HOUSTON.– Por fuera de la agenda energética, el tema que sobresalió la CERAWeek, la conferencia que congrega a los principales ejecutivos petroleros del mundo, fue la suba de aranceles que anunció el presidente estadounidense, Donald Trump. En un primer momento, la mayoría de los gobiernos y analistas creía que era una amenaza del mandatario para negociar, pero la suba de tarifas comenzó a concretarse y eso generó preocupación, incluso en el grupo Techint, la compañía que preside Paolo Rocca y que tiene plantas de producción en Estados Unidos, México y Canadá, tres países en disputa.
“Esto tiene un gran impacto, porque estamos invirtiendo mucho en la cadena manufacturera de petróleo y de la industria automotriz en México. Estamos siguiendo lo que está pasando y estamos trabajando muy de cerca con el gobierno mexicano para entender [cómo se puede solucionar]. Somos optimistas con que los aranceles, al final, no se van a implementar, porque es una situación que no beneficia a nadie. Así que estamos siguiendo esto muy atentamente”, dijo Ricardo Markous, CEO de Tecpetrol, el brazo petrolero de Techint.
En primera fila lo escuchaba Rocca, quien había disertado unos días antes y había dicho que la nueva política comercial de Estados Unidos, de priorizar con beneficios fiscales a las empresas que mudan sus plantas de producción al país, obligará a muchas industrias a reposicionar sus activos en las cadenas de suministros.
El Grupo Techint tiene dos plantas de producción en México, en las localidades de Monterrey y Pesquería, donde fabrican acero crudo, pero también realizan terminación de laminados que abastecen a la industria automotriz en México y en Estados Unidos. Si se concreta la amenaza de aumento de aranceles, la medida afectaría de manera directa los costos de producción de Tenaris y Ternium, dos de las compañías del grupo.
Markous compartió una mesa de debate con el subsecretario de Comercio Exterior de México, Luis Rosendo Gutiérrez Romano, quien luego fue saludado por Rocca cuando terminó su disertación e intercambiaron unas palabras.
El funcionario mexicano dijo que están preocupados por la guerra comercial y que todavía están tratando de entender el impacto. “Lo que estamos viviendo ahora mismo es un cambio de paradigma. Primero, pensábamos que tal vez era una forma de negociar, de tener mejores opciones para negociar los [acuerdos de libre comercio] Nafta y USMCA. Pero después empezamos a entender que lo que estamos viviendo es un cambio de paradigma, y que el modelo económico y el de comercio están cambiando”, dijo.
“Hay una nueva variable que se llama seguridad económica, que es mucho más importante ahora mismo que el precio o la competitividad. Es un modelo que toma como un nuevo fundamento esta cuestión de seguridad económica en nuestra región”, remarcó.
Con relación al impacto de la suba de aranceles, Gutiérrez Romano dijo que al principio pensaban que había que eliminar las tarifas, pero ahora están asimilando que van a tener que vivir con la visión de Estados Unidos. “Necesitamos trabajar para tener los mejores términos en las negociaciones tarifarias para nuestro país. Estamos pensando en varios ciclos de tarifas. Si un país está más integrado con nuestra economía, tendrá algún tipo de tarifa, pero si está cerca de China o Asia, tendrá una tarifa más alta para Estados Unidos. Estamos aprendiendo a leer este nuevo proceso, es muy complejo, porque en realidad no se puede ver un consenso entre todos los jugadores claves”, dijo.
Luego señaló que algunos países negocian con una visión regional, pero que otros tienen un punto de vista nacionalista. “Ha sido muy complejo. Pero estamos optimistas de que, en el caso de México, tenemos tantas cosas que compartir con Estados Unidos para intentar desarrollar una agenda común para el futuro”, resumió.
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