Luego del anuncio oficial el viernes pasado para flexibilizar las compras de argentinos en el exterior, la Unión Industrial Argentina (UIA) reforzó su crítica al Gobierno de Javier Milei por la apertura de importaciones. “Avanzar sólo con políticas de apertura comercial está teniendo consecuencias negativas”, indicó en un comunicado luego de su reunión de Comité Ejecutivo. En ese mismo texto alertó que las pymes perdieron más de 30.000 puestos de trabajo desde agosto de 2023 y pidió bajar impuestos para la producción nacional y atender la problemática de los juicios laborales.
En lo que va del año, distintos miembros de la UIA, comandada por Daniel Funes de Rioja, expresaron su preocupación por el avance de los productos extranjeros. Pese a esto, esta es la primera vez que luego del encuentro de los directivos industriales se emite un comunicado oficial encabezado por la crítica que ya es vox pópuli en el sector. “Los esfuerzos fiscales que hacen para bajar impuestos son todos para la importación”, había recriminado un directivo de una cámara sectorial luego del anuncio del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre la baja de aranceles a 89 productos.
También hay economistas que lanzaron críticas en una sintonía similar a las de la UIA. De hecho, uno de los más cercanos a Milei, Juan Carlos De Pablo, mencionó en múltiples ocasiones que la importación “tiene mejores abogados” que la producción nacional. La semana pasada, en la Conferencia Anual de FIEL, Daniel Artana realizó un comentario vinculado al comercio exterior. Mencionó “la carrera entre la desregulación y la apreciación del tipo de cambio real”, a propósito del costo argentino, dado por impuestos, y advirtió que los productores nacionales se estaban quedando caros en dólares.
“Si esa carrera la perdemos, se ve reflejada en pérdida de puestos de trabajo y quiebras de empresas”, indicó Artana. En ese mismo evento participó el ministro de Economía, quien mencionó que piensa reducir los impuestos nacionales -incluso los identificó- en la medida en que el país conserve el equilibrio fiscal y acumule inversiones. Habló de las retenciones al campo, y créditos y débitos (impuesto al cheque). Este último es reclamado por distintos industriales.
Pese a dicha promesa del ministro, y en medio de una semana en la que Milei declaró que buscará tratados comerciales con Estados Unidos y con China, la UIA reclamó por “una mejora de la competitividad”. Pidieron baja de impuestos, trabajos concretos para optimizar la infraestructura y conectividad, y la modernización de regímenes laborales.
Según un informe de la UIA sobre competitividad, la Argentina está primera en el ranking junto con Brasil en materia de presión tributaria. Si se ajusta por informalidad, la presión que afecta sólo al sector formal de la economía pasa del 29% al 52% del PBI. Afuera de la región, Alemania promedia 39%; Estados Unidos, 26%, y China, 20%. Dentro de América Latina, el registro local apenas supera al brasileño (50%), pero en México o Chile la brecha resulta más notoria. Allí la carga representa el 36% y 22%, respectivamente.
En la presentación de esos datos, Funes de Rioja había dicho: “No es para protestar; es para encontrar el camino”.
Pese a estas manifestaciones negativas, el Gobierno celebró en las últimas semanas “el fin de la recesión”. Los últimos datos oficiales muestran que la construcción durante septiembre aumentó 2,4% en la comparación con el mes previo. Por su parte, la industria manufacturera también experimentó una suba mensual del 2,6% (esta semana se conocerá el EMAE de ese mes). A su vez, el semáforo de la actividad realizado por la consultora Econviews recolectó que la producción de acero creció 9%; la de petróleo, 4% y los patentamientos de motos, 5,5%, entre otros ítems.
El comunicado de la UIA incluyó dentro de sus preocupaciones “el aumento de los juicios por riesgos del trabajo”. En ese sentido, citó los últimos datos de la Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART). Según relevaron, la cantidad de casos iniciados entre enero y octubre ascendió a 105.960 y podría finalizar este año muy cerca de la peor marca, registrada en 2017, con 130.000 juicios iniciados.
La cifra de juicios este año refleja un aumento interanual del 7,6%. Este dato contrasta con la baja de la siniestralidad. Es decir, hay menos siniestros pero más juicios. Más allá de los impuestos, esta litigiosidad también forma parte del llamado costo argentino que la UIA solicitó bajar.
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