La ONU les sacó la acreditación a los observadores argentinos que participaban de la COP29, tras la decisión del gobierno de Milei de retirarse de la cumbre
Una comitiva de veedores y representantes del tercer sector que se encontraban en Baku, Azerbaiyán, para participar de la COP 29, la principal reunión que debate sobre cómo paliar los efectos del cambio climático, quedaron afuera del encuentro luego de que la organización decidió darles de baja las acreditaciones. La medida llega días después que el gobierno de Javier Milei ordenó retirar a la misión argentina de la encuentro que organiza la ONU.
El quedarse afuera es literal: de una hora para otra, los representantes vieron cómo se revocaba su acceso al predio donde se desarrolla el evento. El tenso momento afectó a entre 30 y 50 personas que participaban como veedores acreditados por Cancillería, un pase que quedó anulado luego de la orden de Milei de irse intempestivamente a mitad del encuentro.
La 29° Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP29, comenzó la semana pasada y se extenderá hasta finales de esta. Su objetivo principal es definir acuerdos de trabajo sobre cómo mitigar el impacto del cambio climático, pero fundamentalmente sobre cómo financiarlos.
“No es inteligente la decisión (de irse). Argentina es un país que necesita plata y es parte del Acuerdo de París. Tiene que estar en las negociaciones. ¿Por qué no vas a estar? Sacando los argumentos climáticos, es un tema de financiamiento. Y eso es lo más importante”, remarca Tais Gadea Lara, periodista especializada en asuntos climáticos y las negociaciones que se realizan en los foros multilaterales.
Si bien muchos participantes vienen únicamente a la primera semana, en esta segunda semana de convención se termina de pulir el documento final que se presentará.
La decisión del Gobierno de retirar a su misión generó que se cayeran los pases llamados “Party Overflow”, que son veedores que llegan acreditados por Cancillería, pero que no son representantes del país. Puede incluir a funcionarios de gobiernos provinciales, empresarios, representantes de otras ONG o activistas ambientales. Es una de las vías de acceso a la convención, un proceso de acreditación sumamente complejo que solo se puede hacer vía un Estado o una ONG reconocidas por la ONU.
En esta categoría de Party Overflow había representantes de gobiernos provinciales como Santa Fe o Jujuy, y empresarios de distintos sectores que buscan financiamiento para sus proyectos verdes. Al retirarse la misión oficial argentina, por una cuestión de burocracia, se cayeron también estas acreditaciones accesorias. Fuentes consultadas por Clarín resaltan que ninguno de ellos estaba pagado por el gobierno nacional. Solamente accedieron a la COP mediante una acreditación gestionada por el Gobierno.
“Es como si el Gobierno argentino hubiese hecho check out de un hotel, pero en el cuarto todavía quedaban huéspedes que eran parte de la comitiva. Cuando fueron del hotel a limpiar la habitación, los acreditados vieron que se tenían que ir”, grafica Juan Carlos “Cali” Villalonga, ex diputado nacional y referente ecologista, que se encuentra en Baku participando de la COP29.
“Lo que se debió es comunicar (a los Party Overflow). Es de una falta de delicadeza, avisale a la gente que se le va a dar de baja la acreditación”, remarcó. Además de la desconsideración de parte del Gobierno, Villalonga puso el foco en el conflicto diplomático que se genera. “Es una falta de respeto al país que te hospeda y a los otros países con los que negociás. Te vas y los dejás pagando”, cuestionó.
En ese sentido, señaló que ni siquiera la administración de Donald Trump pegó un portazo de este tipo al retirarse del Acuerdo de París. “Cuando (George) Bush se va del protocolo de Kyoto, no es que la delegacion dejó de participar, ellos seguían porque seguían siendo miembros. Estaban en la COP. Lo mismo cuando se fue Trump. Cuando estaba fuera del acuerdo de Paris, no dejaron de participar.. Diplomáticamente es muy desprolijo”, indicó.
Una delegación disminuida
Según el portal Carbon Brief, que sigue el desarrollo de la COP29, Argentina tenía en total 85 acreditados vía Cancillería, de los cuales unos 64 habían entrado por la vía Overflow. Si bien algunos habían venido solamente la primera semana, fuentes consultadas por Clarín indicaron que al menos una treintena de personas habían quedado en Baku sin poder ingresar a las actividades.
La anulación de las acreditaciones ocurrió en algún momento del mediodía y la media mañana del martes. Por ese motivo, los Party Overflow pudieron entrar al predio del Estadio Olímpico, donde se desarrolla la cumbre. Pero al salir para comer o tomar aire, vieron que el reingreso estaba prohibido. Allí apareció el cartel rojo que indicaba la expulsión.
Allí rápidamente comenzaron a moverse las distintas instancias de colaboración entre actores multilaterales para asistir a los argentinos que se quedaron en la puerta. A través de grupos de chat, distintos miembros de ONG y otros grupos comenzaron a contactarse con una treintena de Overflow para ayudarlos a conseguir acreditaciones que puedan ayudarlos a volver dentro del evento.
Clarín intentó contactarse con Cancillería para consultar si existió asistencia oficial para los acreditados pero no obtuvo respuesta.
La Cumbre cobija a gobiernos y organizaciones de la sociedad civil y en tiempos de Diana Mondino se los había convocado a una reunión el último septiembre para definir una postura. Sin embargo, antes del evento nadie del Gobierno nacional se preocupó por llamar a los representantes de las provincias, a las ONG, miembros sindicales, de la Iglesia y consultores rompiendo una larga tradición.
La decisión de retirar a los enviados argentinos causó conmoción la semana pasada en los dos grupos de negociaciones en los que participa la Argentina: el grupo sur con Brasil, Uruguay y Paraguay y el G77 más China. En aquella jornada, la delegación gubernamental no pudo ingresar esta mañana siquiera al estadio olímpico donde se desarrolla la cumbre, ya que esperaban una orden desde Buenos Aires. Finalmente, la orden fue retirarse.
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