Compraron en Córdoba el primer Ferrari Purosangue de la Argentina: vale poco menos de US$400.000
Cuando se piensa en un vehículo del Cavallino Rampante, lo primero que viene a la mente es un deportivo pegado al suelo con una silueta deportiva, potencia, aceleración y por supuesto el color rojo vivo que caracterizó históricamente a la marca. Pero para este modelo, la firma fundada por Enzo Ferrari en 1939 se decidió incursionar en el mundo de los SUV (Sport Utility Vehicle), aunque, por supuesto, lo hicieron a su manera.
Héctor Laca, empresario cordobés fundador de la empresa de insumos agropecuarios Facyt, compró el primer Ferrari Purosangue de la Argentina. Este cuatro plazas no es un modelo tradicional dentro de quienes apuestan por los vehículos de la marca, pero no deja de tener las cualidades típicas de un Ferrari: viene con un motor V12 atmosférico que aporta 725 CV. El 80% del par motor está disponible a partir de 2100 rpm y el pico de par de 716 Nm se alcanza a 6250 rpm. Para algunas características del motor se utilizaron aplicaciones inspiradas en los monoplazas de la Fórmula 1, según la página oficial de la compañía italiana.
La disposición de su caja de cambios es de doble embrague y ocho velocidades, con separaciones cortas y progresivas y su tracción es total. En lo que respecta a su chasis, es de techo de fibra de carbono y se caracteriza por la apertura de sus puertas traseras en dirección al baúl, lo que permite la entrada y salida de los pasajeros con facilidad pero sin perder la silueta compacta. En su interior, cuenta con cuatro asientos de buen tamaño y calefaccionados con mandos eléctricos, mientras que su baúl es el más grande de la historia de la compañía. Al mismo tiempo, la posición de conducción es más elevada que en el resto de los modelos.
Una particularidad del modelo es que, mientras la mayoría de los segmentos SUV o crossovers tienen una distribución del peso determinada, con el motor en un aposición muy adelantada y la caja de cambios adyacente, el Purosangue tiene una distribución transeje, típica de los autos deportivos, con el motor en una posición media-delantera y la caja de cambios en la parte trasera, logrando el reparto de pesos 49:51 que se considera óptimo para los deportivos (la mayoría del peso en la parte trasera).
En lo que respecta a su diseño, para lograr mantener la aerodinámica que demandan este tipo de autos, viene con un alerón suspendido en el capó delantero denominado aerobridge o aeropuente, que no dirige el flujo del capó hacia abajo para aumentar la carga vertical como en otros modelos, sino que tiene como objetivo reducir la resistencia.
Además, no cuenta con un limpiaparabrisas trasero, ya que apuestan a que de la limpieza se encarguen las corrientes de aire gracias a la forma y disposición del vehículo. Cuenta con un alerón suspendido con una superficie curva que asegura la velocidad y la dirección correcta del flujo de aire.
Sus características permiten que el vehículo alcance los 100 km/h en 3,3 segundos y los 200 km/h en 10,6 segundos. Su velocidad máxima es de 310 km/h, mientras que su frenado es de 32,8 m para pasar de 100 km/h a 0 km/h y para rebajar de los 200 km/h hasta la su detención total le toma 129m. Su peso es de 2033 kg.
El volante cuenta con múltiples funcionalidades disponibles en botones táctiles que desaparecen al apagar la pantalla del tablero del conductor. Los botones más utilizados o más relevantes para la seguridad si son físicos, para garantizar su practicidad. Por otro lado, la pantalla interactiva no se encuentra en el centro del auto como en la mayoría de los vehículos, sino que se ubica al frente del asiento del acompañante, haciéndolo parte de la experiencia de manejo.
El precio del Ferrari Purosangue es de US$398.000 en su versión “base” es decir sin ninguno de los tantos adicionales disponibles. Además no se tiene en cuenta los costos de envío del vehículo ni los impuestos que lo afecten según su destino.
LA NACION
Los comentarios están cerrados.