Gago tomó aire y quiere seguir pero todo sigue atado con alambre y Riquelme ya piensa en los posibles sustitutos

El prisma azul y oro se enfoca en la eliminación de Boca de la Copa Libertadores, uno de los golpes más duros de la historia del club. Sin embargo, Fernando Gago decide refugiarse en el Torneo Apertura. A bordo de su cuarta victoria consecutiva y una posición de vanguardia en la Zona A, por fin dice lo que todos los hinchas quieren escuchar: “Tenemos la obligación de ganar el campeonato”. Y aunque aclara que su continuidad nunca estuvo en duda -ni de parte suya ni del Consejo de Fútbol-, es una verdad a medias. Es cierto que el técnico jamás pensó en dar un paso al costado, pero no es real lo que trasciende de Juan Román Riquelme. El presidente considera que su ciclo está desgastado y ya está pensando en un sustituto.

Román no lo dirá públicamente, claro. Por eso, mandó a sus satélites. El jueves, un día antes del duelo con Rosario Central, trascendió que el viernes sería el último partido de Gago. Se reprodujo por varios canales informales y hasta algunos medios le dieron el marco de sentencia. La estrategia es muy clara: dejar correr el rumor y evaluar cuándo será el momento ideal para tomar una decisión. Total, los reproches de la tribuna son para el técnico y los jugadores. No fue casual que, esta vez, tuvieran su punto de partida en las gargantas de La Doce, siempre oficialista.

“Soy la cabeza, soy el responsable y tengo claro que la gente se va a manifestar. Pero tengo trabajo y cosas para seguir compitiendo”, dijo Gago sobre los silbidos que recibió en la Bombonera. Y fue enfático respecto a la estabilidad en el banco: “Creo que hay que cortar un poco este tema. Hablo todos los días con la dirigencia, con (Marcelo) Delgado, con (Raúl) Cascini, con el presidente… Mi continuidad nunca estuvo en duda de mi parte, de todos los comentarios que tengo, las charlas, ayer (por el jueves) comimos en el hotel y el día previo estuvimos hablando”.

Gago encaró a Delgado y le preguntó si todo el ruido que se generó a su alrededor era cierto. El Chelo, que es el hombre del Consejo de Fútbol de trato más fluido con el entrenador, le dijo que no estaban pensando en echarlo. Cascini, en tanto, viajó con Mariano Herrón a Santa Fe para el partido de Reserva. Se especuló con un inminente interinato.

Otros tiempos. Riquelme y Gago sonríen el día de la presentación del DT. Foto: AP

De cualquier modo, esta situación se vivió con Miguel Russo, Sebastián Battaglia, Hugo Ibarra, Jorge Almirón y Diego Martínez. Tarde o temprano, Román le baja el pulgar al entrenador y deja abierta la puerta de la salida. En este momento está Gago. El presidente no está convencido de que sea el entrenador que dirija al equipo en el Mundial de Clubes. Y ya empezó a sonar con fuerza Gerardo Martino.

El Tata no puede dirigir hasta mitad de año, justo cuando Boca viajará a Estados Unidos para enfrentar a Benfica, Bayern Munich y Auckland City. Guillermo Barros Schelotto, en tanto, ya obtuvo la green card en tierra norteamericana, donde reside con su familia, y podría volver a la Argentina para trabajar. Aunque, se sabe, la relación con Riquelme no es la mejor.

Hay otra poderosa razón por la que Gago no quiere irse, más allá de su amor propio. La misma por la que el presidente no lo echa: el dinero. El técnico tuvo que poner de su propio bolsillo 1.500.000 dólares para romper su vínculo con Chivas de México, un monto que recuperará a lo largo de su contrato en Boca. Despedirlo significaría una indemnización muy onerosa para el club, que además debería buscar otro entrenador.

Los jugadores empezaron a hablar de la eliminación de la Libertadores, lo que significó un gran perjuicio para Boca. Edinson Cavani le puso palabras a la situación. “Somos responsables de lo que pasó, de haber quedado afuera. Lo tenemos que asumir como grupo, porque somos nosotros los que salimos a la cancha. Hay que trabajar. Representamos al más grande y hay que dar la cara y revertir lo que pasó el partido pasado”, puntualizó.

Gago saluda a Cavani, de mala noche en la Bombonera. Foto: Juano TesoneGago saluda a Cavani, de mala noche en la Bombonera. Foto: Juano Tesone

“La única receta que hay es seguir laburando, levantarte al otro día y meterle toda la energía. Hay que seguir dando lo mejor y buscando que las cosas marchen y funcionen. Queremos lograr cosas con este club”, añadió.

En este contexto, Boca tendrá que afrontar tres partidos en marzo: Central Córdoba, el viernes a las 19.15 en Santiago del Estero; Defensa y Justicia, el domingo 16 a las 18.30 en la Bombonera; y contra Newell’s, todavía sin día ni horario confirmado, el último fin de semana del mes en Rosario. La meta es terminar puntero para poder definir de local hasta las semifinales, ganar un título después de dos años y, de ese modo, cauterizar la herida que provocó el fracaso internacional.

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