La estrepitosa caída del City de Pep Guardiola marca el fin de una era y la continuidad de otra: la hegemonía del Real Madrid en Europa

Pep Guardiola había cometido un sincericidio en la conferencia de prensa posterior al duelo de ida contra Real Madrid. “Tenemos un uno por ciento de chances de avanzar de ronda”, soltó. Luego, al día siguiente, trató de maquillar la sentencia diciendo que había mentido. Avisó además que confiaba en la remontada tras el 2-3 en Inglaterra. Pero ni la cara ni los gestos del entrenador catalán evidenciaban seguridad. Y así jugó Manchester City en el Santiago Bernabéu: desesperanzado. Real Madrid lo pasó por arriba desde el juego y desde lo actitudinal, le ganó con comodidad 3-1 con un hat-trick de Kylian Mbappé y jugará los octavos de final de la Champions League ante Bayer Leverkusen o Atlético de Madrid (se sortea el viernes).

Real Madrid seguirá siendo el coloso de Europa, ese equipo que se enciende como ninguno en la Champions League. Desde que la competición se denominó así, en la temporada 1995/96, el elenco de España nunca quedó eliminado antes de los octavos de final. De las 28 participaciones, fue campeón en 9, cayó en semifinales en 8, llegó a cuartos de final en 3 y se despidió en octavos de final en 8; jamás perdió una definición.

No tuvo problemas el local en superar al apático Manchester City: a los tres minutos, y luego de un pelotazo de 40 metros de Raúl Asencio, Mbappé definió por arriba de Ederson para cortar el finito hilo de ilusión que mantenían los ingleses. Desde entonces no hubo partido ni indicación táctica del siempre enérgico Guardiola, esta vez con los brazos caídos y sufriendo el momento. El francés, en tanto, siguió con su festival personal: anotó el segundo después de desparramar a Gvardiol y el tercero, ya en el segundo tiempo, luego de una linda jugada personal de derecha a izquierda que culminó con un ajustado remate de zurda.

Esta crónica tendrá algo de injusticia con Real Madrid y con el notable Carlo Ancelotti porque el foco estará puesto en Guardiola y en el inevitable final de una era en Manchester City. La temporada actual marcará un antes y un después para el nacido en Sampedor, quien en noviembre pasado extendió su vínculo con el vigente campeón de la Premier League hasta la temporada 2025/26, con la opción de activar una cláusula que lo prolongue por un año más. Pero el golpazo del Bernabéu dejará secuelas, claro.

Un caballero Guardiola saludando a Mbappé, la figura de la serie. Reuters/Matthew Childs

La temporada actual, a la que todavía le faltan varios meses, es la peor en cuanto a derrotas en la historia de Guardiola como entrenador. Son 13 las caídas del City en 40 partidos, con 7 empates y 20 victorias. El segundo peor registro de su carrera (16 temporadas) data del período 2019/20, cuando sumó 12 traspiés en 59 duelos en el conjunto inglés.

No tuvo respuestas el City en Madrid, como tampoco las está teniendo en la Premier League, donde se encuentra a 17 puntos del líder Liverpool. Existen distintos factores para entender la debacle futbolística de Manchester, pero los más importantes fueron la lesión del mediocampista Rodri y la impensada salida de Julián Álvarez, que suele ser tendencia cada vez que Guardiola cae.

Lo de Rodri ingresa dentro de los imponderables del fútbol: se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha en septiembre. Y Pep nunca encontró un reemplazante para el Balón de Oro.

Pero lo de Julián fue un grave error de gestión. El Araña pidió tener más minutos y protagonismo y Guardiola no se lo pudo garantizar. Por eso el cordobés de Calchín presionó para marcharse. “No soy responsable de su salida. El club me trajo un jugador extraordinario y Julián tenía muy decidido irse porque quería jugar todos los minutos que tiene ahora y que no tenía el año pasado. Decidió fichar por el Atlético de Madrid y nos alegramos muchísimo de que le vaya tan bien por la continuidad, los goles y la presencia que tiene”, dijo Pep en la semana.

Es verdad que el análisis se hace con el diario del lunes, pero Julián hubiese jugado mucho esta temporada. Incluso en Madrid lo extrañaron un poco más por la ausencia del lesionado Erling Haaland. La falla de planificación de Guardiola fue confiar más en los veteranos Kevin De Bruyne e lkay Gundogan que en Álvarez. El error se hizo aún más notorio cuando incorporó por 73 millones de dólares al desconocido delantero egipcio Omar Marmoush, proveniente de Eintracht Frankfurt.

A Guardiola, casi sin chances en la Premier League y aún con vida en la FA Cup, le quedarán meses de reflexión tras la caída en el Bernabéu. El fin de una era es una certeza. Habrá que ver si tiene fuerzas para volver a empezar. O si cerrará uno de los ciclos más exitosos de la historia del fútbol mundial.

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