Un cambio que nadie vio venir domina a uno de los mayores negocios del mundo

En tan solo dos años, el sector energético cambió casi 180 grados su discurso, apoyado principalmente por el giro en la política energética de Estados Unidos, que dejó atrás la agenda de la transición para impulsar la producción de hidrocarburos. Ahora, los empresarios petroleros se sienten liberados y empoderados bajo este nuevo mandato de que la energía tiene que ser ante todo accesible y de fuentes seguras.

Es un cambio con efectos directos en la Argentina. El país, que tiene desarrollos en energías renovables, es un viejo productor de hidrocarburos, y su importancia en el contexto petrolero mundial creció de la mano de Vaca Muerta, una formación de recursos no convencionales envidiable para la mayoría de los países.

De esta manera, la sostenibilidad, que había ganado terreno en los últimos años debido al impacto de las emisiones de carbono en el cambio climático, quedó en un segundo plano. Si bien se mantendrán los recursos para capturar y almacenar las emisiones de gases de efecto invernadero, se reducirán las inversiones en la producción de energía eólica y solar.

Este giro abrupto se vio con claridad en la CERAWeek, la conferencia que reúne todos los años a la crème de la crème de las empresas energéticas, y que transcurrió la semana pasada en Houston, la capital petrolera de Estados Unidos. Sin el debate acerca de cuál es el ritmo que debe tener la transición energética, el nuevo foco de atención estuvo puesto en el avance de la inteligencia artificial (IA).

Prácticamente, todas las compañías comenzaron a aplicar esta herramienta para mejorar la eficiencia y bajar los costos de producción, mientras que al mismo tiempo ven con entusiasmo cómo crece la demanda eléctrica debido a la instalación de centros de datos, necesarios para abastecer los programas de IA. De hecho, en la industria esperan que aumente al menos 25% el consumo actual de electricidad en el mundo para 2050.

“Ha sido un doloroso despertar para quienes pensaron que la asequibilidad y la seguridad energética podían darse por sentadas. Europa está pagando aproximadamente el doble por la electricidad en comparación con hace cinco años, y entre tres y cuatro veces más que Estados Unidos y China. La estrategia de cambiar prematuramente a alternativas inmaduras ha sido muy autodestructiva”, dijo, eufórico, Amin Nasser, presidente y CEO de Saudi Aramco, la petrolera estatal de Arabia Saudita, quien afirmó que el sector gastó US$10 billones (millones de millones) en los últimos años para acelerar la transición energética.

“La mayor ficción de la transición fue que la energía convencional podría ser reemplazada casi por completo de la noche a la mañana. Tomemos el hidrógeno verde. Muchos apuntaban a un dólar por kilogramo para 2030. Sin embargo, los costos de producción actualmente varían desde casi US$4 por kilogramo hasta US$12. Eso equivale a entre US$200 a US$600 por barril de petróleo equivalente. Los hidrocarburos aún proporcionan más del 80% de la energía primaria en Estados Unidos, casi el 90% en China y más del 70% en la Unión Europea”, dijo Nasser.

El CEO global de Chevron, Michael Wirth, también se refirió al cambio de prioridades que están implementando las empresas. “Estamos viendo que la realidad regresa a la conversación. Durante años, mi mensaje ha sido que necesitamos una conversación equilibrada sobre asequibilidad, confiabilidad y medio ambiente. Enfocarse solo en el clima nos lleva a ignorar los dos primeros. Todavía hay miles de millones de personas que viven en pobreza energética. Eso es una vergüenza y debería ser inaceptable, pero la asequibilidad había quedado fuera de la conversación, al menos en Occidente y en el mundo desarrollado. Con la administración de Trump hay una visión muy diferente y creo que la conversación se va a restablecer en donde siempre debió haber estado”, indicó.

Incluso las empresas europeas, como Shell, dijeron que “la narrativa está cambiando”. El CEO global, Wael Sawan, indicó que todos sus clientes reconocen que, “al final del día, no es posible tener una verdadera descarbonización” y que se necesitan “modelos de negocio que sean escalables y rentables y que no afecten las ganancias”.

La francesa TotalEnergies, en tanto, dijo que si bien Europa apuesta por las energías renovables, su carácter intermitente es un problema. “Hoy somos cada vez más pragmáticos. En todos los países, excepto Francia, que utiliza energía nuclear, se debate la construcción de más centrales eléctricas a gas, que son más flexibles. Sinceramente, no creo que los alemanes mantengan sus centrales de hidrógeno por mucho tiempo. Quizás haya hidrógeno, pero no creo que lo usemos durante décadas. En definitiva, seamos pragmáticos. El objetivo no es solo más energía, sino una energía más asequible”, dijo el CEO Patrick Pouyanné.

Diego García, socio de Bain & Company, quien participó en CERAWeek, analizó que la transición energética sigue su curso, pero a una velocidad completamente distinta. “Nosotros le preguntábamos a las empresas cuándo esperaban llegar a las emisiones cero. Antes, todas decían en 2050; ahora creen que será en 2070 o más allá. Es un cambio grande y las razones son que no dan los números de rentabilidad, el capital no fluye. En un entorno de tasas más altas, los accionistas son más cuidadosos al momento de asignar el capital y la mayoría de los usuarios no paga 10% más cara la luz porque sea de fuentes limpias”, señaló.

Por otro lado, la IA es la nueva herramienta que entusiasma al sector energético, ya que sus aplicaciones están haciendo cada vez más productivos sus negocios. La construcción de los centros de datos demanda mayor consumo de electricidad. En los últimos meses creció de manera exponencial en EE.UU. la instalación de unidades de procesamiento gráfico (GPU, por sus siglas en inglés), que se utilizan para entrenar grandes modelos de lenguaje y responder a consultas de IA.

Wirth, el CEO de Chevron, contó particularmente su experiencia con la IA, y reveló que, como le costaba competir para conseguir talentos en ciencia de datos y en programación con las empresas tecnológicas, enviaron a varios de sus empleados a la universidad para aprender esta tecnología.

“Establecimos un programa muy personalizado diseñado para nuestra gente y comenzamos a enviarlos a estudiar durante un año con un salario completo y la posibilidad de llevar a sus familias. El trabajo consistía en aprender sobre IA. Y regresaron listos para ayudarnos a hacer el puente entre los desafíos específicos que tenemos en el sector energético y todos los rápidos desarrollos en el sector tecnológico, para que pudieran hablar ambos idiomas. Así, comenzaron a desarrollar herramientas que podríamos usar en nuestro negocio”, dijo.

El CEO de BP, Murray Auchincloss, indicó que están implementando la IA en la construcción y el diseño de pozos petroleros. “En el pasado, necesitábamos 10 ingenieros y 10 contratistas para diseñar tres opciones para un pozo en un plazo de seis meses. Con las pruebas de IA generativa que estamos haciendo en Azerbaiyán, estamos obteniendo cientos de trayectorias de pozos en días. Esto implica un cambio increíble en la productividad. Y si se puede aplicar en el diseño de pozos de alta presión y alta temperatura, se puede aplicar prácticamente en cualquier cosa”, dijo.

El sultán Ahmed Al Jaber, presidente de la empresa estatal Petróleo de Abu Dabi (Adnoc), también le dedicó parte de su exposición a desarrollar las aplicaciones de inteligencia artificial. “Actualmente, se están implementando más de 200 casos de uso de IA en las operaciones, desde la exploración hasta el refinado, la logística y la toma de decisiones estratégicas. Con IA, estamos acelerando nuestro análisis sísmico en el upstream de meses a solo horas. Estamos aumentando la precisión de las previsiones de producción hasta un 90%”, indicó.

Incluso en YPF, el presidente y CEO, Horacio Marín, se refirió a la incorporación de inteligencia artificial, a través de un desarrollo que diseñó Globant para mejorar el trabajo de los operarios, porque lee una base de datos extensa en tiempo real. “Tiene una capacidad de ayuda extraordinaria y hay que usarla, porque no es un problema, no hay que tener miedo”, señaló.

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