El consumo masivo cayó en febrero, pero los analistas ven señales de recuperación

En febrero pasado, el consumo masivo bajó un 9,8% contra igual mes de 2024 encadenando 14 meses de números negativos. Sin embargo, desde la consultora Scentia, que elaboró el informe con esas cifras, advirtieron que continúa el proceso de desaceleración de la caída y analistas de otras firmas sumaron que, contra enero, habría habido un crecimiento del 3% mensual desestacionalizado.

De acuerdo al relevamiento, la baja en las ventas de enero se volvió a sentir con mucha más fuerza en el AMBA (Capital Federal y Gran Buenos Aires), donde las ventas en promedio cayeron un 10,4%, mientras que en el interior el golpe fue menor, con un descenso interanual del 9,4 por ciento.

La retracción se sintió en todas las categorías de productos, aunque fue mucho más pronunciada en los rubros de bebidas sin alcohol (que registraron una caída del 18,8%) y con alcohol (-16,2%), mientras que los perecederos y los alimentos secos son los que mostraron las menores caídas, -3,3% y -4,9%, respectivamente.

Por tipo de comercios, los más afectados volvieron a ser los autoservicios independientes (básicamente los supermercados chinos). “La mayor retracción en Autoservicios se debe, en mayor medida, a la base de comparación, que fue levemente positiva en febrero 2024. El desempeño por región arroja una situación parecida para este canal, no así en Supermercados, que fueron más negativos en AMBA. En resumen, Supermercados retrocede 6,5% mientras que Autoservicios cae casi el doble: 12,6%. El acumulado del primer bimestre es de -10,2% en la suma de ambos canales”, explicaron en Scentia.

Por último, remarcaron que el precio promedio ponderado sigue su carrera descendente, ya en 48,5% interanual, más cercano al reciente dato del IPC publicado por el Indec (la variación interanual de febrero fue de 66,9%).

Conocido el dato, el economista Antonio Aracre señaló que mientras “el plan platita hiperinflacionario obligaba a comprar lo innecesario para evitar el derrumbe de los ingresos, el ajuste fiscal de Milei genera una gran caída inicial del consumo (en parte con compras más racionales) y revierte desde septiembre hacia niveles compatibles con la productividad del país”. Además, según Aracre, febrero -con tres días menos que enero- muestra una caída interanual estable que sugiere un incremento mensual interesante desestacionalizado que la consultora no reporta. Según sus cálculos, febrero tendría una suba del 3% respecto de enero.

En el mismo sentido opinó Federico Moll, director de Analytics de la consultora Ecolatina, que afirmó que el consumo masivo está en un proceso de recuperación muy incipiente y que el dato debe ser leído en un contexto más amplio.

“Esto es parte de un proceso de reformulación de la estructura de consumo de los hogares argentinos, muy razonable y hasta sano, diría en un punto. Gastamos más en bienes durables, en servicios públicos, ahorramos más, y obviamente el perjudicado en ese reacomodamiento es el consumo masivo. No me parece que esté mal, dado que veníamos de un proceso en el cual casi que lo único que tenía sentido comprar eran bienes de consumo masivo. Es razonable no recuperar los niveles de 2023. Son menos realistas los niveles de 2023 que los de 2025″, esgrimió, y destacó que la compraventa de inmuebles, el patentamiento de autos, el de motos y la compra de electrodomésticos, todo está marcando los niveles de venta más altos en 6, 7 años, o –de mínima– recuperando todo lo perdido durante los primeros meses de 2024.

Por su parte, Federico González Rouco, economista senior en Empiria Consultores, dijo que aún no tienen datos cerrados a febrero, pero sí vienen observando que la recuperación cuesta mucho. “Las mejoras en ingresos son reales, pero hay gastos fijos que siguen creciendo por encima de ellos. Obvio, cada hogar es un mundo, pero la mejora del ingreso disponible todavía está en proceso y le falta. Diciembre había cerrado con 13% de caída vs. noviembre de 2023, y enero y febrero pensamos que puede haber alguna mejora, pero marginal”, agregó.

Por último, Martín Kalos, director de Epyca Consultores, coincidió con González Rouco en que la caída del consumo masivo obedecería a que sigue habiendo una reducción muy importante en el ingreso disponible de los hogares desde hace 15 meses causada por la caída del salario real, el aumento de la precarización laboral y la suba de los gastos fijos como servicios públicos.

Más allá de esto, dijo que la baja de la inflación ordena a las familias de menores ingresos. “La inflación no es baja, pero es menor que hace un año y medio o dos, y eso ayuda a que esas familias con menores ingresos, aunque sea, sepan qué llegan a comprar y qué no. Hace un año o dos, la situación inflacionaria generaba que la familia tuviera además dolores de cabeza constantes para ver cuándo gastaba, en qué, y eso era un problema que hoy está menguado; está más moderado. Por eso el malestar social es menor”, cerró.

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