Independiente logró tres puntos clave para soñar a pie firme con llegar a las copas internacionales
La noche en la que todo Independiente despidió a Hugo Villaverde, el más grandioso defensor central de la historia del Rojo para aquellos que fueron contemporáneos a su fútbol, fallecido el pasado domingo a los 70 años, el mejor homenaje se lo rindió Joaquín Laso, el actual ‘2’ del equipo de Avellaneda. El zaguero, que es resistido por los hinchas, clavó de cabeza el gol del triunfo con el que los dirigidos por Julio Vaccari le ganaron a Gimnasia La Plata por 1 a 0 en su estadio. Así, se afianzaron en zona de Copa Sudamericana sacándole ventaja a sus perseguidores y se acercaron a la Libertadores.
El parate le vino bien a Independiente. Se había quedado con una fea sensación tras la derrota contra Huracán. Vaccari aprovechó para hacer un refresh en el receso por Eliminatorias. Hizo cambios profundos en la lista de concentrados, con las reapariciones de los indultados Diego Tarzia y Marco Pellegrino y el recuperado Matías Giménez, y con las ausencias por bajo rendimiento de Santiago López, Alexis Canelo y Nicolás Vallejo.
Y, si bien no tocó prácticamente nada del equipo titular ya que hizo el único cambio obligado de Damián Pérez por el lesionado Adrián Spörle, el Rojo demostró de entrada otro semblante. Decidido a dominar y a meter a Gimnasia en su arco salió el local. Tanto, que a menos de 20 minutos de juego ya tenía contabilizadas cuatro posibilidades de gol, alguna más clara que otra: dos de Santiago Montiel, una de Santiago Hidalgo y un cabezazo de Gabriel Avalos.
La visita no podía pasar la mitad de la cancha a pesar de que intentaba agarrar la pelota con Lucas Castro. Pero, así como se iban prendiendo las luces del estadio, se iba apagando el juego del Diablo, que se fue quedando y se olvidó de atacar. Parecía que había dejado pasar su momento del partido y el Lobo trataba de asomar la nariz, aunque sin peso ofensivo.
Y en el peor pasaje de Independiente en el primer tiempo, llegó el gol. A falta de fútbol por el medio, la pelota parada le sirvió para abrir la noche, ya posada sobre Avellaneda. Montiel ejecutó un tiro libre desde el costado derecho al primer palo y por ahí apareció Laso, anticipando a todos (a su marca y al arquero) y mandando el frentazo al fondo del arco para apagar los silbidos que una gran parte del público le dedicó cuando lo mencionó la voz del estadio en la previa el encuentro. Justo él, que lo celebró de manera especial porque es hincha y porque se está despidiendo del club, que no le renovará el contrato a fin de año.
Esa primera etapa, más batallada que jugada, dejó una baja por lado. Montiel y Pata Castro no salieron al complemento y tanto Vaccari como Marcelo Méndez debieron mover el banco. En el Rojo tuvo la chance de reaparecer Santiago Toloza, además de Tarzia. Ambos saltaron al campo y el que estuvo más movedizo por la izquierda por el segundo. Pero le costó al dueño de casa sostener el ritmo de la primera parte. Y todo se hizo más parejo, casi sin llegadas ni emociones. Apenas un tiro desde afuera de Leandro Mamut que sacó bien Rodrigo Rey por arriba.
A Gimnasia no lo acompañó la suerte tampoco: perdió a Pablo De Blasis por un corte en su pierna al caer sobre una de las estacas que sostienen las publicidades que se encuentran al costado del arco. Nunca estuvo cerca de empatarlo el cuadro platense. Y los de Vaccari se abrazaron bien fuerte a tres puntos fundamentales para la carrera hacia las Copas.
Los comentarios están cerrados.