Los depósitos bancarios privados en dólares cayeron en US$2952 millones desde el récord que habían marcado el 31 de octubre último, fecha de cierre de la primera etapa del blanqueo de capitales, que era también la más beneficiosa para los adherentes.
Si bien el ritmo de salidas (que había rondado los US$200 millones por día en las primeras jornadas posteriores a la apertura de la opción de retiro) se redujo bastante en las últimas ruedas, el goteo aún no se detuvo.
El stock total de este tipo de colocaciones, que había llegado a los US$34.611 millones aquel día tras crecer en más de US$16.000 millones en poco más de dos meses, se redujo hasta los US$31.667 millones el pasado viernes, según el último dato oficial disponible. Eso supone una baja del 8,51% al cabo de un mes y medio.
Claro que si esa caída, que se juzga precisamente relacionada con la opción abierta de retiro para los fondos blanqueados, se mide en relación al stock aportado por el blanqueo ese porcentaje de eleva al 18,45%.
“Entre noviembre y la primera parte de diciembre se retiró prácticamente todo el incremento del stock registrado en octubre”, hizo notar al respecto hace unos días el economista Amílcar Collante, del Centro de Estudios del Sur (CeSur).
La evolución de estos depósitos es seguida con cierta atención por los analistas y el mercado por el impacto que el dinero blanqueado tuvo en la política de intervención cambiaria del Banco Central (BCRA), ahora que se estima que más del 50% de los dólares que adquirió en los últimos tres meses mediante sus intervenciones sobre el mercado cambiario oficial provinieron de liquidaciones vinculadas al destino que muchos blanqueadores dieron a sus divisas, al adquirir papeles de deuda de empresas (ON) para sacarles rentabilidad, o el uso que los bancos le dieron para financiar vía crédito a las empresas.
Pero, además, porque en una presentación realizada la semana pasada el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, publicó una tabla de sensibilidad -que se ve abajo- en referencia a un impacto potencial muy positivo que tendría sobre las reservas netas (para cada trimestre de 2025) el aumento mensual del otorgamiento de préstamos en dólares a partir del aumento del stock de depósitos por el blanqueo.
La elevada propensión de los bancos a prestar en dólares, comprobable en los últimos meses, estuvo relacionada con la amplia liquidez que pasaron a manejar en esa moneda y la necesidad de hacerla rendir, ya que el costo de mantener ese dinero inmovilizado -aunque pagan tasas muy bajas por los depósitos en esa moneda- es elevado por el amplio diferencial de encajes prudenciales que hay en relación a los pesos.
Entre 2017/2018, con un total de depósitos algo menos al actual, el stock de créditos en dólares al sector privado llegó a ser de US$16.600 millones, mientras el actual orilla los US$10.000 millones por lo que “habría aún un espacio mayor para su expansión que contribuiría a mejorar las reservas”, observaron desde Aurum Valores.
Es lo que buscaría el ministro de Economía, Luis Caputo, quien admitió ante empresarios que auspicia adaptaciones a las normas para que los bancos puedan ampliar la demanda potencial de financiamiento en dólares para las empresas, en un intento para que las divisas que ingresaron al sistema por el blanqueo se destinen a financiar más la actividad económica. Eso sería modificar las regulaciones macroprudenciales vigentes desde la crisis de la convertibilidad que procuran evitar el descalce de moneda, algo sobre lo que en el BCRA no lucen muy convencidos…
Fuera de eso, si la caída por goteo de depósito sigue su curso esa intención podría tener bajo o nulo impacto. “No podemos descartar un escenario en el que los depósitos de argendólares sigan reduciéndose (más aún cuando vemos que esto sucede en un período donde estacionalmente crecían por el efecto de Bienes Personales, esta vez moderado por el pago anticipado)”, apuntaron desde Aurum.
“De acuerdo con la dinámica reciente -prosiguen- el stock podría converger en algunos meses a US$27.000 millones y con el ratio en relación a los préstamos volviendo a máximos recientes (60%) el impacto en reservas netas se ubicaría en torno a los US$6500 millones, valores que se ubican en el rango mínimo previsto para 2025 en el cuadro de la presentación del BCRA”, observaron en un informe.
Por lo pronto, en los bancos admiten que la escala alcista que ensayan esta semana los precios libres de los dólares puede incentivar a que la ola de retiros continúe, por la “tentación” que pueden encontrar algunos para hacer diferencias en pesos, si es que esperan que este reacomodamiento de mercado sea circunstancial, como se cree. “Acá los retiros se habían frenado, pero en las últimas 48 horas parecen haberse reactivado en un nivel muy bajo, pero reactivado”, admitieron desde una entidad privada líder
De allí que, aunque las salidas se consideren lógicas (casi un 84% de lo blanqueado permanece en el sistema) y el propio Gobierno busca auspiciarlas en la medida en que sirvan para alentar inversiones y consumos (de allí que propicia del desarrollo de tarjeta de débito bimonetarias, sobre las que ya trabajas las empresas administradoras de pagos), el fenómeno es seguido con alguna atención por el mercado.
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