A medida que la superficie de siembra crece, comenzamos a reconocer la necesidad de incorporar cultivos alternativos. Esta estrategia no solo nos permite estabilizar los ingresos, sino también explorar nuevas zonas y campos, y mejorar tierras menos productivas.
Cultivos como la papa y el maní tienen en común la exigencia de suelos de alta calidad, lo que a menudo lleva a buscar campos con mejores condiciones. Sin embargo, la diversificación también ofrece una oportunidad para darle uso a tierras menos productivas. Incorporando forrajeras como el rye grass y el agropiro en la rotación, se puede mejorar la calidad del suelo mientras se sigue diversificando la producción.
Otra opción interesante es rotar con cultivos de invierno, como la camelina. Este cultivo no solo proporciona cobertura en los meses fríos, sino que también nos permite generar una renta adicional y preparar rápidamente el terreno para sembrar cultivos de gruesa en la temporada alta, logrando una producción más estable.
Lo fundamental al incorporar estas variedades alternativas es que sean escalables, lo que permitirá aumentar su impacto en la rentabilidad. Además, dado que requieren un conocimiento especializado, es clave contar con un socio experimentado para maximizar los beneficios y asegurar el éxito de la rotación.
El maní es muy característico de la zona de Córdoba, pero ha ido creciendo la demanda y a su vez con la mejora genética aparecieron variedades de ciclo más corto que permiten la siembra en latitudes más al sur, no siendo problema el periodo libre de helada. En la campaña 23/24 sembramos 300 hectáreas en la zona de la localidad de Del Valle (Buenos Aires), con buenos resultados. Y este año duplicamos la superficie. Uno de los puntos importantes a tener en cuenta es conseguir la maquinaria especial (sembradora, arrancadora y cosechadora), ya que hay zonas que no cuentan con contratistas maniceros. Por otro lado, también es clave tener suelos sueltos y no tener zonas encharcables.
Por último, hay que prestar especial atención a la comercialización, por eso es importante contar con una empresa que pueda brindar buen asesoramiento.
La papa es un cultivo más difícil de escalar, no solamente por su alto costo y menor mercado, sino porque es difícil encontrar campos que tengan las características necesarias, como contar con el caudal de agua subterránea suficiente para el riego y además que sea de buena calidad.
En cuanto al manejo, también es beneficioso contar con suelos profundos, evitando los lotes someros o con tosca en superficie. Estamos sembrando 250 hectáreas en dos zonas para diversificar: en Tandil y en General Belgrano.
En ambos casos logramos salir temprano, ya que en Tandil lo hacemos en lomas profundas en su mayoría que nos permiten cosechar temprano, en la misma época que la cosecha de General Belgrano, que es cuando en general se consiguen mayores precios, siendo un punto muy importante la comercialización ya que la producción se estabilizó mucho.
Con la camelina lo que encontramos fue una oleaginosa de invierno que nos permite rotar entre los de fina tradicionales, tener cobertura del suelo con renta y una cosecha temprana que habilita sembrar arriba un cultivo de gruesa casi de primera (entre fines de noviembre y principio de diciembre). En tanto, lo importante es que tiene un buen canal comercial y no estamos teniendo problema con el control posterior de la camelina que vuelve a nacer como maleza.
En cuanto a las forrajeras, este año hicimos 400 hectáreas de rye grass y agropiro. Estos cultivos también son una alternativa para rotar como planteo de invierno en lotes menos productivos y restrictivos para poder sembrar una opción más tradicional como trigo y cebada.
El hecho de poder darle cobertura ayuda al control de maleza, mejora la estructura del suelo y en caso de bajos alcalinos ayuda a bajar la presencia de sales en superficie y entregan a su vez el lote para la siembra de segunda en mejores condiciones que si se manejara con barbechos químicos. A su vez, tiene renta. Aunque sí es importante tener maquinaria específica para el corte hilerado y cosecha pactada con tiempo y que sean contratistas idóneos. Para hacer cultivos alternativos, una de las claves más importantes es encontrar el socio ideal. Esto ayuda a encontrar mejores rentas para determinados ambientes y zonas.
El autor es gerente de producción de ADBlick Granos
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