Los últimos días de Diego Schwartzman como tenista: así prepara su función final en el Argentina Open y la vida post retiro
Cuatro días faltan para que se levante el telón de la última función de Diego Schwartzman como tenista. El Peque, que llegó a ser número ocho del mundo en octubre de 2020, jugará en el Buenos Aires Lawn Tennis el torneo final de su carrera, tras recibir una wild card para el cuadro principal del Argentina Open 2025, en el que debutará el martes a la noche. Todavía tiene por delante algunas jornadas en su rol de jugador, pero él ya empezó a caminar el camino hacia el adiós definitivo: se permitió saltarse la pretemporada, se animó a probar y a pensar cómo será su vida post retiro, y el miércoles vivió un anticipo de lo que sucederá la semana que viene.
El porteño jugó como invitado el Challenger de Rosario. Y aunque perdió en el debut ante Camilo Ugo Carabelli por 4-6, 6-3 y 6-4, con casi toda su familia en la tribuna; se fue contento porque pudo cumplir el objetivo con el que salió a la cancha de polvo de ladrillo de Jockey Club: disfrutar y hacer disfrutar.
“Estuve bastante bien, con un poquito más de ritmo, de competencia, de poder traer alguna pelota más en los momentos importantes. Quizás podría haber ganado, fue muy fino el partido. Camilo viene con mucho ritmo en este tipo de condiciones, que a mí al final me fueron desgastando. Pero para lo que vine, que era a dar un buen espectáculo para la gente y yo pasarla bien adentro de la cancha, salió bastante bien”, analizó el Peque.
Y entre risas, confesó: “La verdad, tenía un poquito de miedo de jugar mal y que fuera fácil para él”.
Ugo Carabelli dejó en claro que no fue así en un intercambio en Instagram horas después de su triunfo. “Jujuju, qué puntazo. Para todos lados te hice correr, Brujo”, escribió Schwartzman al compartir un video del encuentro, que había grabado su novia Eugenia desde la tribuna. “Me hiciste sufrir hdp. ¡Qué pedazo de jugador!”, le respondió Camilo.
Rosario fue, en medio de los retrasos y las cancelaciones por lluvia del arranque de la semana, un buen aperitivo de lo que será su debut en el ATP porteño, en el que ganó en 2021 y fue finalista en 2019 y 2022. El Peque tiene asistencia perfecta al torneo desde 2011. Cada año, desembarcaba en el BALTC con la ilusión de levantar el trofeo. Este año, el deseo y las expectativas serán otras.
“Ganar partidos no es el objetivo. En una semana me jubilo del deporte y conseguir eso no me va a cambiar nada. Lo que quiero es ser competitivo para dar un lindo espectáculo, porque van a ser los últimos duelos de mi carrera. Y disfrutar del ratito que pueda estar en cancha”, contó en la previa de su debut en Rosario.
Sin la presión de tener que buscar victorias para sumar puntos y no perder ranking -hoy se ubica 382°-, Schwartzman está viviendo los días previos a su último baile con la raqueta como nunca vivió antes la preparación para un torneo.
“Cuando vas a entrenar, le prestás atención a un montón de otros detalles. Cuando estás en competencia y tenés que ganar partidos, pensás si el timing de los golpes está a punto, si te estás moviendo bien o estás lento. Ahora a eso no le presto mucha atención, entonces puedo disfrutar más de todo”, afirmó. “Creo que no caí todavía en que se viene el retiro porque de otra manera y con otro ritmo lo sigo haciendo, estoy acá entrenando y preparándome. En Buenos Aires, que será el punto final, lo voy a sentir. Y soy bastante sentimental”.
Pasarla bien adentro y fuera de la cancha es la consiga con la que el porteño, de 32 años, eligió encarar estos últimos meses de su carrera. Por eso, en primer lugar se dio el gusto de irse de vacaciones, algo que no hacía hace muchísimo tiempo.
“No hice pretemporada. Y tuve mis primeras vacaciones en enero desde los 16 o 17 años. Y las disfruté bastante. Sí me llevé la raqueta y las cosas para entrenar y mantenerme en ritmo. Pero no fue una pretemporada, simplemente era seguir entrenándome. Estuve con Pablo Cuevas, que es ahora entrenador, y algunos chicos que tiene él en Uruguay”, contó.
Por eso, también, se lo vio más activo en las redes sociales, en las que estuvo compartiendo la semana pasada sus rutinas diarias: sesiones en el gimnasio o en su casa, con sus perros como testigos; peloteos en una cancha de polvo de ladrillo junto a Francisco Cerúndolo; y hasta algunos momentos de relajación.
¿Y el futuro? También estuvo en su cabeza en los últimos meses, porque Schwartzman tiene varios proyectos e ideas para esta nueva etapa de su vida que está a punto de comenzar.
“La radio, con Urbana y los chicos de Andy. A partir de marzo, voy a seguir yendo todo el año”, señaló haciendo referencia a su participación en el programa Perros de la Calle que conduce Andy Kusnetzoff en esa emisora.
“Hay también ciertas cosas con distintas federaciones a nivel global que puede ser que haga, pero como no hay nada seguro prefiero esperar. Y hablando sin saber ni tener nada confirmado, me gustaría poder ayudar de alguna manera con los organizadores de torneos profesionales en el país. La AAT, Torneos, quizás hasta Tennium el día de mañana. Siempre me llamó la atención todo lo que es estar alrededor de un evento, organizarlo, la parte comercial, generar oportunidades para los chicos dentro de la región… Me encantaría ser base de consejo o apoyo, para potenciar eso con gente que lo hace mucho, sumándole la mirada más deportiva”, agregó.
Igual habrá que esperar unos días más para que esas nuevas facetas de Schwartzman tomen la posta del tenista para siempre. También ver qué ocurre en Buenos Aires, el último torneo de Schwartzman después de 15 temporadas como profesional, en las que ganó cuatro títulos y en su inolvidable 2020, fue finalista en el Masters 1000 de Roma (le ganó en cuartos a Rafael Nadal y perdió la final con Novak Djokovic), alcanzó las semis en Roland Garros (cayó con Rafa) y se dio el gusto de jugar el Torneo de Maestros.
El primer acto de la función final -que muchos esperan que no sea el único- será el martes a la noche; aún no está confirmada la hora exacta ni el rival (el cuadro se sortea este sábado). Pero independientemente de a quién tenga enfrente, el Peque irá a disfrutarlo. Como viene haciendo en los últimos meses cada vez que pisa una cancha.
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