Ni las proyecciones de comienzos de 2024 ni la tendencia histórica de la Argentina para esta época del año permitían anticipar la racha positiva de compra de reservas del Banco Central (BCRA). Sin embargo, octubre de 2024 deja a la entidad monetaria con un fuerte ingreso de divisas que siembra entusiasmo en el mercado financiero local y en el exterior, al menos en el corto plazo.
Solo en las últimas dos ruedas, el BCRA se quedó con US$351 millones (US$193 millones el miércoles, la mayor compra diaria desde mediados de mayo, y US$158 millones el jueves), y dejó un saldo positivo del mes en US$1511 millones a una de su finalización. Entre los factores que explican esta racha imprevista, se incluyen el ingreso de divisas por el blanqueo, que generó mayor oferta de dólares para el financiamiento de exportadores y empresas, las liquidaciones del agro y la menor demanda de dólares por importaciones.
“Es un desempeño que está por encima del promedio de los últimos octubres en términos histórico”, precisa Gabriel Caamaño, economista de Outlier, al analizar la dinámica de las reservas del BCRA que muestra una tendencia contraria a la proyectada en la primera mitad del año por economistas y por el propio organismo, que en sus previsiones contemplaba una caída del stock de reservas en el segundo semestre.
A comienzos de la gestión, el BCRA contaba con reservas netas negativas por US$11.576 millones, según estimaciones del economista Fernando Marull. Hoy, si bien todavía se mantiene en terreno negativo, la tenencia mejoró: son -US$6051, que se explica fundamentalmente por el crecimiento de los depósitos en dólares y la revaluación del oro.
Esa es una de las claves que permiten explicar la dinámica positiva del BCRA en las últimas semanas. A partir del blanqueo de capitales implementado por el Gobierno, que otorgó ventajas y exención de penalidades para evasores que ingresaran y mantuvieran su dinero dentro del sistema financiero local, los depósitos en dólares crecieron US$12.408 millones (desde el inicio de septiembre, según datos del BCRA). Esa liquidez en los bancos generó condiciones para que empresas del sector exportador accedieran a créditos en dólares y habilitó a empresas a financiarse en dólares a bajo costo mediante colocación de obligaciones negociables.
Por regulación oficial, solo las empresas exportadoras (o de la cadena de ese sector) pueden acceder a financiamiento en dólares (el stock creció US$1600 millones), pero reciben pesos al liquidar esas divisas al tipo de cambio oficial. “Cuando esos dólares se liquidan en el mercado oficial, le dan mas oferta y el BCRA puede aprovechar esa oferta y terminar comprando reservas”, resume Alejando Giacoia, economista de Econviews.
En un contexto de cepo cambiario, estabilidad de la brecha y un Gobierno que ratifica el esquema de crawling peg del dólar oficial al 2% mensual, los incentivos también alimentan el carry trade, que quita presión a la demanda de dólares por el ‘premio’ que generan las inversiones en moneda local.
“Estamos viendo un subproducto del blanqueo, que es mayor disponibilidad de crédito en dólares. Los exportadores prefinancian exportaciones, se quedan en pesos y hacen tasa”, agrega Caamaño, sobre el mecanismo financiero mediante la cual los inversores aprovechan el rendimiento de instrumentos en moneda local (entre 3,5% y 4% mensual) que supera la suba del 2% del dólar oficial.
Al mismo tiempo, la mayor oferta de divisas se explica por mayores liquidaciones a las previstas por parte del sector exportador, especialmente el agro. En lo que va de octubre, de acuerdo con números de Econviews, el sector oleaginoso y cerealero lleva liquidados US$2400 millones en el mercado (el 20% de esa oferta se canaliza en el contado con liquidación por la vigencia del blend para exportadores).
“Si se ajusta la serie por el precio de las materias primas, da que es el mejor octubre al menos desde 2003. Como referencia, el promedio de liquidaciones en octubre entre 2011 y 2021 fue de US$1750 millones mensuales”, ilustra Giacoia.
Según el economista Camilo Tiscornia, en el fondo es “la mejora financiera” lo que sostiene esta dinámica positiva para el BCRA. “Es importante tratar de acumular más reservas y es lógico que, encontrando las circunstancias para hacerlo, se haga. El blanqueo es un factor importante, porque aumentaron los depósitos, y eso se va traduciendo de a poco en aumento de los encajes. Eso es aumento de las reservas brutas, no las netas, pero explica la mejora en el stock”, dice el analista. De acuerdo con los números del BCRA, el stock de reservas brutas (totales) del BCRA creció US$2494 millones desde comienzos de octubre.
“Cuando uno mira los datos del balance cambiario, lo que más explica la dinámica es la parte financiera. En septiembre, la parte de la cuenta corriente fue negativa y se ha deteriorado con respecto a los meses anteriores”, advierte Tiscornia, en referencia a la dinámica de bienes y servicios, un punto sensible a la tendencia al atraso cambiario que algunos analistas señalan como punto débil del esquema en curso.
Sumado a la dinámica de las exportaciones y al acceso a divisas por parte de exportadores, el sector externo también impacta por el lado de los importadores. Los números de las últimas semanas muestran que los pagos de importaciones realizados fueron menores al volumen de importaciones realizadas, aun cuando el BCRA recortó de 60 a 30 días el plazo de acceso al mercado de divisas. En otras palabras, las firmas demandan coyunturalmente menos dólares al BCRA.
“Lo que observa el mercado es que el blanqueo generó los dólares para continuar el puente de corto plazo que buscó el Gobierno, y eso afirma que no habrá devaluación, va a continuar el crawling peg y el esquema en general. Eso generó que los exportadores tengan incentivos a liquidar, y mientras el esquema de coordinar el carry generó que las empresas importadoras no estén apuradas en pagar”, explica Sebastián Menescaldi, director asociado en Eco Go.
“En septiembre hubo mayor diferimiento en el pago de importaciones. Si bien se han flexibilizado los plazos, el ratio de importaciones pagadas y cursadas cayó a niveles de antes de julio. Puede haber un tema de aprovechar las tasas y también de más disponibilidad de crédito comercial. Eso hace que el importador considere que le convenga tener pesos, no pagar ahora y financiarse; y eso hace que, sin que caigan las cantidades, haya menos demanda de dólares para importaciones”, explica Caamaño.
Con riesgo país en mínimos desde agosto de 2019 y estabilidad en la brecha cambiaria, el Gobierno y el mercado financiero aprovechan el optimismo de corto plazo y se entusiasman con extender esta racha en los próximos meses. La apreciación cambiaria, que erosiona la competitividad de las exportaciones locales, la demora en la recuperación económica o una eventual caída en los precios internacionales de commodities (soja, maíz, trigo, petróleo) asociado a un fortalecimiento del dólar aparecen como los riesgos latentes del plan que, de corto plazo, genera entusiasmo en el país y en el exterior.
“El Gobierno está intentando todo el tiempo ir asegurando cuestiones como las versiones del repo con bancos, que habilitó más subas en la deuda. Es intentar enviar señales de sostener este statu quo con factores alineados. Esta coyuntura financiera le juega a favor por el lado de comprar divisas, acumular reservas y mantener quieta la brecha, y el desafío es mantener que buena parte de ese desafío es sostener esas expectativas”, concluye Caamaño.
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