Un tratado de libre comercio con EE.UU. podría potenciar inversiones, pero analistas aún lo ven lejano
Mientras que el presidente Javier Milei insiste en que quiere lograr un acuerdo comercial con Estados Unidos, aunque esto signifique romper con el Mercosur, su par de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que también podría ser, eventualmente, de su interés. “Consideraré cualquier cosa”, dijo Trump en la Casa Blanca ante una pregunta de LA NACION sobre Milei y acerca de si estaría dispuesto a negociar un acuerdo de libre comercio con la Argentina.
Estados Unidos ya es uno de los principales socios comerciales de la Argentina. Según el Indec, en 2024 fue el segundo destino de las exportaciones locales, con el 8,1% de los envíos, solo por detrás de Brasil, que fue el destino número uno, con 17,1% del total. El origen de las importaciones estuvo liderado por Brasil, China y Estados Unidos, que representaron 23,6%, 19,2% y 10,2% de las compras argentinas al exterior, respectivamente. Brasil entonces, el socio más importante que tiene la Argentina y el gigante del Mercosur, no es para descuidar.
El intercambio entre Estados Unidos y Argentina fue en 2024 de US$12.569 millones, con un saldo positivo de 243 millones. La Argentina vende mayormente aceites crudos de petróleo, naftas excluidas para petroquímica y vinos no espumosos. Las exportaciones de petróleo crudo de la Argentina a Estados Unidos están impulsadas por el crecimiento de Vaca Muerta. Le compra al país norteamericano gas natural licuado, gasoil y cajas de cambio, entre otros productos.
El especialista en negocios internacionales Marcelo Elizondo dice que es de enorme relevancia el hecho de que el presidente Javier Milei haya mencionado este tema en la apertura de sesiones del Congreso y que, por otro lado, el presidente Donald Trump haya afirmado que consideraría un acuerdo con la Argentina.
“Estados Unidos tiene hoy una gran importancia para la Argentina. Es la economía más importante en sus relaciones bilaterales, más allá de que Brasil es el principal socio en el comercio exterior de bienes. Se trata del mayor receptor de exportaciones de servicios de la Argentina, con unos US$4500 millones por año, explica Elizondo.
Además, es el mayor inversor extranjero en la Argentina, con unos US$30.000 millones desembolsados. Según indica la consultora Abeceb, casi un tercio de estas inversiones fue a parar a la extracción de petróleo crudo y gas natural (US$9278 millones), seguida por la industria manufacturera (US$6327 millones), los servicios de telecomunicaciones (US$3229 millones) y el comercio automotriz (US$2515 millones).
También “no hay que olvidar que en Estados Unidos se llevan adelante la gran mayoría de las decisiones de financiamiento para la Argentina”, advierte Elizondo. “Mi impresión es que un acuerdo de libre comercio, que todavía no sabemos cómo podría ser, sería de enorme potencial bilateral porque hay muchos rubros con gran capacidad de desarrollo y podría desatarse un gran flujo de inversiones hacia la Argentina”, agrega.
Sin embargo, podría tardar en concretarse. Alejandro Arroyo Welbers, director del posgrado de Comercio Internacional de la Universidad Austral, opina que “es altamente improbable que en el corto plazo se delinee un Tratado de Libre Comercio entre ambos países. Va totalmente en contra de los intereses de Trump en este momento, ya que está subiendo aranceles. De hecho les puso un 25% a México y a Canadá, que son sus aliados estratégicos. El acero y el aluminio tienen un 25% establecido por Trump, que no le va a retirar a la Argentina. También hay un 10% para los productos que vienen de China y está estudiando un arancel a la Unión Europea”. Agrega que “sí hay que admitir que la Argentina para Estados Unidos es el único aliado de derecha de la región”.
Para Arroyo Welbers, tal vez se pueda reinstalar un sistema de preferencias y ventajas para algunos productos, pero de ahí a un TLC hay una enorme diferencia, y además llevaría mucho tiempo implementarlo. “Quizás lo que le interese a Estados Unidos sea una especie de RIGI a su medida, un régimen de inversiones para sectores como minería, el litio y energía”, asegura.
Elizondo coincide en que hay rubros en los cuales las empresas norteamericanas podrían invertir en la Argentina para abastecer a Estados Unidos, que es el mayor generador de la economía del conocimiento. ”El hardware necesita minerales como cobre y litio. Luego está la energía. Trump quiere que Estados Unidos lidere este sector y las empresas americanas seguramente invertirían aquí. También podría avanzarse en un acuerdo para la industria automotriz. Otros aspectos de mucho interés son la economía del conocimiento y los servicios, que tienen mucho para crecer”, analiza el experto.
Qué pasaría con el Mercosur
“Un tratado significaría bajar aranceles de ambos lados, total o parcialmente”, subraya Elizondo. “Esto tiene algún punto en conflicto con el Mercosur, por supuesto. El tratado no permite que la política arancelaria de cualquiera de los socios sea fijada individualmente. La Argentina no podría reducir aranceles individualmente con Estados Unidos, salvo que se flexibilice el Mercosur a través de la reformulación del acuerdo, algo que se viene pidiendo hace mucho. Otra posibilidad es que se le conceda una dispensa a la Argentina, aunque eso no está contemplado en el Mercosur”.
Para Arroyo Welbers, en tanto, salir del Mercosur no es fácil. “Aunque no ha sido un gran beneficio para la Argentina. La industria automotriz local está totalmente entrelazada con la brasilera. Lo mismo pasa con la petroquímica. El resto de lo que le exportamos a Brasil se puede colocar muy fácilmente en el exterior”, sintetiza.
Por ahora, según el especialista de la Universidad Austral, el acuerdo está lejos. “Sí está más cerca el convenio del Mercosur con la UE, que no conviene dejar de lado. También un Mercosur-Singapur, o un Mercosur EFTA (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza). Hacia este tipo de asociaciones habría que ir apuntando los cañones”, recomienda.
Elizondo, por último, advierte que “salir del Mercosur es complejo porque requiere pasar por el Congreso”. Los tiempos, en este sentido, se extenderían.
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