Acompañada por el PJ y la izquierda, la CGT mostró su poder de movilización pero el paro tuvo un acatamiento dispar

Con una movilización potente, que copó los alrededores del Congreso y se replicó en las principales capitales del país, los líderes de la CGT encabezaron el acto del primer paro general contra Javier Milei y la batería de reformas que éste promueve a través del DNU y la denominada Ley Bases. La medida de fuerza, sin embargo, tuvo un dispar acatamiento porque el transporte recién se vio afectado desde las 19, muy pocos comercios cerraron y sólo impactó en algunas ramas fabriles y de los servicios.

Empero, la huelga general sirvió a la CGT para recobrar protagonismo en el marco del desordenado reagrupamiento del peronismo. Los principales oradores del encuentro fueron Héctor Daer y Pablo Moyano -con un breve pronunciamiento del brasileño Rafael Freire, de la Confederación Sindical de los trabajadores de las Américas- y desde la calle presenciaron el acto el gobernador Axel Kicillof, Máximo Kirchner, el excandidato a vicepresidente Agustín Rossi y numerosos intendentes del GBA. Subieron al palco legisladores de UxP, dirigentes y Madres de Plaza de Mayo.

Aunque la medida de fuerza comenzó al mediodía, desde antes de las 10 comenzaron a apostarse los primeros grupos de manifestantes en los alrededores del Parlamento. Sobresalieron las columnas de gremios como Camioneros, Uocra y UPCN que, en este último caso, desafiaron la amenaza oficial de descontar el día de paro. La izquierda también tuvo un lugar destacado en la marcha.

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La movilización de los gremios contra las reformas que impulsa el gobierno, copó las calles del centro porteño. Quejas de los comerciantes de la zona.

El escenario finalmente fue montado en la plaza seca lindera a la avenida Entre Ríos aunque pasadas las 13 esa arteria quedó intransitable y obligó a algunos colectivos a dar marcha atrás en sentido sur.

Es que el protocolo antipiquetes también tuvo un acatamiento dispar. El despliegue de agentes de la Policía Federal no pudo evitar cortes de calles como Mitre, Hipólito Yrigoyen, Rodríguez Peña y la propia Rivadavia. Se evitó que los manifestantes ingresen a la Ciudad por el Puente Pueyrredón pero las fuerzas federales apostadas en el lugar terminaron bloqueando el tránsito vehicular. En los alrededores del Congreso, con todo, sólo se registraron incidentes menores.

Los discursos en la Plaza finalmente se adelantaron y comenzaron a las 14 previa entonación del Himno nacional.

En su alocución, Daer le envío un mensaje a los legisladores que acompañaron el dictamen de mayoría de la ley Omnibus. "Ningún diputado se puede hacer el distraído con lo que estamos discutiendo. Desregulan la economía con el DNU, pero esencialmente van con cuatro conceptos a destruir los derechos individuales y colectivos de los trabajadores, los sindicatos y nos quieren quitar la posibilidad de acción gremial en el momento en el que tenemos una gran desigualdad en nuestra sociedad", enfatizó.

Pablo y Hugo Moyano, entre los sindicalistas que subieron al palco. Foto Marcelo Carroll

Empero, resultó más disruptivo el discurso del líder camionero, que, tras cuestionar fuertemente al Gobierno, le espetó al ministro de Economía, Luis Caputo: "Los trabajadores lo van a llevar en andas, pero para tirarlo al Riachuelo".

Mas tarde el extitular del Banco Central se hizo eco de esas declaraciones y abogó porque "la Justicia tome cartas en el asunto". Finalmente el abogado Jorge Monastersky presentó una denuncia contra Moyano por "amenazas".

Durante la jornada se repitieron distintos cánticos contra el Gobierno e incluso se entonó el eslogan de la marcha: "La Patria no se vende", en alusión a los supuestos objetivos de las reformas propuestas por el Ejecutivo.

Moyano incluso la emprendió contra las privatizaciones de empresas públicas y apuntó a que buscarían favorecer "a los amigos" del Presidente.

Para las 15 todo había terminado: los primeros en abandonar el escenario fueron los diputados de UxP -Cecilia Moreau acompañó a su padre Leopoldo visiblemente afectado por el calor del mediodía- y luego les siguieron los líderes sindicales.

La desconcentración de la militancia se produjo con tranquilidad y en forma rápida. Al atardecer sólo quedaban decenas de manifestantes en las veredas linderas con el palacio legislativo.

Manifestantes en el acto de la CGT contra las reformas y el ajuste.

Tras el acto, la CGT difundió un comunicado titulado "En Defensa de los derechos civiles, sociales y laborales de nuestra Nación".

Es que la conducción cegetista tomó la representación de los movimientos sociales, de los jubilados, de los empresarios pymes pero también de los trabajadores de la ciencia y la cultura que, según advierte, podrían ver vulnerados sus derechos si se aprobaran las reformas propuestas por el oficialismo.

"Sin una sola razón valedera pretenden imponer a 'Todo o Nada', un DNU que la Justicia Laboral ha detenido y una Ley Ómnibus que no puede debatirse contra reloj por la incontable cantidad de materias que abarca. Las sociedades se transforman con diálogo y consenso", sostiene el texto.

Refiere, así, a una de las principales críticas a un oficialismo que, a su entender, no tiene interlocutores válidos para anudar acuerdos. Es que dentro de la conducción de la central obrera hay dirigentes "dialoguistas", como el propio Daer, José Luis Lingieri o Andrés Rodríguez.

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El titular del gremio de camioneros habló en el escenario montado en la Plaza del Congreso durante el paro de la CGT.

El ministro del Interior, Guillermo Francos, fue uno de los primeros funcionarios que intentaron negociar con los jefes gremiales. Empero, los halcones libertarios, observaron en la central obrera, terminaron desautorizándolo.

Por la tarde en el Gobierno salieron a cruzar la protesta e intentar minimizar su alcance: según detectaron en un relevamiento realizado en 45 ciudades bonaerenses, fue "casi nulo el de cierre de comercios hasta las 13 y muy bajo entre las 13 y las 16" cuando registraron actividad normal "con caída (en ventas) a partir del mediodía por cierre de algunos bancos, municipios y reparticiones oficiales".

Los organizadores, en tanto, salieron a celebrar los alcances de la protesta y estimaron que "más de 1.5 millón de trabajadores y ciudadanos se movilizaron a lo ancho y largo del país" en contra del Gobierno.