Reportaron una ausencia de la chicharrita en zonas donde ya se sembró maíz, pero hay una advertencia para el NOA

El sexto informe del año de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis trajo buenas noticias para los productores: entre el 4 y el 21 del actual se registró una importante disminución en la presencia de la chicharrita en varias zonas productivas del país. En regiones como el Litoral, Centro Norte y Centro Sur, donde ya se ha implantado maíz, se observó un incremento de localidades sin capturas de este insecto, según reveló el relevamiento. Sin embargo, el NOA continúa mostrando algunas preocupaciones debido a un leve aumento en la cantidad de adultos capturados.

El estudio, que abarcó 429 localidades distribuidas en el NOA (75), NEA (81), Litoral (33), Centro Norte (77), y Centro Sur (163), además de 19 localidades de Uruguay, mostró una tendencia positiva en la mayoría de las regiones. “Entre el 4 y 21 de octubre de 2024, se observó un incremento del porcentaje de localidades con ausencia de Dalbulus maidis en trampas cromáticas adhesivas, incluso en regiones donde hay maíz implantado”, detalló el informe. En las áreas donde se detectó la presencia del insecto, la densidad fue baja, con entre 1 y 4 adultos por trampa, salvo en el NOA, donde se capturaron entre 5 y 20 individuos por trampa.

Al comparar los datos con los relevamientos de septiembre y octubre de 2023 en localidades del NOA como San Agustín y Los Altos “se menciona una reducción de más del 90% en los valores de D. maidis en trampas y en plantas de maíz para el período comprendido entre septiembre y la primera quincena de octubre de 2024″. El informe atribuyó esta caída a “la ocurrencia de factores ambientales y la reducción en la disponibilidad de hospedante (maíz)”, factores clave en la supervivencia y desarrollo de la plaga.

En el NEA, se relevaron 81 localidades y en solo 12,3% de ellas (10 localidades) se registraron capturas de Dalbulus maidis, todas en la categoría de 1 a 4 adultos por trampa. Aquí, las precipitaciones también han impulsado la aparición de maíces voluntarios, lo que refuerza la necesidad de realizar monitoreos frecuentes para detectar estos brotes que podrían favorecer el desarrollo de la plaga.

En la Región Litoral las capturas fueron mínimas: de 33 localidades, solo 4 (12,1%) registraron presencia de la plaga, también en la categoría más baja (1 a 4 adultos). “Es crucial prestar mucha atención a aquellos lotes con antecesor maíz, ya que el maíz voluntario podría ser un factor decisivo en la proliferación de la chicharrita y sus patógenos asociados”, advirtió el informe.

Efectos de la chicharrita en el cultivo de maíz

El monitoreo en el Centro Norte relevó 77 localidades, mostrando una disminución significativa en las capturas respecto al informe anterior, donde el 15,4% de las localidades mostraban presencia de la plaga, frente al 5,2% registrado en este último período. Todas las capturas estuvieron en la categoría más baja de entre 1 y 4 adultos por trampa, lo que sugiere que la plaga está retrocediendo en esta región.

En el Centro Sur, que abarcó 163 localidades, se capturaron adultos de la chicharrita en solo el 2% de las localidades (4 localidades), también dentro de la categoría de 1 a 4 adultos por trampa. Al igual que en otras regiones, se destaca la importancia de monitorear lotes con antecesor maíz y realizar controles sobre maíces voluntarios para prevenir la proliferación de la plaga.

Ante este panorama, para minimizar la presencia de este vector, se enfatizó la importancia de intensificar el monitoreo en las zonas con maíz implantado. “Además del uso de trampas cromáticas adhesivas, se debe realizar una inspección directa sobre el cultivo, ya que los adultos de D. maidis que lograron sobrevivir buscarán al maíz como fuente de alimento y multiplicación”. Las trampas cromáticas adhesivas y las inspecciones directas son herramientas complementarias que permiten una detección más eficaz de los adultos remanentes de D. maidis.

Es importante tener en cuenta que las precipitaciones recientes podrían favorecer la aparición de “maíces voluntarios”, que servirán inicialmente como fuente de alimento para las chicharritas que sobrevivieron al invierno. “El aumento de las temperaturas durante este último período trajo consigo la aparición de un complejo de chicharritas que incluye diversas especies de cicadélidos, lo que significa que no todas las chicharritas corresponden a D. maidis”, precisaron.

LA NACION

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