Inter Miami II vs Miami United, por la US Open Cup de EE.UU.: la filial del club de Messi contra el de los emprendedores argentinos que quieren hacerse clásico
Si hace unos días el mundo miró el clásico de Madrid por Champions League, esta noche, en pleno parate por la fecha FIFA, la atención podría mudarse de continente hasta la ciudad de Miami por otro partido a vida o muerte en uno de los torneos más antiguos del mundo, la US Open Cup. Y en las tribunas podría estar Lionel Messi.
De un lado, Inter Miami II, la filial del club donde juega y brilla el 10 argentino, dirigida por un entrenador con pasado en River y San Lorenzo, el exfutbolista Cristian Lobo Ledesma, y que juega en la MLS Next Pro, la tercera categoría del fútbol yanqui detrás de la MLS.
Los equipos de la MLS usan esta divisional como una especie de “reserva” para fogonear juveniles y formar jugadores que pueden dar el salto a la elite del fútbol estadounidense. Un ejemplo de este camino lo dio Santiago Morales, hijo de Javier Morales, quien hoy forma parte del plantel en el que brillan Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba, además de Messi, bajo las órdenes de Javier Mascherano.
Más allá de que las luminarias están puestas en los de rosa, la franquicia propiedad del magnate Jorge Mas valuada en 1200 millones de dólares y con la figura estelar de David Beckham en la junta directiva, la cenicienta de esta historia es su rival, el Miami United, con mucho protagonismo argentino, un presupuesto por ahora amateur y un sueño: hacerse profesional y convertirse en el clásico del Miami más famoso.
De los 25 jugadores del Miami United, al menos la mitad son argentinos o con lazos directos con la tierra de Maradona y Messi. Y aunque ocho de ellos son titulares habituales, hay uno que se destaca por encima de los demás: Diego Cachete Morales.
El otro 10 argentino que la rompe en Miami aceptó la propuesta que le hicieron hace unos meses de regresar al fútbol para irse a vivir a Estados Unidos y ponerse al frente del proyecto que apunta alto. El atacante pasó por varios clubes de Argentina y el exterior pero es recordado con especial cariño en Tigre, donde fue campeón y figura de la Copa de la Superliga 2019, en la que el Matador de Victoria festejó el primer título de su historia.
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Los goles de Cachete Morales para el Miami United
“Estamos muy nuevos y como todo cambio lleva su tiempo”, le dice brevemente Cachete a Clarín, a horas del partido contra el otro Miami, que se disputará en un estadio que para el resto de sus compañeros ya representará algo inédito e inolvidable: el Chase Stadium de Fort Lauderdale para 21.500 espectadores, donde Messi comenzó a escribir su leyenda hace un año y medio. Y donde muchos se ilusionan con ver a Leo en las tribunas.
Se sabe que el argentino está muy involucrado en el día a día del Inter Miami y como no pudo viajar a la Argentina porque una lesión le impidió estar en Eliminatorias, no sería extraño que se acerque a la cancha para tomarse unos mates y ver a los dirigidos por el Lobo Ledesma.
“Sería un sueño”, declara entusiasmado Jorge Connoly, uno de los dos argentinos que están detrás del Miami United. Estudió Administración de Empresas y Gastronomía en el país pero se afianzó en Estados Unidos como desarrollador inmobiliario y de inversiones. Allí se contactó con Santiago Frean, un exfutbolista de Platense que se mudó al norte para crear un complejo deportivo de canchas de pádel y fútbol. Y de esa sociedad nació esta nueva era del Miami United, un equipo que saca chapa de tener más historia que el resto de sus vecinos.
Un año después de la llegada de Messi y ante los anuncios de que Miami se convertiría en la capital del fútbol a nivel mundial, convertida en sede de partidos y con oficinas de la FIFA y la AFA, por ejemplo, la dupla argentina “vio un negocio” y se decidió a invertir en el United, hoy por hoy en el techo del fútbol amateur, la UPSL, un cuarto escalón en la pirámide del fútbol local.
El proyecto del Miami United es convertirse en profesionales pero primero deberán obtener los sponsors necesarios para obtener el dinero que implica adquirir alguna franquicia de la MLS Next Pro o de la USL, no menos de 7 millones de dólares. Jorge divide su vida entre Buenos Aires y EE.UU pero es el presidente, mientras que Esteban, además de socio, es jugador y acata las órdenes de su padre Claudio, entrenador con pasado en el fútbol de Haití. Además de la llegada de Cachete Morales hace poco recibieron a Pablo Garabello, exayudante de José Pekerman en la selección de Colombia.
Tienen dos academias en la zona, donde ya practican unos 300 futbolistas, entre chicas y chicos volcados al soccer, y el plan de profesionalizarse incluye la idea de construir su propio predio y un estadio para 6 mil personas.
El partido de esta noche arranca a las 20.00 horas y en caso de empate habrá alargue y penales. En caso de pasar de ronda, en la tercera o cuarta llave empezarán a enfrentarse con equipos de la MLS y tendrán mayor visibilidad, algo fundamental para el Miami que quiere salir de pobre y pelarle al rico de la ciudad.
La historia del Miami United y la US Open Cup
Hay cosas que el dinero no puede comprar, decía un slogan. Y el Inter Miami de Lionel Messi gastará millones para tener a Luis Suárez y las estrellas de Barcelona en cancha, brilla con David Beckham en la tribuna y es famoso a nivel mundial con una camiseta que se ve por todo el planeta. Pero hay algo que no puede tener, ser “el club más antiguo de la ciudad de Miami”.
Así se define el Miami United FC, el equipo olvidado en la tierra donde hace un año y medio llegó Messi para revolucionar a la MLS de los Estados Unidos, provocando un boom tanto comercial como deportivo, pero eclipsando a todo lo que ya existía en la babilónica península de Florida.
Si el Inter fue creado en 2018, el United lleva unos añitos más: nació en 2012, bajo el ala del empresario italiano Roberto Sacca, el mismo que en 2016 intentó recuperar del retiro a Juan Román Riquelme para sumarlo a sus filas, y desde 2023 lo preside Jorge Connolly, un argentino de 36 años de edad.

El United, autodenominado también como “el equipo del pueblo”, milita en la UPSL, la United Premier Soccer League, una liga semi amateur conformada por unos 400 equipos a lo largo y a lo ancho del territorio estadounidense, lo que sería una cuarta categoría en la estructura piramidal del fútbol estadonidense, detrás de de la MLS y los tres niveles de la USL, donde no hay descensos ni ascensos, sino la chance de invertir y adquirir franquicias para desarrollar programas deportivos.
El club que actúa como local en el Ted Hendricks Stadium, en la zona de Hialeah (la ciudad donde el 90% de la gente habla en español), supo jugar amistosos contra Boca, River, San Lorenzo y más equipos argentinos que andaban por Florida de pretemporada.
Además de competir, esta franquicia repleta de argentinos se enorgullece de otra lucha: colaborar con la comunidad en la integración al fútbol de personas con autismo.
La UPSL está nutrida con futbolistas cuya edad promedio es entre 22 y 23 años, representando a más de 90 naciones y con la mitad de sus participantes de ascendencia hispana. Además, participa también de las fases iniciales de la Lamar Hunt US Open Cup, una especie de Copa Argentina pero en versión estadonidense, que se disputa desde el año 1914 y en la que esta noche visita por la primera ronda al Inter Miami II.

Cuentan los historiadores que el fútbol llegó al país del norte en el siglo XIX, de la mano (o en los pies) de los inmigrantes británicos que se establecieron en el área de Nueva York. Y el primer torneo reconocido como tal fue la American Cup, en 1885, que la jugaron seis equipos y la ganó el Clark ONT, formado por obreros de una fábrica de hilos. El nacimiento oficial del “soccer” yanqui se dio un año antes, con la creación de la American Football Asociation: sí, la AFA.
La pelota llegó varias décadas después a Miami, y en el medio los estadounidenses se enamoraron del futbol americano, del béisbol y del básquet, en ese orden. También del hockey sobre hielo. A comienzos de los años setenta, con los primeros coletazos de la Revolución Cubana en el horizonte, la ciudad de las palmeras recibió a su primer equipo profesional, los Washington Darts, una franquicia que se mudó desde la capital hacia el sur para rebautizarse como Miami Gatos, que luego optó por denominarse Miami Toros para jugar su primera temporada en la North American Soccer League (NASL), en 1973.

En una cultura donde las raíces se mueven en forma constante, los Toros volvieron a hacer las valijas y pasaron a ser los Fort Lauderdale Strickers, y entre 1977 y 1983 recibieron a leyendas de la talla de Gerd Müller, Teófilo Cubillas, George Best y Gordon Banks, cuando sólo se hablaba del Cosmos de Pelé, todavía faltaban unos años para crear la MLS y se soñaba con recibir un Mundial, que llegaría en 1994.
Hasta la llegada de Messi, el equipo más representativo de la ciudad de Miami había sido el Miami Fusion, que tuvo a Carlos el Pibe Valderrama como MVP, campeón y símbolo en los inicios de una liga que hoy vive su momento de mayor esplendor gracias al 10 del Inter rosado.
Por detrás del Inter y el United, otro equipo de la zona que se jacta de su antigüedad es el Miami FC, creado en 2015 pero con mayor presencia en el ámbito profesional gracias a su permanencia en la USL Championship, la segunda categoría del fútbol estadounidense, detrás de la Major League Soccer.
Por eso, cuando se habla de Messi y el Inter, en Miami sacan chapa y avisan: hay equipos con mayor historia y recorrido, aunque la llegada del crack argentino haya obligado a reescribir los libros y le dio un impulso inusitado a toda la liga.
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