En un hecho sorprendente, sorpresivo, sin explicación oficial, histórico en el sentido negativo, y que opacará su primer día como Presidente, la gestión de Javier Milei prohibió que la prensa accediera a la jura de sus ministros y principales funcionarios.
La Casa Rosada es el edificio público más emblemático del poder político.
El acontecimiento extraordinario tampoco se transmitió por televisión oficial. Las imágenes que trascendieron sobre ese acto fundacional fueron obtenidas por invitados al evento que viralizaron lo que pasó en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno.
Los periodistas acreditados en la Casa Rosada no tienen recuerdo de una jura "cerrada" de los funcionarios nacionales, sin los medios como testigos de un acto que el Estado tiene la obligación de difundir.
No dio ejemplo de liberalismo
Después de dar un discurso en el que prometió que no mentiría sobre la situación del país, de enumerar la catástrofe económica, social, cultural, de salud y educación que recibe de sus antecesores, el Presidente exaltó las virtudes del liberalismo.
Allí, se encuentran la limitación del Estado en la regulación de las acciones de la sociedad, pero su administración hizo exactamente lo contrario con nada más, ni nada menos, que con la asunción de los funcionarios que eligió para enfrentar el cataclismo que juró que intentaría resolver con shock debido a la emergencia total en la que se encuentra la Argentina.
Al mando del Estado, el liberalismo reguló el accionar del periodismo en la jura de ministros que la sociedad desconoce.
Si bien hubo publicación del acto en cuentas de redes sociales vinculadas al oficialismo, se evitó adrede que el periodismo profesional hiciera su trabajo. No ha pasado ni en los peores momentos de tensión entre los Kirchner y los medios.
Este domingo, no "vivió la libertad" en la Casa Rosada. ¿Por qué pasó? ¿Qué se debía ocultar en ese salón blanco en el que nunca se ocultó nada? ¿Había preguntas que los nuevos funcionarios no podían o no debían resolver?
La jura de los ministros fue "clandestina". Tuvo un cepo. Un corralito a periodistas, reporteros gráficos, y camarógrafos del ámbito privado que tanto dice defender el liberalismo libertario.
La libertad de prensa fue limitada por una gestión que nació oscurantista. Sin transparencia.
La libertad no avanzó.
