré de este deporte. Gracias al esquí he tenido la suerte de construir una vida increíble y, aunque crear mi Fundación y mis negocios han sido experiencias muy gratificantes, la alegría que siento en las pistas no tiene parangón.
Dejé de competir en contra de mi voluntad, pero no había otra alternativa. Había acumulado demasiadas lesiones, el cuerpo ya no se portaba como debía y tenía la rodilla derecha destrozada. Abandonar el deporte que tanto quería fue durísimo, pero sabía que era imperativo si quería proteger mi bienestar físico.
Me colocaron una prótesis de rodilla para que pudiera seguir explorando, moviéndome, jugando al tenis y persiguiendo todas las aventuras que siempre había imaginado. Jamás imaginé que podría volver a competir.
Cuando me di cuenta de lo bien que funcionaba esa nueva rodilla, comencé a pensar hasta dónde sería capaz de llegar. Después de una valoración detenida y el visto bueno de mi equipo médico, me lancé. Me lancé con pocas expectativas pero con mucha alegría y cada paso adelante me sorprende gratamente. Lo más importante es que me divierto como nunca.
Las carreras de esquí siguen siendo un deporte peligroso. Aunque tengas 20, 30 o 40 años, una rodilla o una prótesis, el riesgo es ineludible. Cuando te lanzas en unos esquís a 130 km/h por una montaña, sabes a lo que te enfrentas. Sin embargo, hoy me siento más sana y fuerte que al final de mi carrera.
Teniendo en cuenta lo bien que ha ido la temporada y cómo me siento, estoy lo suficientemente alentada para afirmar que quiero competir en Milano-Cortina 2026 el año que viene.
Cortina es un lugar muy significativo para mí: allí aprendí a aprovechar al máximo una carrera, subir a un podio y darme cuenta de que podía ganar. Mi enfoque no ha cambiado mucho desde mi primer podio en 2004. Siempre he sentido un vínculo especial con esa montaña, como si pudiese ver la trayectoria perfecta, entender sus exigencias y hacer lo necesario para ganar. Tengo infinitos recuerdos de Cortina.
También es uno de los lugares más bellos que he visitado. Está claro que será una sede olímpica de primera. El año pasado París reavivó la pasión de todo el planeta por los Juegos Olímpicos, atrayendo al público con un soplo de aire fresco. Estoy convencida de que Cortina retomará la posta de París y despertará un nuevo entusiasmo por los deportes de invierno.
También tengo grandes expectativas para Milano-Cortina 2026 porque será un momento decisivo para las mujeres, pues será la edición con más competidoras en la historia de los Juegos Olímpicos de Invierno: por lo que he oído, un 47 %.
Los Juegos Olímpicos pueden ser una plataforma para promover muchas ideas avanzadas, impulsar cambios y definir cómo enfocará el resto del mundo la cuestión de la igualdad. Todo el planeta los considera un faro de unidad, esperanza, orgullo e inspiración, así que el hecho de que sea una competición prácticamente igualitaria en género transmite un mensaje significativo.
Los Juegos Olímpicos tienen la capacidad de promover cambios y cambiar paradigmas. Los niños verán a los deportistas y, gracias a ellas y ellos, se ilusionarán como nunca.
Creo que Milano-Cortina 2026 es una edición que juega con ventaja. Aunque Milán no está especialmente cerca de Cortina, las instalaciones harán que el viaje valga la pena. Los deportistas residiremos allí donde competiremos, así que para nosotros no será un problema. Espero que el público disfrute de estos territorios tan diversos y que se maraville con los imponentes Dolomitas y todo lo que Cortina y los Juegos van a ofrecernos.
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